Enlace Judío México | Christy Anastas, una joven palestina cristiana de Belén, ha publicado valientemente una compilación de videos en los que, en distintos momentos y lugares, confronta las falsedades según las cuales Israel es responsable del sufrimiento de los palestinos y por la emigración de sus correligionarios cristianos de la ciudad donde nació Jesús.
La familia Anastas no es desconocida en los medios. Cuando Israel decidió erigir la cerca de seguridad de Cisjordania en respuesta a los incesantes ataques de terroristas suicidas palestinos, el hogar de los Anastas en las afueras de Belén se convirtió en algo único por estar rodeado de muros de concreto por tres de sus lados, lo que atraía una permanente cobertura mediática.
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Pero en una reciente conferencia ante estudiantes de la Universidad de Uppsala, Suecia, Christy se mantuvo firme en su posición de que los inconvenientes y sufrimientos infligidos a su familia y tantas otras no pueden ser achacados a Israel. La población cristiana de Belén de hecho aumentó durante los años en que estuvo bajo “ocupación israelí”, recordó ella a la audiencia, rechazando la falsedad de que Israel esté llevando a cabo alguna clase de “limpieza étnica”.
Los verdaderos culpables están en su propio pueblo, afirma. Anastas describió cómo, al estallar la segunda intifada en el año 2000, ella estuvo en primera fila, pues el hogar de su familia se localiza muy cerca de la Tumba de Raquel. Según Anastas, los palestinos empezaron a atacar el lugar sagrado judío “de día y de noche”, poniendo en peligro deliberadamente las vidas de los civiles palestinos en el área. Pero más que a los “luchadores de la libertad”, a quienes afirma se ha lavado el cerebro, debe culparse a la propia Autoridad Palestina, la cual, recordó Anastas, se había comprometido a mantener el orden público e inculcar los principios de la paz. En lugar de ello, observó, el régimen palestino promovió activamente que los jóvenes árabes salieran a las calles en forma violenta.
Más aún, dijo, los cristianos de Belén comenzaron a percatarse muy pronto de que las milicias musulmanas estaban lanzando sus ataques hacia Israel deliberadamente desde la vecindad de casas cristianas, para que la respuesta de Israel dañara o destruyera esos hogares. Esta táctica pagó dividendos en la campaña de relaciones públicas, a medida que los cristianos comenzaban a huir por temor a los contraataques israelíes.
Para reforzar la idea de que los palestinos son sus propios enemigos, Anastas recordó que en aquella época su tío decidió dejar de pagar la jizya, impuesto que los no musulmanes deben sufragar por el derecho a vivir en una sociedad dominada por el Islam (sí, eso todavía existe en “Palestina”). En respuesta, los milicianos palestinos lo encarcelaron, lo torturaron y finalmente lo ejecutaron. Anastas dice que historias como esa, que no son para nada excepcionales, nunca se le cuentan a los medios internacionales por temor a retaliaciones.
Durante una sesión previa de preguntas y respuestas en la Universidad de Oxford, Anastas se enfrentó al negociador jefe palestino Saeb Erekat, y le preguntó si él era capaz de negociar imparcialmente con los israelíes a pesar del dolor infligido en el curso del conflicto. Erekat fue firme al asegurar que el dolor y la frustración solo hacían más seguro que un acuerdo daría lugar a un Estado palestino libre, abierto y responsable. Anastas se pregunta si la libertad de expresión y otras de las que habló Erekat se extenderían a su propia familia, ahora que ella defiende públicamente los derechos israelíes a las tierras bíblicas. Porque ciertamente no lo han sido, por ejemplo cuando su tío dejó de pagar la jizya.
“Me gustaría preguntarle, doctor Saeb, yo creo que usted es un hombre de honor, y creo que mantendrá su palabra y protegerá a los miembros de mi familia”, dice la joven en la introducción a la compilación de videos.
Hay tanto más que agregar a lo que Christy Anastas tiene que decir, no solo sobre el conflicto, sino acerca del sombrío estado de la sociedad palestina en general.
Fuente:nmidigital.com
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