SAL EMERGUI
Hamas ha construido una infraestructura subterránea para atacar objetivos israelíes
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“Usted no sabe lo que es vivir durante tantos años temiendo que en cualquier momento un terrorista emerja de la tierra ante tu casa y mate a tu familia. Ya lo han intentado varias veces en diversas localidades. Por eso, queremos que los soldados destruyan allí los túneles de Hamas. No tenemos nada contra los habitantes de Gaza sino contra el terrorismo de Hamas”, nos dice Haim Yelin, presidente del Consejo Regional de Eshkol, a pocos metros de la explosiva frontera.
Conversamos tras el intenso tiroteo entre soldados israelíes y ocho milicianos de Gaza que gracias a un túnel se acercaron ayer al kibutz Ein Ashlosha. Con la vuelta de casi todos los miembros del comando por el mismo túnel, el brazo armado de Hamas presumió lo que llama “acción heroica” al conseguir matar a dos soldados. Yelin define este sistema subterráneo “amenaza estratégica”.
“Lo ve, entraron gracias a un túnel y por suerte no consiguieron entrar en el kibutz para cometer una matanza. Ante los proyectiles, sabemos cómo actuar pero con los túneles no podemos hacer nada” añade este israelí de origen argentino.
En la duodécima jornada de la operación “Margen Protector”, la frontera entre Israel y la Franja fue testigo de cazas israelíes hacia un lado, proyectiles palestinos hacia el otro mientras en tierra, los soldados seguían apostados en un cinturón de tres kilómetros en la Franja. Y por debajo de la tierra, una batalla entre especialistas de Hamas e Israel en torno a los pasadizos subterráneos que nacen en el patio de alguna casa gazatí y finalizan en algún agujero en territorio israelí.
“Guerra contra los túneles del terror”, definen los periodistas locales la operación terrestre iniciada el jueves que ha elevado el drama y el miedo de la población de Gaza. La entrada de soldados acompañada de tanques y carros blindados-por muy limitada que aún sea a nivel geográfico- ha disparado el número de muertos (más de 80 desde el viernes) lo que hace cruzar el umbral de los 330 en doce días. En el lado israelí, cinco muertos por proyectiles y disparos de Hamas.
Soldados de la Unidad de Ingeniería guiados por la información de los servicios secretos (Shin Beit) y la Inteligencia militar rastrean el terreno en busca de boquetes. En 40 horas, hallaron 13 entradas de los “túneles de ataque”. Como el que usaron en la madrugada del jueves 13 milicianos para atacar el kibutz Sufa. La operación de Azzadin Al Qassam fue neutralizada por la buena vista de una soldado ante el monitor de vigilancia y un Helicóptero Apache pero convenció al primer ministro, Benjamín Netanyahu por la opción terrestre. “No se pueden neutralizar los túneles desde el aire por lo que los soldados lo intentarán en tierra”, señaló. Se cree que aún hay entre 20 y 30 túneles conectados a Israel.
Infraestructura subterránea
Hamas ha dedicado muchos años y dólares para construir una espectacular infraestructura de túneles y búnkers que atraviesan la paupérrima Franja. Una especie de “metro” con entrada exclusiva para los milicianos, cabecillas y líderes de Hamas.
La industria de los túneles tiene tantos kilómetros como finalidades. Se clasifican en tres grandes tipos. Los túneles de contrabando han conectado estos años la Franja con el mundo a través del Sinaí egipcio sosteniendo la economía de la aislada Gaza y consolidando el arsenal que Hamas exhibe estos días. Por ejemplo, los proyectiles de largo alcance M-302 suministrados por Irán.
Con el grueso de estos túneles destruidos por Egipto, quedan dos clases más. Por un lado, los que emplea el liderazgo político y militar de Hamas y la Yihad para protegerse de los cazas israelíes, lanzar a distancia proyectiles contra Israel gracias a modernas lanzaderas, moverse y almacenar armas.
Por otro, los túneles que han atraído a miles de soldados al laberinto de Gaza. Dado que sus proyectiles se topan con la batería defensiva “Cúpula de Hierro”-en 12 días han provocado “sólo” dos muertos- Hamas confía en el túnel como “arma estratégica”. Una unidad especial de la milicia se dedica exclusivamente al diseño y localización de los pasadizos de ataque. Tras al menos un año de trabajo, crea el 90% del túnel con una profundidad que puede llegar a los 25 metros. Hamas suele completar el 10% restante -tramo que desemboca en Israel- un día antes del ataque. A veces, unas horas antes.
En un recorrido que hicimos hace unos meses por uno de estos túneles de Gaza, lo que más impresionaba era la profundidad, longitud y accesorios como conexiones de electricidad y línea telefónica. Según fuentes militares israelíes, los expertos de Hamas recibieron amplia instrucción de ingenieros de Irán, patrocinador del complejo de túneles y búnkeres de su aliado en el Líbano, el grupo Hizbulá.
Sin indicios de tregua
El modelo a seguir es el túnel que hace ocho años permitió la infiltración en la base israelí de Kerem Shalom para matar a dos soldados y la captura de un tercero, Guilad Shalit. Cinco años de cautiverio de éste y una operación de represalia después, Hamas obtuvo los frutos con la liberación de 1027 presos palestinos en el canje con Shalit.
“Preferimos morir en la brutal guerra que bajo el bloqueo”, afirma Sami Abu Zuhri, el portavoz de un grupo que se enfrenta a Israel con las armas y a Egipto con las palabras. Mientras Gaza se desangra, Hamas sigue firme en sus peticiones. Quizá Catar consiga convencerle aunque el emirato (aliado del movimiento islamista) no desea engrandar la figura regional del presidente egipcio.
Anochece en la frontera y no hay indicios de tregua. Aunque sigue paralizando con sus proyectiles a medio Israel, Hamas aún busca salir de la escalada que buscó con un éxito importante. Ya sea con Qasams, drones, túneles o negociando las condiciones de tregua. Todo vale, incluso un burro que enviaron ayer contra las tropas israelíes adosándole un explosivo.
“Hamas destroza y sacrifica a su propio pueblo. Invierte en túneles y armas en lugar de escuelas y hospitales”, lamenta Yelin. Mientras Gaza vivirá una nueva noche infernal entre bombas y fuego masivo de artillería, el israelí se apresta a una noche más en el refugio. Su gran pesadilla no viene desde arriba sino desde abajo.
Fuente:elmundo.es
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