En los últimos meses el grupo terrorista Estado Islámico se ha convertido en la mayor amenaza tanto para Medio Oriente como para las potencias occidentales. Este grupo yihadista tiene como objetivo principal crear su propio califato y, en cada lugar que toma el control, imponer la sharia en su expresión más extrema.
Pero para entender más en profundidad este tipo de acciones, no solo hay que detenerse en las decapitaciones y en las matanzas masivas, sino también entender en qué consiste, por ejemplo, la sharia en el mundo islámico.
La sharia es la ley islámica, y proviene de cuatro fuentes: el Corán (“recitación”), el Hadiz (“narración”), el Ijma (“consenso”) y el Ijtihad (“esfuerzo”). Su significado es: “Camino a la paz”.
Creencia e implementación de la sharia
Dentro del mundo musulmán, la gran mayoría cree en la sharia como la palabra revelada de Dios, y no como un cuerpo legal desarrollado por los hombres, basado en la revelación divina. Por eso, es que la mayor proporción de los fieles de esa creencia sostienen que la ley islámica tiene una sola interpretación, mientras que una menor porción de los musulmanes consideran que pueden existir múltiples formas de entenderla.
También están aquellos que apoyan la idea de la sharia como la ley de la tierra. Como el caso, por ejemplo, del Estado Islámico, que busca imponer sus ideas y creencias no sólo en Irak y Siria, sino también en el norte de África y parte de Europa. Sin embargo, éstos no representan a la mayoría.
Según datos revelados por Pew Research, la mayor parte del mundo musulmán no cree que debe aplicarse la sharia a los no musulmanes. Medio Oriente y el norte de África son las regiones que albergan la mayor cantidad de casos. En Egipto (74%) están los más propensos a decir que debe aplicarse a los musulmanes y no musulmanes por igual, mientras que el 58% en Jordania sostienen esta opinión.
Por su parte, también existen diferentes posiciones sobre cómo se debe llevar la sharia a la práctica. Hay quienes tienen una postura más flexible, mientras que también están los que apoyan castigos severos, como cortar las manos a los ladrones o apedrear a las personas que cometen adulterio. Otros, en tanto, promueven la ejecución de apóstatas.
La sharia en la familia
La ley islámica tiene un peso fundamental en la vida doméstica familiar. Sobre todo en aquellos que son partidarios de hacer de ella, la ley de la tierra. En estos casos, los jueces religiosos tienen completa postestad para decidir con respecto a las disputas domésticas y de propiedad.
Con respecto al matrimonio, la sharia prohíbe rechazar este sacramento. Si bien la poligamía es aceptada, existen ciertas condiciones. Por ejemplo, el hombre no puede casarse con dos hermanas, ni tampoco con una mujer y su tía.
Todo lo concerniente al “contacto íntimo” está prácticamente prohíbido. Tanto el hombre como la mujer no pueden contar a la gente lo que pasa entre ellos, entre otros tantos impedimentos. No está permitido que la mujer gaste del dinero de su marido sin permiso, y tampoco puede pedirle a un hombre que se divorcie para casarse con ella.
A diferencia de otras religiones, en el mundo musulmán la religión es la columna vertebral de toda sociedad. Por eso, muchos musulmanes consideran que los líderes religiosos deberían influir en los asuntos políticos.
Los derechos de la mujer, según la sharia
El rol de la mujer dentro del mundo musulmán ha sido, históricamente, un tema controversial a los ojos de occidente. La sharia presenta varias restricciones para la mujer quien, por ejemplo, debe esconder su belleza de los que no son su Máharim, que serían aquellas personas entre las que el matrimonio sería ilegítimo por cuestiones de parentesco. De la misma manera, no puede saludar a los hombres que no son Máharim, ni quedarse sola con un extraño.
La mujer musulmana, según la sharia, sólo puede casarse con un hombre musulmán, y con el permiso de su protector actual. Una vez que contrajo matrimonio, su protector pasa a ser su esposo. Los hombres, en tanto, están habilitados a tener más de una mujer.
En caso de querer divorciarse, la mujer debe contar con el consentimiento de su marido y, al mismo tiempo, pagarle la dote. Si llega a cometer adulterio, se enfrenta a la muerte por azotamiento o lapidación.
De acuerdo a lo establecido por la ley islámica, la mujer musulmana está sujeta a castigo después del testimonio de cuatro hombres justos, o tres hombres justos y dos mujeres justas.
Sin embargo, la palabra femenina no tiene valor ante el tribunal. Los crímenes que establece la sharia, como la homosexualidad, el adulterio, beber alcohol, y combatir contra el régimen islámico, sólo pueden ser probados por los hombres. Si una mujer presenció una violación o un robo, no tiene derecho a atestiguar. En caso de hacerlo, será sometida a 80 latigazos.
La belleza y la vestimenta también es una cuestión a tener en cuenta a la hora de seguir la sharia. En este sentido, se prohíbe el oro para los hombres, así como quitarse las canas y pintarlas de negro.
Tampoco están aceptados los tatuajes ni utilizar ropa pegada al cuerpo o de color transparente, entre otras tantas prohibiciones.
Castigos severos
En Occidente se suele rechazar cierta parte de la cultura musulmana por la radicalización de algunas de sus normas. En la sharia hay categorías de delitos. Están los conocidos como los castigos Hadd, que son aquellos que caen bajo la discresión de un juez; y también están los que son resueltos por medio de una medida “toca y daca” (tit-for-tat, es decir, dinero que se le paga a la familia de una víctima por asesinato).
Los delitos hadd son cinco: relaciones sexuales ilegales (relaciones sexuales fuera del matrimonio y el adulterio), acusaciones falsas de relaciones sexuales ilícitas, el consumo de vino (a veces ampliado para incluir todo el consumo de alcohol), el robo y el robo a mano armada.
Los castigos que se suelen aplicar a este tipo de delitos van desde la flagelación, la amputación, el exilio o ejecución. Medidas que suelen tomar una importante atención en los medios. Sobre todo los occidentales.
Algunos países, como Arabia Saudita, afirman vivir bajo la sharia pura y hacer cumplir las sanciones por delitos Hadd. En otros, como Pakistán, las sanciones no se han aplicado. La mayoría de los países de Medio Oriente, como Jordania, Egipto, Líbano y Siria, no han adoptado ofensas Hadd como parte de sus leyes estatales.
A partir de los mandamientos de la sharia también se han registrado crímenes de honor. Es decir, aquellos homicidios cometidos en represalia por deshonrar a la familia de uno. La ONU estima que miles de mujeres son asesinadas cada año en el nombre del honor de la familia.
La mutilación genital femenina, los matrimonios de niños y adolescentes, la poligamia, y las reglas de herencia sexistas, también despiertan una fuerte controversia en el mundo.
Existen penas radicales también para aquellos que optan por convertirse a otra religión. Los más extremistas proponen para éstos directamente la pena de muerte.
El Estado Islámico desde su nacimiento ha venido aplicando, sin excepeción, estos castigos Hadd ante cualquier alteración que pueda sufrir la sharia en las zonas que son controladas por el grupo yihadista.
¿El Estado Islámico, respeta la sharia?
Si bien este grupo extremista desde sus inicios ha buscado la imposición de la sharia en su expresión más rígida, muchos de sus actos han recibido el rechazo no sólo de occidente, sino también del mundo muslmán. Incluso hasta se ha puesto en duda si realmente el ISIS respeta la ley islámica.
“El asesinato de inocentes, musulmanes o no musulmanes, por ciertos grupos como el Estado Islámico bajo el pretexto de imponer una consideración confesional repugnante es un acto criminal y viola la sharia”, indicó la Unión Mundial de Ulemás Musulamnes (teólogos del islam), a través del influyente predicador qatarí Youssef Al Qaradaoui.
Wahab Raofi, analista y asistente de la OTAN, pidió a los intelectuales moderados del islam, condenar las matanzas de musulmanes y no musulmanes. “Tristemente, yihad se ha convertido en un eufemismo de genocidio”, apuntó.
Raofi escribió esta opinión en Global Post, portal para el que colaboraba el propio James Foley, una de las víctimas que fue decapitada por el Estado Islámico.
En sintonía con estas consideraciones, Naciones Unidas ha acusado a ISIS de estar llevando adelante una “limpieza étnica y religiosa”.
Fuente:Infobae
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