VIOLETA COHEN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO
La primera vez fue hace tres años aproximadamente, cuando un supuesto italiano (que se hacía llamar Marco) vivía en Nueva York, me contactó y me contó su triste historia: Viudo, con una hija que se había ido de monja a Roma, por lo que se encontraba terriblemente solo, sin familia y con grandes deseos de compartir su vida con una mujer.
Después de dos días de chatear, y sin haber visto mi fotografía, estaba profundamente enamorado de mí y quería compartir el resto de su vida a mi lado. Se me hacía todo muy difícil de creer, pero debido a mi soledad, quería que fuera cierto. El hombre se fue a cumplir un contrato a Nigeria, y desde allá me llamó por teléfono y me dijo que ya estaba listo para venir a México, pero que si podía yo prestarle mil dólares para su boleto de avión, porque no le alcanzaba y que por supuesto, cuando le pagaran el trabajo, me los iba a devolver. Yo no caí en su juego, le dije algunas verdades y se terminó la relación.
La segunda vez fue en el mismo año, me contactó a través de Tagged (un sitio para conocer amigos), un hombre joven, muy atractivo, que me decía que mi perfil se le hacía muy interesante y que si yo quería ser su amiga, se hacía llamar Frank Martin y supuestamente vivía en Birmingham,Inglaterra.
Me contó también su triste historia: viudo, con una hija de doce años, se sentía terriblemente solo y pensaba que ya no iba a encontrar el amor. A los dos días ya me endulzaba el oído, escribiéndome las frases más bellas, y por supuesto, estaba profundamente enamorado de mí e iba a venir a México a casarse conmigo y compartir el resto de su vida,¡increíble!
Le seguí la corriente, aunque no me latía que fuera cierto. Me contó que era ingeniero e iba a realizar un trabajo en un barco en altamar por dos semanas, y al finalizarlo iba a venir a México a casarse conmigo. De pronto, me dijo que quería hacer negocios en mi país, y que me iba a mandar un paquete con algunas cosas, entre ellas, regalos para mí así como mi anillo de compromiso.
Un día recibí una llamada de una supuesta agente aduanal de Malasia, (¿qué hacía él en Malasia?) y yo casi no podía entender su inglés, así que le dije que mejor me escribiera un correo. Me llegó el correo con una descripción de lo que traía el paquete (incluyendo dinero) y que tenía que mandarles la cantidad de 1,500 dólares y me lo iban a enviar a mi casa.
Me enojé muchísimo y le escribí que, ¿qué se creía? que si pensaba que yo era retrasada mental. Me alegaba que él se encontraba en medio del mar y no podía resolverlo, que por favor lo pagara. Le dije una cantidad de cosas y lo reporté al sitio como un estafador y ya no supe más de él.
Dos años después un hombre me solicitó su amistad por Skype. Yo accedí, y empezamos a chatear. Se hacía llamar Howard Thevenet (uno de los tres nombres que le conocí) y había nacido en Birmingham, pero por el momento se encontraba trabajando en Estados Unidos como soldado.
Decía que era divorciado y tenía un hijo de siete años, al que le hacía falta una figura femenina y que él se sentía muy solo y buscaba una mujer para compartir su vida. A los pocos días de chatear, estaba profundamente enamorado de mí y quería venir a México a conocerme.
También vivía en Nueva York y en una ocasión que platicamos por Skype, me era casi imposible entenderle, tenía un acento chistosísimo. Me dijo que venía el cumpleaños de su hijo y que le había prometido regalarle un teléfono celular de los más sofisticados que hay.
Como estaba trabajando, me pidió que si se lo podía comprar y mandárselo directamente a su hijo a un supuesto apartado postal. Yo no accedí y él no insistió, pero seguía diciéndome las cosas más dulces que cualquier mujer desearía escuchar.
Para esos momentos yo ya me había dado cuenta de que era estafa, pero quería ver hasta dónde iba a llegar. En una ocasión que platicamos por Skype, me dijo que se encontraba muy enfermo y necesitaba dinero para comprar cereales (¿cereales?), porque en su trabajo no comía bien, que si por favor podía mandarle quinientos dólares para comprarlos. Me dio risa porque ya esperaba algo así. Obviamente no le mandé nada y un día encontré en Facebook a un tipo con el mismo nombre pero otro rostro. Le solicité amistad y me la dio. Lo puse en evidencia y le dije de todo. No supo qué contestar y al otro día ya me había bloqueado.
Cuando le pregunté al supuesto militar que cómo suplantaba a otra persona? Me dijo que era un amigo y que se llamaban igual (Coincidencias) y me cambió uno de sus apellidos. Le dejé de escribir y lo bloquee de Skype. Luego se dio de alta en Linkedin con otro nombre, pero con la misma fotografía, y me pidió que nos contactáramos, pero yo no le hice caso.
La cuarta vez fue en este año, hace aproximadamente dos meses. Yo ya no aceptaba a nadie que me pidiera contactar por Skype, y de pronto me llega una solicitud de amistad de un tal David Edwards. El señor vivía en Nueva York y era viudo, con un hijo de 16 años que se encontraba estudiando en Malasia. Él decía que era griego y llevaba 5 años viviendo en Nueva York, era Ingeniero y se encontraba trabajando en un barco en altamar. A los dos días de chatear, lo de siempre, se encontraba profundamente enamorado de mí y quería formar una familia conmigo.
Por supuesto no le creí, pero me intrigó, y de nuevo le seguí el juego para ver hasta dónde llegaba. Me pintó una vida maravillosa, cuando terminara el trabajo iba a venir a México a casarse conmigo, por la ley de Dios, (todos mencionaban a Dios y a sus rezos). Me llegó a preguntar cuál era mi religión y yo no le contesté nada (porque me dio miedo), y me preguntaba que si había rezado ese día.
Se conectaba a la computadora las 24 horas, porque en cuanto yo checaba mis correos, luego luego me mandaba la llamada por Skype (mañana, tarde y noche). Me mandó unas fotografías de un hombre muy atractivo que sí parecía griego. Me dijo que cuando llegara a México me iba a pedir que dejara de trabajar y él me iba a mantener. Me iba a comprar una casa grande para que viviéramos los tres (su hijo, él y yo), incluso me mandó preguntar qué carro quería yo que me comprara.
Llegó al grado de preguntarme si podía darle mi correo a su hijo porque le había hablado de mí y el hijo quería escribirme. Eso sí, siempre muy respetuoso. Le dije que sí y recibí un correo del supuesto hijo donde me pedía que por favor no le rompiera el corazón a su papá porque no lo iba a soportar, pues me quería mucho…..Al segundo correo me mandó decir que en tres días iba a ser su cumpleaños y que le mandara un bonito regalo. En ese momento ya se había descarado y me acorde de Howard. Al supuesto hijo no le contesté y a David también lo puse en evidencia y hasta discutimos.
Cuando hablaba con él, le oía un acento muy raro en inglés y no alcanzaba a comprenderlo, y le pedía que mejor chateáramos. Le pregunté por qué ese acento y me dijo que porque era griego y sólo llevaba cinco años viviendo en Nueva York. Lo curioso es que ninguno de ellos habla ni escribe correctamente el Inglés, ¿qué raro no? Lo puse en su lugar y al otro día ya se había desaparecido.
Casi al mismo tiempo del supuesto griego, me solicitó amistad en Facebook un hombre guapísimo que le había interesado mi perfil. Lo acepté sabiendo que era otra historia parecida, pero esta vez sí quise recabar información porque he pensado escribir una novela con estas historias. Se hace llamar Richard Bentley Jason y es divorciado, con un hijo y quiere rehacer su vida. Desde un principio me dio flojera, pero me intrigaba cómo se iba a descarar. Según él, nació en Bruselas pero vive en Birmingham, Inglaterra. Es Ingeniero y trabaja como contratista, y estaba concursando para un contrato en Asia. Le pregunté en qué ciudad iba a trabajar y me dijo que en Terengganu, Malasia, por supuesto. Yo ya me imaginaba que era ahí, pero para cerciorarme busqué en Internet esa ciudad, y me enteré que efectivamente está en Malasia y que más del 90% de la población es Islámica.
Qué curioso que cada uno de ellos tenga alguna relación con Malasia ¿no? Llegué a la conclusión de que todos son musulmanes, y no sé si en mi caso se trata de la misma persona con distintas historias o dos, no lo sé. Hace poco, una persona me contactó y me dijo que se había dado cuenta de que en mi lista de amigos lo tenía a él, y que tuviera cuidado porque es un delincuente, pues ya lo trató de hacer con otra señora paisana.
El supuesto Richard me sigue escribiendo, y me cuenta de su trabajo con lujo de detalles. Le he seguido el juego porque de verdad son impresionantes todas las artimañas que usan para estafar mujeres, pero son tan tontos que ellos mismos se echan de cabeza. He estado esperando que se descare, pero aún no lo hace, ya le tendí varias trampitas para que lo haga pero no cae, ya no tarda. Dentro de un mes va a venir a México a conocerme y “se quiere casar conmigo”.
Platico todo esto porque el hecho de que yo no haya caído con ninguno de ellos, no quiere decir que no haya alguien que sí se enamore y les de dinero. Espero que este relato les sirva a otras mujeres para no dejarse envolver por estos rufianes.
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