ANA JEROZOLIMSKI
Uno de los puntos que más aparece en los informes internacionales y los comentarios de políticos y observadores diversos sobre la guerra en curso entre Israel y Hamas, es el de la supuesta “desproporción” entre los ataques de dicha organización islámica palestina —y otros grupos radicales en Gaza- y la masiva respuesta militar de Israel.
También lo ha hecho la Cancillería uruguaya en un comunicado emitido días atrás, en el que si bien condena asimismo el lanzamiento de misiles “que ponen en riesgo a la población civil del centro y sur del Estado de Israel”-lo cual es ineludible- deja la sensación de que el problema principal es la “respuesta desproporcionada” de Israel.
De lo que conocemos de la historia de las guerras a través de los siglos, parece claro que cuando una parte es atacada y se ve en la obligación de responder, no analiza con qué armas y con cuántos kilos de explosivos el vecino agredió, para ajustar a ello la respuesta, sino que responde con el poderío que está a su alcance, a fin de garantizar que pone fin a la amenaza. Al respecto, cabe recordar no sólo que Israel advirtió repetidamente a Hamas cesar el disparo de misiles, antes de emprender el operativo en curso-dándole reiteradas oportunidades para evitarlo- sino que lejos está de haber recurrido a toda su fuerza militar en su respuesta.
También suele alegarse que si del lado israelí no hay muertos y son pocos los heridos causados por los misiles lanzados del lado palestino, eso significa que la amenaza no es tan grande, dándose a entender-aunque no siempre se lo dice explícitamente- que por ende, la respuesta a los misiles tendría que ser mucho más moderada.
Y nos preguntamos si acaso hay que esperar a que las baterías de defensa “Cúpula de Hierro” fallen -en lugar de tener el impresionante éxito que tiene al interceptar en vuelo los cohetes que están en camino a localidades densamente pobladas-, si hay que dejar de hacer sonar las alarmas de advertencia para que la gente corra a buscar resguardo, si hay que esperar a que haya muchos muertos, para reaccionar.
La única razón por la que no hay centenares de muertos cada día en Israel, es la protección, la alerta, la dedicación en Israel de recursos y esfuerzos, a preparar a la ciudadanía para que sobreviva a los ataques.
Imaginémonos por un momento un escenario que nunca quisiéramos ni siquiera concebir, solamente para comprender con mayor facilidad: Si volaran durante 14 años sobre territorio de un país cualquiera de América Latina, misiles lanzados por uno de sus vecinos…a Uruguay desde Argentina o Brasil, a Chile desde Argentina, a Venezuela desde Colombia o viceversa…por dar sólo algunos ejemplos. En realidad, no hace falta imaginar 14 años..Basta con imaginar unos pocos días ,unas pocas semanas de ataques de ese tipo. Y claro está que no entramos aquí en comparaciones entre las capacidades militares de ninguno de estos países, y la israelí. ¿Qué se sentiría en el territorio atacado? Que hay que poner fin a la agresión, por todos los medios. ¿Alguien concebiría esperar a ver si hay muertos, para comprender que la amenaza del otro lado es insostenible?
Otro tema relacionado al punto de la “desproporción”, es el daño causado a los civiles no involucrados. Lamentablemente, también en la guerra actual, civiles inocentes del lado palestino pagan parte del precio de la situación creada por su propio gobierno en la Franja de Gaza. Casi de más está aclarar que una vida inocente que se pierde, es un mundo entero. El corazón se estruja especialmente, cuando son niños las víctimas mortales. Y los ha habido también en este conflicto.
Las cifras se aclararán totalmente , cabe suponer, recién al terminar la guerra, y seguramente las partes no coincidirán al respecto. Los palestinos sostienen que la mayoría de los muertos son civiles y un alto oficial israelí con el que hablamos este domingo rechaza categóricamente dicha afirmación, pero prefiere dar los datos concretos cuando pueda dar números exactos , al parecer al culminar el operativo.
De todos modos, nos parece evidente que si con la potencia de fuego usada, en una semana hubo aproximadamente 160 muertos, es porque la intención de Israel no es entrar a matar en forma indiscriminada, sino atacar los blancos terroristas. Basta con recordar los números que resumen situaciones en países vecinos, donde la intención sí es matar cuanto más mejor: cientos y cientos en un solo día.
Lo que sí está claro desde ahora, por más dolor que provoquen las imágenes transmitidas por televisión del sufrimiento de los civiles-un tema que no subestimamos en absoluto- es que los civiles palestinos son usados por Hamas y las otras organizaciones terroristas , en su agresión contra Israel. Por un lado, los misiles de los terroristas son lanzados intencionalmente, hacia la retaguardia israelí, tienen como blanco la población civil de Israel. Por otro, disparan desde calles pobladas por sus propios civiles , cerca de escuelas, habiendo escondido sus misiles en los sótanos de mezquitas y casas particulares.
El Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu lo resumió en una buena frase: “Nosotros desarrollamos misiles para proteger a nuestros civiles mientras que Hamas usa a sus civiles para proteger a sus misiles”. Tal cual.
Un nuevo ejemplo de ello llegó este domingo, con la gran evacuación de Bet Lahia, al norte de Gaza. Las imágenes que se vieron por televisión, y que es lógico que provoquen críticas a Israel cuando no se conoce todos los detalles de la situación, eran de miles y miles de palestinos abandonando sus casas en dicha zona y marchando a pie, en carretas, coches o burros, hacia el norte, sea a refugios de las Naciones Unidas o a lo de familiares en la ciudad de Gaza propiamente dicha, para huir de los bombardeos que Israel había anunciado lanzaría.
Sin alegar ni por un momento que no hay aquí una tragedia humana y que sin duda será terrible si cuando esa gente vuelva ve que su casa quedó destruida, hay otros elementos que creemos deben ser conocidos en relación a estos hechos.
1) Israel comprobó que más del 35% de los misiles de largo alcance lanzados hacia su territorio, los que llegan a Tel Aviv y otras ciudades más alejadas de Gaza, son disparados desde esa zona, Bet Lahia, dado que al estar en la parte norte de la Franja, es la más cercana a Israel.
2) Israel también vio que los lanzacohetes son instalados entre las viviendas, junto a los civiles, en los campos de los agricultores palestinos, junto a sus casas.
3) Es por ello que decidió que a fin de poner término a la amenaza concentrada que llega de esa zona , donde hay numerosos misiles almacenados, hay que atacar con intensidad los blancos identificados, pero que dado que su deseo es minimizar las víctimas no involucradas, lo mejor es que la población se vaya, para no correr riesgos. Por eso se lanzaron panfletos desde el aire y se avisó a la población de otras formas, que se vaya, que se aleje hacia el norte. Se le dio doce horas para ello, hasta el domingo al mediodía, aunque luego se esperó varias horas más antes de atacar.
¿Qué derecho tiene Israel de ordenar a la gente salir de sus casas para poder bombardear la zona?, podrá preguntarse inclusive una persona de bien, no necesariamente pro terrorista. Pero sería oportuno también plantear otra pregunta distinta: ¿Acaso puede no hacer nada, cuando tiene identificado el origen de la amenaza hacia sus principales ciudades? ¿Tiene derecho un país a permitir que su población sea atacada, sin tomar medidas al respecto?
La verdadera desproporción en esta situación, no pasa ni por el poderío bélico ni por la cantidad de muertos, sino por las intenciones, de las cuales, aquí, hemos explicado sólo una parte.
Esto nos hace acordar un ejemplo que dio Netanyahu años atrás , tras una de las conflagraciones anteriores en Gaza, al preguntarle una periodista británica por televisión, qué tiene para decir sobre la gran diferencia en la cantidad de muertos palestinos e israelíes .Netanyahu le preguntó “¿está segura que quiere comenzar por allí?”, a lo cual la periodista, sorprendida, respondió “¿ por qué no?”.
Y Netanyahu, que sabe no sólo manejarse ante las cámaras sino también en los libros de historia, respondió: “Porque en la Segunda Guerra Mundial, murieron muchos más alemanes que británicos y norteamericanos juntos, pero nadie tiene dudas de que la guerra fue causada por la agresión alemana. Y en respuesta al blitz alemán sobre Londres, los británicos borraron la ciudad de Dresden entera, matando quemados a más civiles alemanes que la cantidad de gente muerta en Hiroshima”.
Netanyahu agregó: “También le recuerdo que cuando en 1944, la Royal Air Force británica trató de bombardear los cuarteles de la Gestapo en Copenhaguen, algunas de las bombas se desviaron de su curso y cayeron sobre un hospital de niños daneses, matando a 83 niños pequeños. ¿Quizás tenga usted otra pregunta?”.
Fuente:uypress.net
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