La Noche de los Cristales Rotos (Kristallnacht). El preludio de la destrucción

Enlace Judío México e Israel – La Kristallnacht fue la culminación de más de 5 años y 9 meses de discriminación y persecución sistemática de los judíos en Alemania. El medio millón de judíos de Alemania, que constituían el 0,76% de la población, fueron objeto de envidia y fueron marcados como el enemigo interior, la causa de la derrota de Alemania en 1918 y los culpables de la situación económica de Alemania. Todo esto, en contraposición al patriotismo de estos judíos, que durante la Primera Guerra Mundial, 12.000 de ellos murieron en acción por Alemania.

DR. MARIO SINAY PARA ENLACE JUDIO MÉXICO

Las Comunidades Judías en Alemania se remontaban a mil años atrás. Los judíos eran orgullosamente alemanes.

El 18 de Octubre de 1938, más de 17.000 judíos fueron expulsados de Alemania, por orden de Hitler. Eran judíos de origen Polaco que Vivian legalmente en Alemania por generaciones. Fueron arrancados de sus hogares y conducidos a la estación de tren fronteriza polaca de Zbaszyn. Allí, en condiciones inhumanas, esperaban que el gobierno polaco aceptase hacerse cargo de ellos. Al menos 5 de ellos se suicidaron.

Una pareja de Hannover, Sendel y Riva tenía un hijo de 17 años viviendo en Paris. Herschel Feibel Grynzpan. Su hermana, Berta, le escribió una postal el 3 de Noviembre describiendo la situación: “Comprendemos que es el final. No tenemos ni un céntimo. ¿Podrías enviarnos algo?”

La mañana del domingo 6 de noviembre compró una pistola con el fin de matar al Embajador Alemán en Paris. El tercer secretario de la embajada, Ernst Vom Rath lo recibió en su despacho. Grrynzpan le disparó tres veces.

Quizás el joven judío no midió las consecuencias. Quizás pensó que ese acto llamaría la atención del mundo para que esos pobres judíos que se habían convertido en apátridas, pudieran obtener los pasaportes que se les negaban. Quizás ese acto desesperado traería la cordura que parecía desaparecer a cada minuto.

El momento oportuno se presentó con la muerte de Vom Rath. Los líderes nazis tenían en mente desde hacía ya mucho tiempo una acción masiva y violenta contra los judíos. En Alemania, los periódicos denunciaban como asesino al Pueblo Judio.

La noche entre el 9 y el 10 de Noviembre de 1938, se desencadenó en Alemania un episodio coordinado de violencia incontrolada contra los judíos. En 24 horas de caos y destrucción, decenas de miles de hogares y tiendas de judíos fueron saqueados. ¡91 judíos fueron asesinados! Más de 30.000 hombres judíos fueron detenidos y enviados a Campos de Concentracion. Cerca de 1,400  Sinagogas fueron incendiadas y arrasadas. Sus objetos sagrados fueron profanados, sus libros destruidos y quemados. La comunidad judía fue obligada a pagar una indemnización de mil millones de marcos.

En Mainz fueron destruidas 6 Sinagogas, junto al Colegio Religioso Judío, el Museo Judío, la Biblioteca Judía y el Cementerio Judío. En la ciudad austriaca de Graz, del laureado Premio Nobel Judío en medicina de 1936, Otto Loewi, su Sinagoga y el Colegio Judío a orillas del rio, fueron destruidos. Se informó de la destrucción de Sinagogas en toda Austria: Linz, Salzburg, Bad Hallein y Bad Gastein.

En Viena los ataques fueron coordinados por la SA Austriaca. Camiones llenos de judíos fueron conducidos a la calle Moliner, donde se les forzó a demoler una Sinagoga. 22 judíos se suicidaron. En total, durante la Kristallnacht fueron destruidas en Viena 95 Sinagogas y centros de oración.

Desde Munich la prensa británica informo de 4 ciudades al sur de Alemania en las que se habían destruido comercios judíos y quemado Sinagogas: Múnich, Núremberg, Bamberg y Bayreuth. Fueron demolidas las Sinagogas de Potsdam, Brandenburgo, Eberswalde y Cottbus. En Wiesbaden fueron arrestados más de 2000 judíos junto a todos los Rabinos y todas las Sinagogas del distrito fueron quemadas.

Según Mitchel Bard[1], fueron destruidas las Sinagogas en Aachen, Altdorf, Augsburg. Bad Homburg, Baden Baden, Baisingen, Bamberg, Berlin, Bobenhausen, Brandenburgo, Bremen, Breslau, Bonn, Colonia, Cottbus, Duseldorf, Eberswalde, Essen, Frankfurt, Giessen, Hamburgo, Heidelberg, Hochburg, Konstanz, Leipzig, Memel, Munich, Potsdam, Salzburgo, Sklowar y Stuttgart.

Las Sinagogas de Siegen, Eberswalde, Wiesloch, Korbach, Eschwege, Thalfang, Ragensburgo, Bremen, fueron fotografiadas cuando ardían.

Conocemos solo 3 aldeas alemanas en las que los párrocos y los alcaldes impidieron un pogromo durante la Kristallnacht: Warmsried, Derching y Laimering. [2]

Durante la Kristallnacht murieron 91 judíos. El Shamai de la Sinagoga de Berlín en la calle Prinzregentstrasse fue encontrado quemado junto a su familia. En Bassum, Josephine Baehr, de 56 años, vio como arrestaban a su marido y su casa era demolida. Se suicidó. En Glogau, donde sus 2 Sinagogas fueron arrasadas, Leonard Plaschte fue arrojado a través de una ventana y murió. En Jastrow, Max Freundlich, padre de 3 hijos, fue asesinado al ser detenido. En Beckum, fue asesinado Alexander Falk. Tenía 95 años.

Los judíos fueron atacados en todas las poblaciones de Alemania, desde la capital Berlín, y hasta los más pequeños pueblos y aldeas en los que Vivian los judíos en todo el Reich de Hitler. No fue una explosión espontanea de violencia, sino un tumulto y un torbellino de destrucción, coordinado e incluyente orquestado por el régimen nazi.

Fue mucho más que la rotura indiscriminada de cristales, fue la manifestación concreta y sin pudores de un odio que venía gestándose desde mucho tiempo atrás y que hoy se expresaba con un grado de fanatismo que, como una mecha, se encendió y concluyó con el estallido de la violencia masiva que abriría las puertas del infierno en el que estaba por entrar toda Europa.

La señal para el inicio fue dada por el ministro de propaganda, Joseph Goebbels y ejecutadas por los organismos nazis. El acontecimiento recibió una amplia cobertura en la prensa internacional. Ningún acontecimiento en la historia de los judíos Alemanes entre 1933 y 1945 fue objeto de una cobertura similar. El mundo miró atónico lo que ocurrió y aunque la prensa internacional condenó el hecho, no tuvo poder de reacción.

La Kristallnacht marcó el momento en que el nazismo no pudo considerarse otra cosa que una fuerza política maligna. Fue el momento en que Alemania y los alemanes perdieron toda apariencia de respetabilidad. No se alzaron voces en Alemania condenando los actos. Quedaron todos silenciados por un sentimiento de complicidad o estupor. El mundo civilizado se sintió (o debió de haberse sentido) ultrajado. ¡Aun no eran épocas de Guerra!

La Kristallnacht fue mucho más que una vergonzante serie de actos de destrucción y ultraje perpetrados contra los judíos de Alemania. Fue un punto de inflexión que marco el momento en que Alemania se alejó de todo estándar Europeo y de lo que constituye un comportamiento aceptable entre las naciones civilizadas.

Al mismo tiempo, constituyo un desafío al resto del mundo en lo que se refiere a la provisión de refugios seguros para los cientos de miles que intentaban escapar de la furia nazi. Los acontecimientos de esa noche singular fueron un hito en la historia universal de la Humanidad.

El nombre con el que se conmemora y se bautizó a aquella noche de terror: La Kristallnacht, “La Noche de los cristales rotos”, fue para los perpetradores tal la destrucción, que el nombre reflejaba tanto su sensación de triunfo como su desprecio por los judíos: ¡Triunfo sobre lo que habían destruido!

¡Aquella noche, todos los judíos alemanes, padecieron miedo y desconsuelo!

Casi 400 años antes, en 1543, Martin Lutero, en su carta “sobre los judíos y sus mentiras”, recomendaba que las Sinagogas de los judíos “Deberían ser incendiadas y todo aquello que no arda debería ser cubierto y enterrado con tierra, Y eso debería hacerse por el honor de dios”.

 La Kristallnacht, fue el preludio de la destrucción de todo un pueblo y una señal y alerta de lo que puede ocurrir cuando una sociedad cae víctima de sus más bajos instintos. Después de esa noche, ningún alemán podía alegar que no sabía que en su país se estaba persiguiendo con violencia a los judíos.

Se oficializó el odio y la discriminación y de esa manera la sociedad dio aval a la política del exterminio, que se venía preparando desde mucho antes en las entrañas insondables del odio histórico que Alemania fue albergando.

¡Todos los eventos de la Kristallnacht ocurrieron en un lapso de 24 horas!

A las cinco de la tarde del 10 de Noviembre, Goebbels emitió la orden de que se pusiera fin a las “Manifestaciones Espontaneas”. Muchas Sinagogas seguían ardiendo.

El periódico Americano Times en su artículo: Un día negro para Alemania, del 11 de Noviembre de 1938, decía: “Ningún propagandista extranjero empeñado en ensombrecer la imagen de Alemania ante el mundo, será capaz de superar la historia de incendios y palizas, de ataques de matones contra gente indefensa e inocente, que ayer hizo caer en desgracia a ese país”.

 

 

 

 

[1] Mitchel G. Bard. “La noche de los Cristales rotos”. Apendice D, Pag 259.

[2] Anthony Read y David Fischer. “Kristallnacht: The nazi night of terror”. Pag 105.

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