ALEJANDRO RUBINSTEIN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO
En ruta hacia el Mar Muerto se presenta, majestuosa, la fortaleza de Tel Arad.
Apenas a un kilómetro de la vía principal, invita a ser visitada ante el verde tapete del viñedo Yatir que le antecede.
Un breve video informativo para abrir el apetito arqueológico es seguido de una muy amable e informada explicación de Yarden, una chica de unos 18 o 19 años, que apoya sus conocimientos en mapas, esquemas y el Tanaj.
Primera estación, un profundo y simétrico pozo de recolección pluvial construido en 2 fases: la canaanita y la herodiana es el mudo testigo de la llegada de grupos de turistas que a lo largo del País buscan seguir las sendas del pasado.
La ciudad está dividida en dos partes, la zona baja fue habitada durante el calcolítico (4000 a. C.). Se ha hallado restos de un asentamiento cananeo de la Edad de Bronce que estuvo habitado hasta el año 2650 a. C. Estuvo deshabitada durante 1.500 años hasta que en el siglo XI a. C. se establecieron los israelitas.
En los tiempos de los reyes David y Salomón se construyó un gran complejo defensivo y sacro que se conoce por el nombre de La Ciudadela que fue destruida en el año 597 a. C. y en el 577 a. C. durante la invasión babilónica de Judá.
Los persas construyeron varias fortalezas que perduraron hasta la destrucción de Jerusalén por los romanos en el año 70.
En el siglo VI los musulmanes reconstruyeron la fortaleza que se abandonó en el siglo IX, sobre el año 861 que fue destruida y abandonada en un periodo de rebeliones.
El calor agobia. A la distancia se vislumbra un cuidador de camellos, quien los agrupa montado en un blanquísimo corcel. Mágico e icónico.
Es hora de refrescarse, segunda estación, la vinatería de Yatir recibe a quien le visite con sus magníficos vinos.
Cato el blanco y me paladeo. Muy bueno. Pruebo el Sirah y gozo su frutal sabor. Corto un pedazo de queso brie que luego se enjuga con una fusión de merlot, cabernet y shiraz.
Finalmente, el vino de colección de la casa. Impactante…color, textura y bouquet se combinan para deleitar el paladar.
Es hora. Me espera una larga jornada nocturna observando el tapete estelar en Mitzpe Ramon.
¿Y aún creen que Israel es Tel Aviv y Jerusalem nada más?
Es territorio de Yehuda, el rey Jizquiyahu pisó estas tierras. Historia, arqueología y vino, una mezcla que estimula al intelecto y las sensaciones.
¡Lejaim!
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