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viernes 08 de noviembre de 2024

El odio pone en peligro a Israel. Recapacitemos

burning flag

BENJAMÍN LAUREANO LUNA PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

El odio es un sentimiento de rechazo hacia otro individuo o hacia uno mismo, con deseos de causar daño a quien se odia. En algunas especies de animales, como los pájaros, si se incorpora al grupo un pájaro de distinto color, la reacción es colectiva: entre todos picotean al extraño para hacerlo huir o para matarlo.

El odio es una actitud emotiva caracterizada por la ira y una gran aversión, enemistad o mala voluntad, junto con el deseo de perjudicar a algún objeto o individuo. El odio es lo contrario al amor.

En el judaísmo hay una disposición fundamental: “Amaos los Unos a los Otros”. Esta es la esencia de la Solidaridad.

Gracias al apoyo de Unos a los Otros, el Pueblo de Israel ha podido sobrevivir al odio genocida del primer ministro persa, Hamán, que sintió ofendida su vanidad porque el judío Mardoqueo, no le rendía pleitesía, como el resto del pueblo.

El judaísmo sobrevivió a la tiranía griega que intentó sustituir a A’ por Zeus. Las diferencias entre un credo religioso y otro, han generado matanzas, guerras, genocidio, torturas y desapariciones forzadas. La matanza de la Noche de San Bartolomé es un ejemplo. La inquisición se sustentó en esas diferencias, tratando de imponer el credo cristiano a los judíos, para fortalecer el poder político y económico de los Estados cristianos.

El imperio romano se sintió ofendido porque el pueblo judío resistió al avance de los conquistadores y eso era un mal ejemplo para otros pueblos. Por ello destruyó la Ciudad de Jerusalén, el Segundo Templo y, para que no quedara memoria de Jerusalén, introdujo el arado y no quedó ninguna construcción, haciendo prisioneros a los judíos a los que condujo bajo yugo a Roma.

Los judíos que llevaban más de 2,000 años de vivir en España, lugar al que llegaron antes de los iberos que procedieron de África, y por disposición del Papa, que ordenó introducir la inquisición en España y la expulsión de los judíos, a lo que se sumó las ambiciones de la reina Juana de Castilla, que encontró la posibilidad de apoderarse de las riquezas de los judíos expulsados, decretó en 1492 la expulsión de los hebreos.

Pero la solidaridad entre judíos, permitió organizar y financiar a Cristóbal Colón, para que encontrara tierras en donde no existiera la persecución por motivos religiosos, raciales, económicos y, con ello, los judíos pudieron viajar al Nuevo Mundo y fundar la Nueva Ámsterdam (hoy Nueva York); llegar a México, Brasil, Argentina y Perú en donde sobrevivieron.

En Rusia zarista, el zar pedía dinero prestado a los judíos y, al llegar la fecha de pago, desencadenaba una matanza (pógroms), lo que dio por resultado, que la juventud judía rusa se rebelara y eso originó que la policía zarista, inventara el libro de los Protocolos de Sión, haciendo creer que eran “secretos” de los judíos para apoderarse de todo el mundo. Este documento fue traducido a diferentes idiomas, entre ellos el árabe, el cual fue reeditado por Gamal Abdel Nasser, presidente de Egipto, el cual lo difundió en el mundo árabe. Henry Ford, molesto por la competencia industrial automovilística de Dodge Brothers, escribió un libro: El judío internacional, mediante el cual difundió el odio anti judío.

Después de la Primer Guerra Mundial, un grupo de industriales germanos, asociados a empresarios estadounidenses, impulsaron a un enfermo mental, el paranoico Adolfo Hitler, que en sus incendiarios discursos acusó a los judíos de la desgracia del pueblo alemán, derrotado militarmente, empobrecido, sometido al poder inglés y francés y utilizando el odio como instrumento político unificador, creó el Partido Nacional Socialista Nazi y alcanzó en 1933 el poder político, siendo designado Canciller de Alemania. De inmediato decretó leyes en contra de los judíos. Destruyó al poderoso Partido Comunista Alemán, persiguió a la masonería, a los gitanos y a los libre pensadores. Creó un ministerio de propaganda para difundir el odio. Explotó la vanidad de los hombres creándoles uniformes vistosos y les creó playas especiales para que se divirtieran con las más hermosas mujeres alemanas, para crear una super raza aria, integrada por “superhombres”. El nazismo se alió al fascismo italiano y al imperio Japonés. Condujo Hitler a la Segunda Guerra Mundial para establecerse en su “espacio vital” (del Mediterráneo al Polo Norte y del Atlántico hasta los Urales). Murieron más de 52 millones, de los cuales, Seis Millones fueron Judíos. La Canciller Alemana, Ángela Merkel, en 2014, ahora exalta a los pocos alemanes que se atrevieron a combatir a Hitler.

El odio en Israel lo introdujeron los ingleses, temerosos de que los Judíos lograsen un Hogar Nacional Judío en el Medio Oriente, y que los árabes lograsen establecer un Estado, perjudicándose Londres, porque era quien administraba Palestina. Más tarde los agentes nazis, a través del mufti de Jerusalén, introdujeron el odio en los medios religiosos musulmanes. Nasser difundió millones de libros Mi Lucha de Hitler, traducido al idioma árabe. Cuando John Foster Dulles, Secretario de Estado de EE.UU., negó créditos a Egipto para construir la Presa de Asuán, Nasser buscó el apoyo soviético y Moscú encontró en el odio árabe-judío un instrumento de dominación y división. Arabia Saudita financia escuelas (madrasas) en las que se enseña a odiar a los judíos desde la época en que los educandos ingresan a la escuela hasta obtener título profesional, haciéndoles creer que si se martirizan llegarán al lado de Alláh, por ello, hay tanta afición a convertirse en hombres-bomba. Las madrasas existen en todo el mundo árabe.

El odio es un mecanismo para mantener divididos a los palestinos de los judíos.

El secuestro y asesinato de tres estudiantes de Escuelas Religiosas Judías, elevó de nivel el odio en contra de los árabes militantes del movimiento islámico Hamás. El caso llegó a las Naciones Unidas.

El secuestro de un niño palestino, quemado vivo por parte de judíos extremistas, que actuaron como venganza, ha provocado una reacción de rechazo y odio a los judíos.

¿A quién conviene el odio?

Es necesario un movimiento de acercamiento palestino judío, que conduzca por el sendero de la tolerancia y la amistad.

El odio pone en peligro la Independencia de Israel. ….. ¿Es eso lo que buscan los promotores del odio?

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