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Los servicios secretos de la Alemania Occidental planearon trasladar su base de operaciones a España durante la Guerra Fría, en el caso de que fuera imposible mantener su central en el interior del país, según un nuevo libro que desentraña la historia del espionaje germano.
El semanario “Der Spiegel” adelanta hoy parte del libro, titulado “Geheimobjekt Pullach” (“Objeto secreto Pullach”, en referencia a la localidad en la que está la central de los servicios de inteligencia) y revela la estrategia diseñada para mudarse en los años más duros de la Guerra Fría.
Primero se eligió Suiza, con cuyas autoridades llegó a negociar en 1947 el fundador de los servicios secretos alemanes, el ex general nazi Rienhard Gehlen, alias “doctor Schneider”.
Un año más tarde, durante el bloqueo soviético a Berlín Occidental, Gehlen planeó la huida a España.
Con ese objetivo llegó a hacerse con dos fincas situadas a 170 kilómetros al sur de Madrid para instalar en ellas una nueva base, bajo el nombre de “El Doctor”.
En 1953 decidió que el contacto en el caso de necesidad sería la CIA estadounidense y que las parejas y los hijos de los agentes serían enviados a EEUU.
Con Willy Brandt al frente de la Cancillería (1969-1974) y después en la etapa de Helmut Schmidt (1974-1982), la estrategia de la organización, según los autores del libro, se centró ya en Alemania.
En caso de necesidad, los servicios centrales habrían abandonado Pullach para trasladarse a la cercana Múnich, en el sur del país, y de ahí pasar a Aquisgrán, en el oeste.
“Geheimobjekt Pullach”, escrito por los historiadores Bodo Hechelhammer y Suzanne Meinl, narra la historia de la inteligencia germana a través de su sede, un complejo de edificios que fue levantado en los años treinta para alojar a altos funcionarios del partido nazi, antes de convertirse en el cuartel general “Siegfried”.
Las tropas estadounidenses lo ocuparon en mayo de 1945 y dos años después se mudó al lugar el germen de lo que serían los servicios secretos alemanes, la denominada entonces “Organización Gehlen”, que primero trabajó para el Ejército de EE.UU. y para la CIA.
En el año 2000, la CIA reconoció que mantuvo una extensa relación con Gehlen, pese a que había negado durante cinco décadas sus vínculos con el general nazi.
La CIA admitió esa colaboración de acuerdo con la Ley de Divulgación de los Crímenes de Guerra Nazis, que permite sacar a la luz pública documentos secretos de ese servicio de información, pero no dio detalles.
No obstante, diversos investigadores han apuntado a que la red de espías del general alemán, que había sido el responsable de las unidades de información de Hitler en la Europa del Este, se utilizó contra la URSS en los años que siguieron a la II Guerra Mundial.
Un grupo de prestigiosos historiadores estudia por encargo de los actuales servicios secretos alemanes el pasado nazi de esta organización, en la que se sospecha que trabajaron muchos agentes del nacionalsocialismo.
Su atención se centra en el periodo entre 1945 y 1968, fecha en la que se retiró Gehlen.
Fuente:radiointereconomia.com