Sefardíes: ¿reconciliación histórica o pasaporte?

ILYA U. TOPPER

Enlace Judío México | “Hola, mi familia es de Valencia”. Todavía es posible encontrarse en Estambul a sefardíes que se presentan así cuando escuchan hablar español en el tranvía.

Más de 500 años no parecen ser nada para la conciencia de este colectivo, que guarda hasta hoy el idioma español del siglo XV, junto a su fe judía.

Con la nueva ley de concesión de nacionalidad a punto de ser aprobada en el Parlamento español, a los sefardíes de todo el mundo se les abre la posibilidad de volver a ser españoles, sin renunciar a su nacionalidad actual.

Emel Benbasat, miembro del “Sentro de investigasiones sovre la kultura sefardi” – así se escribe en la ortografía judeoespañola – confirma en Estambul que existe gran interés por la nueva ley en la comunidad hebrea de Turquía.

“Mucha gente va a pedir el pasaporte. Un pasaporte español es algo mucho más valioso que uno turco. Pero no todos tendrán interés en ir a vivir a España. Sólo será para viajar”, asegura esta joven, en cuya familia ya sólo se habla turco.

Lo confirma también otra mujer sefardí, que prefiere el anonimato y que ya pidió el pasaporte bajo la actual ley en vigor, pero aún no lo ha recibido, debido al lento proceso burocrático que, espera, se acortará con la reforma.

Disponer de un pasaporte español que permita viajar libremente por Europa es un motivo fundamental, reconoce esta gerente de empresa, de 40 años, que aprendió el ladino en su niñez.

Pero es igualmente importante saber que la ley “es una forma de reconocer un error cometido en aquel momento histórico, y aunque sea muchos años después, es una forma muy civilizada de reconocerlo”, añade.

No todos los judíos de Estambul piensan igual. Karen Gerson, coordinadora del “Sentro de Investigasiones”, por ejemplo, rechaza que el aspecto emocional sea tan importante.

“No es cierto que todos los sefardíes recordaban España. ¡Después de cinco siglos! Muchos no sabían ni donde estaba España y pensaban que todo aquel que hablaba español era judío”, dice.

“Lo de la nacionalidad ahora es todo palabrería, son mitos, y estos mitos que se están creando no me gustan mucho”, reconoce Gerson en conversación con Efe.

En Turquía, el uso cotidiano del ladino se fue perdiendo a mediados del siglo XX y hoy sólo los ancianos lo hablan como lengua materna, aunque sus hijos lo recuerdan de su infancia o, como es el caso de Emel Benbasat, aprenden el español moderno.

Con todo, el número de sefardíes que mantienen vivo el ladino supera varios miles en Estambul, donde el semanario sefardí ‘Salom’, escrito en turco, trae cada mes el suplemento ‘El Amaneser’, con 24 páginas en ladino, con su ortografía fonética desacostumbrada, pero inteligible sin problemas para un lector español.

A principios del siglo XX, el colectivo sefardí, repartido entre Marruecos, Argelia, Túnez, Turquía, Bulgaria, Bosnia y Grecia, probablemente sumaba unas 250.000 almas, un número que hoy se ha reducido a 25.000 y sigue disminuyendo.

El grueso – unas 15.000 personas – vive en Estambul, pero también quedan 5.000 sefardíes en Bulgaria, quizás 4.000 en Grecia, unos mil en Bosnia y otros tantos en Marruecos.

A esos, habría que sumar decenas de miles de sefardíes balcánicos, turcos y magrebíes residentes en Israel, Estados Unidos y países latinoamericanos.

Bosnia, que no es miembro de la UE, es otro país donde el anuncio de la ley española ha provocado expectativas, señala a Efe Eli Tauber, consejero de cultura de la comunidad judía local.

“Es algo que esperamos desde hace mucho tiempo. Nuestras canciones, como ‘La llave de España’, muestran que los judíos, indistintamente de lo que pasó en 1492, considerábamos España como nuestra patria”, destaca.

Menos interés ha despertado en Bulgaria, señala Salomon “Moni” Francés, un conocido fotógrafo búlgaro-sefardí de Sofía.

“Hace 10 o 15 años, habría dado ventajas a los jóvenes sefardíes de Bulgaria. Pero hoy somos parte de la Unión Europea y ya no es esencial”, cuenta.

Eso sí, “será una disculpa por parte de Madrid por la expulsión de los judíos de España hace siglos”, destaca el hijo del histórico y ya fallecido corresponsal de Efe en Sofía, Samuel Francés.

Aquellos que sí piensan aceptar la oferta de España de hacerse con la nacionalidad deberán demostrar legalmente que pertenecen a este histórico colectivo.

“Lo fundamental es un certificado del Gran Rabino (por ejemplo de Turquía) para demostrar que el o la solicitante es sefardí. No judío, sino sefardí. Pero no se pide hablar ladino”, explica a Efe Pablo Benavides, cónsul español en Estambul.

El diplomático recuerda que “una de las principales innovaciones del anteproyecto es que permitirá mantener la doble nacionalidad”, opción no prevista en la ley actualmente en vigor, que ya permite a los sefardíes solicitar el pasaporte.

De hecho, hay 4.000 solicitudes en trámite solo en el consulado de Estambul, pero tardan una media de cinco años en resolverse, señala.

“Vamos a ver si con la nueva ley se acelerará. Lo que está claro es que, a partir de ahora, tendremos mucho más trabajo”, concluye Benavides.

Fuente:elconfidencial.com

#NacionalidadEspañolaSefaradies

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