Misión, visión y otras patrañas (¿o no?)

Mucho rollo y pocas nueces, hubiera escrito Shakespeare de haber sido hombre de negocios. Bullshit, por ponerlo en un idioma inequívoco y universal. Los nuevos negocios, decía mi “conocimiento”, son entes constantemente mutantes. De nada sirve dedicar tiempo a establecer en papel sus objetivos. De nada sirven estas frases que, más que nada, son para enmarcarlas y colgarlas en un cuadro en la pared.

Hoy, después del fracaso de mi negocio, me doy cuenta de lo equivocada que estaba.

Tener bien establecida la misión del negocio es la piedra angular del éxito. JUSTAMENTE porque los nuevos negocios son un ente en constante movimiento, se necesita tener claros una misión, una visión y valores para no PERDERSE en el camino. El tener una misión y una visión fuertes (aun cuando sea en papel o enmarcada y colgada en la pared) permite distinguir qué es lo importante para el negocio y los pasos que se tienen que seguir para hacerlo crecer.

Ahora que estoy volviendo a empezar, uno de mis objetivos principales es encontrar estos tres elementos que me permitan tener una boya de flotación en el océano. No sé si esto sea fundamental para tener éxito esta vez, pero estoy convencida que en la manera en que te tomes el tiempo para pensarlos y plasmarlos en papel te puedes enfocar en el corto y mediano plazos a los pasos estratégicos que tienes que andar y a las decisiones CONGRUENTES que debes tomar. Y estoy convencida de que éstos son ingredientes fundamentales del éxito.

Si yo sé que mi misión se basa en ser “una compañía de tecnología” (por ejemplo) voy a trabajar para fortalecer la plataforma que ofrezca y mis recursos (tiempo y dinero) tienen que ir en ese sentido. Si por el contrario mi misión es ser una empresa de “asesoría que utiliza la tecnología como bisagra” entonces mi énfasis y direccionamiento de los recursos deben ir hacia la inteligencia humana.

Forma es, después de todo, fondo. Es mucho más fácil definir el camino y tomar las decisiones del día a día si tengo bien
claro el punto final al que quiero llegar.

Obviamente la misión y la visión no son inamovibles. Muy seguido los objetivos de un negocio cambian radicalmente, pero es importante tener siempre muy claro a dónde vas y tratar de cumplir la misión de la mejor manera posible. Si cambia el objetivo del negocio entonces (y con conocimiento de causa y asumiendo la responsabilidad que implica) se debe cambiar la misión. Pero esta siempre tiene que existir y ser el principio rector de las decisiones.

¿Qué son estas frases tan importantes? ¿Qué deben contener? No tienen porque ser frases rebuscadas y redundantes. Entre más cortas y concisas mejor.

La misión. Esta frase debe encontrar dos cosas. ¿Cómo voy a ser una empresa que genere dinero (léase, por qué va a entrar el dinero a mi cuenta de banco)? Y ¿qué me diferencia de mi competencia?

La misión es la chispa que da inicio al negocio.

La visión la debes generar una vez que encuentres tu misión y tienes que contestar la pregunta: ¿cómo voy a impactar la vida de las personas (clientes, empleados, socios) que tienen que ver con mi empresa?

La visión es la gasolina que va a permitir que tu empresa siga creciendo y expandiéndose una vez lanzada la chispa inicial.

Ikea, que combina ambas explícitamente en la misma frase, es un perfecto ejemplo de estos conceptos. Su misión/visión es:

“En IKEA nuestra visión es crear una mejor vida diaria para un gran número de personas. Nuestra idea de negocio (que de aquí en adelante es la misión) es ofrecer una amplia gama de muebles para el hogar bien diseñados y funcionales a precios tan bajos que pueden ser adquiridos por un gran número de personas.”

Eso es todo. El negocio explicado en cuatro renglones. Si puedes hacerlo así para tu negocio tienes la idea tan clara que el camino al éxito, si bien no será más fácil, si será más claro.

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Fuente:dineroenimagen.com