La Academia Francesa elige al filósofo Alain Finkielkraut como miembro inmortal

Enlace Judío México – La Academia Francesa eligió al mediático filósofo Alain Finkielkraut, de 64 años, como uno de sus miembros “inmortales”, con el apoyo de 16 de los 28 votantes que participaron en la elección.

Pese a que el autor de “La défaite de la pensée” (1987) adquirió la “inmortalidad” que promete la institución desde la primera ronda, su elección estuvo rodeada de polémica desde hace ya varios días.

Los otros cinco aspirantes al puesto eran Gérard de Cortanze, que obtuvo tres votos; Athanase Vantchev de Thracy, que logró uno, y Alexis Antois, Yves-Denis Delaporte y Robert Spitzhacke que se quedaron sin ninguno, informa la Academia en su página web.
En total, ocho académicos entregaron un boletín marcado con una cruz, precisa la institución.

El filosofo se sentará en el sillón número 21, que hasta su muerte, en 2012 ocupó el escritor Félicien Marceau, amigo de Charles de Gaulle, y cuyo ingreso en la Academia, en 1975, fue también criticado por haber sido condenado en rebeldía en Bélgica, su país natal, por colaboración con los nazis durante la II Guerra Mundial.

Finkielkraut, nacido en París en 1949 en el seno de una familia judía de origen polaco, contaba con apoyos muy sólidos, en particular de intelectuales de peso en la Academia, que en 2010 le entregó su Premio del Ensayo, por “Un coeur intelligent”.

Los detractores del autor de “La Querelle de l’école” (2007), famoso por sus posiciones a menudo políticamente incorrectas y su gusto por la polémica, le acusan de reaccionario. En Francia no pasan desapercibidas ciertas declaraciones suyas como las dedicadas al equipo francés de fútbol “negro, negro, negro” o a la identidad étnica de las barriadas de las grandes ciudades francesas, según el canal BFMTV.
Su último libro, “L’identité malheureuse”, sobre la identidad francesa y la emigración, del que ha vendido 80 mil ejemplares, también ha rozado el escándalo.

Fuente: Beit Emunah
Recién “inmortalizado”, el filósofo declaró que seguiría siendo el que es, pero tendría cuidado de “no transportar sus batallas al interior de la Academia”, organismo cuyos miembros tienen entre sus principales actividades la de cuidar el diccionario de la lengua francesa.