Reuven Rivlin, el décimo presidente de Israel

RODICA RADIAN GORDON

Ha sido uno de los luchadores más destacados por los derechos de las minorías y por el Estado de derecho.

Las circunstancias derivadas de la lucha en contra de Hamas en la Franja de Gaza han ensombrecido la solemne ceremonia en la cual tomó posesión Reuven Rivlin como presidente del Estado de Israel el pasado 24 de julio. Por la misma razón, el Presidente entrante optó por una ceremonia recatada en lugar del tradicional festejo en la residencia presidencial. Resalta, además, ya desde el primer día en su nuevo cargo, un tono modesto e introvertido que ha caracterizado a Rivlin a lo largo de su trayectoria pública.

Nacido en Jerusalén en 1939, Rivlin es descendiente de una de las más extensas familias con presencia en Tierra Santa desde principios del siglo XIX. Desde muy joven ha estado identificado con el movimiento juvenil Beitar y con la ideología de Zeev Jabotinsky, representados por el partido político Likud. Ser discípulo de Jabotinsky implica, entre otros aspectos, tener una cabal convicción en que la democracia es el epítome del régimen político del Estado judío. Por ello, Rivlin —como abogado, legislador y luego como presidente de la Knesset (el parlamento israelí)— ha sido uno de los luchadores más destacados por los derechos de las minorías y por el Estado de derecho en todos los sentidos.

Como Israel es una democracia parlamentaria, el Presidente tiene, en esencia, un rol representativo, aunque en la definición oficial es la cabeza del Estado. Su cargo simboliza la unidad del Estado por encima de la política partidista. Los deberes presidenciales, que son en su mayor parte protocolarios y formales, quedan establecidos por ley. De aquí que cada uno de los presidentes israelíes ha tenido la libertad de moldear su mandato según su visión de lo que significa representar a Israel.

El Presidente entrante, que le confiere gran importancia a la institucionalidad, ya declaró que dedicará su mandato para representar a la diversidad de la sociedad israelí en todas sus facetas. Si el expresidente Peres dedicó una parte importante de su Presidencia a representar a Israel frente a gobiernos y pueblos del mundo, el presidente Rivlin pretende dedicar la mayor parte de su tiempo a fortalecer el diálogo interno y la cohesión social entre los diferentes sectores que forman la sociedad israelí. Es prioritaria su actividad dedicada al acercamiento de la población árabe-israelí y a la renovación del diálogo entre ésta y la mayoría judía del país, especialmente tras los acontecimientos del último mes. Cabe señalar que, por razones obvias, ambos mandatarios —el presidente saliente Peres, hasta su último día en funciones, y el presidente Rivlin, desde su primer día— han dedicado su tiempo a visitar y ofrecer sus condolencias a las familias de los soldados caídos y de los civiles afectados en la operación Margen Protector.

Shimon Peres ha sido uno de los presidentes más populares que ha tenido Israel. Reuven Rivlin, por su sencillez personal y sus valores democráticos, promete dejar —él también— su huella singular, contando con el apoyo y cariño de los israelíes.

*Embajadora de Israel en México

Fuente:excelsior.com.mx