Nosotros, los paisanos

 

 

LA MEIDELE

-¿Y tú de dónde eres?
– De aquí, del D.F.
– !!!¿¿¿Neta???!!! Pues no parece.

¿Cuántas veces nos ha tocado tener este tipo de conversaciones a nosotros, los paisanos? Y es que es cierto, no hablamos como chilangos, no nos vemos como mexicanos y definitivamente no tenemos nombre nacionales. ¿Cómo va a pensar alguien que “Sharon” o “Salomón” son defeños? Nos vemos extranjeros, aunque no nos sentimos foráneos (claro… mientras estemos en Interlomas, Bosques, Teca, Polanco o la Condesa).

Tres generaciones después de que nuestros bisabuelos llegaran a esta exótica y muy caótica ciudad, nosotros seguimos siendo foráneos. Pero a diferencia de la mayoría de las comunidades en el mundo, los paisanos nos sentimos tanto judíos como chilangos; 50%-50%. No es como en Estados Unidos que son más gringos que judíos o como en China, en dónde seguramente los judíos son más judíos que chinos. Yo no me siento ni más chilanga ni más judía, soy parte de una subcultura más en la Ciudad de México: Los Paisanos.

Como en cualquier subcultura de cualquier lugar del mundo, hay opiniones en contra y a favor tanto de los miembros de ésta como del mundo exterior. En el D.F. los paisanos creemos que somos muchísimos, que todos en la Ciudad de México sabe quienes son los paisanos (que la Ciudad de México se reduce al poniente). Los goys son tantos (todos los que no son judíos en la Ciudad más grande del mundo) que obviamente no existe una sola opinión de su parte hacia los paisanos.

Están los que viven en el poniente, vecinos, meseros, dependientes, taxistas, etc saben que existen los paisanos porqué los ven caminar en la calle de Teca los sábados, ven los letreros de Shaná Tova en la entrada del Club de Golf Bosques, van a las mismas universidades que nosotros y las calles están llenas de tiendas Kosher. Muchos de ellos nos quieren y muchos no (es irrelevante), pero todos conocemos a ese cuate goy que en la Ibero se volvió el “amigo de los paisanos”, inclusive nos dice paisanos (y nadie nos dice paisanos más que nosotros mismos). Luego están los inevitables haters, maestros a los que les hicimos la vida imposible en la escuela, vecinos a los que nos les metimos en la cola del Olvio o los que odian de plano a TODO. Pero la verdad es que la mayoría de los mexicanos a penas han escuchado que existen judíos en la Ciudad. La verdad es que lo interesante de esta subcultura de paisanos es que no es una religión, no es un culto, es una forma de vida.

Hay opiniones buenas y malas de paisanos hacia paisanos, pero la verdad es que nos guste o no… todos somos paisanísimos. Nos quejamos y nos quejamos de lo que hacen nuestros padres paisanos y repetimos sus patrones, nos quejamos de que todos vivimos en el mismo lugar y compramos casa al lado de todos los paisanos recién casados en Secretaría de Marina, nos quejamos de los paisanos pero contratamos a un “paisano de confianza” para manejar nuestros negocios… ¡Pues claro que nos quejamos, somos paisanos!

A continuación algunas de las carácterísticas exclusivas del paisano (Ojo: Paisano =
Judío del D.F.). Porfavor, sientanse libres de agregar sus carácterísticas favoritas del paisano.

– No hay nada más paisano que: Tacos al pastor con tjine.
– Las niñas de pelo chinísimo que se lo tratan de alaciar con demasiado mouse.
– ¡Pishar!
– Miiiiiiiiiiiiiil gracias, te quiero miiiiiiiiiiiiil.
– Para todo se dice Shema, Jazito o Bar Minan (aunque no seas shajato).
– Todas las niñas traen pulsera de ojitos y los niños collar de maguén david.
– Hablamos en hebreo, idish o árabe para que no nos entiendan (Lástima por los turcos el ladino es igualito al español).
– Tenemos uniformes, depende la moda: Abercrombie, Bolsa de Michael Kors, Tenis Puma o Converse o Vans, Lululemon, Juicy, etc.
– Jugamos al “Get Engaged Challenge” un miembro del grupo de amigos se compromente y reta a todos a comprometerse.
– ¿Y de despedida de soltero/a? Playa del Carmen o Vegas… Qué, ¿hay otro lugar, papá?
– Todos los planes sociales involucran una narguila.
– Cuando le dices a una paisana algo que no puede creer te va a decir: ¡Juraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
– Todos se fueron a “LA MEJOR” Ajshará y todos los demás son unos inútiles por haber hecho algo diferente.
– Todos nos encargamos de hacer shidajs todo el tiempo, inclusive sin que hayan sido solicitados.
– Sin shikse, no existo.
– Todas están en todas las dietas y todas las clases para bajar de peso, pero somos nalgonas por naturaleza (las idish).
– ¿De vacaciones? ¡A Miami!
– Si en prepa no estabas en un equipo bueno de Fut o bailabas en el Aviv no tenías vida social.
– Siempre somos la mesa más ruidosa del restaurante. Pero siempre vamos a los mismos restaurantes, así que estamos en los restaurantes más ruidosos.
– Echamos “Jatri-Jar-Ba” (o como se escriba) para absolutamente todo.
– 3 generaciones después de los judíos en México siguen habiendo paisanos shajatos, paisanos idish, paisanos turcos.
– Tenemos nuestros propiops puestos de comida kosher en la calle: La Muertita, Hilario, El Shaab, Vanelos Burger, etc. (Lo más chilango y judío).
– Pero realmente la comida oficial de la subcultura paisana no es kipe, ni guefilte fish. Es sin lugar a duda: Sushi.
– Cuando alguien se casa con un extranjero los paisanos esperan con ansias a conocer a los “paisanos” de otro lugar. ¡A ver si así me caso!

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La Meidele: Es una niña no paisana, sino paisanísima de la comunidad de judíos en México. Yoga, Pants, Frapes con las amigas y mucho sushi; pero también tnuot, jaguim y tradiciones. Ve la vida de los paisanos a través de los ojos de una Millenial con mucho humor negro. Cree que no hay mejor filosofía de vida que la de burlarse de uno mismo, fan forever de Woody Allen. Aunque en realidad ¿Quién no es La Meidele?