SAL EMERGUI
“Qué vergüenza”, murmura desde su escaño Benjamín Netanyahu ante uno de los golpes parlamentarios más dolorosos en su tercera etapa como primer ministro de Israel. Su ira no se debe al éxito de una moción de censura sino a la aprobación en primera lectura de un proyecto de ley contra el medio que más le apoya: el popular y gratuito diario Israel Hayom (Israel Hoy) que pertenece al multimillonario norteamericano Sheldon Adelson. La plataforma más influyente para hacer frente al “hostil” rotativo Yediot Ajaronot, ex número 1 de la prensa en hebreo.
En el último capítulo de una agria batalla periodística, política y económica, 43 diputados (entre ellos socios de Netanyahu como el ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman) votaron a favor de la Ley de defensa de la prensa escrita. Más conocida como Ley Israel Hayom, pretende prohibir su difusión gratuita. 23 parlamentarios-del Likud y algunos de izquierda- se opusieron a lo que llaman “ataque a la libertad de expresión”.
36 diputados se inventaron una excusa o se invitaron a un acto lejos de la Knésset (Parlamento) para esquivar el aprieto de elegir entre los dos diarios más poderosos de Israel. No es de extrañar que Israel Hayom atizara ayer con dureza a los legisladores favorables a un proyecto que aún debe superar un largo camino para que sea realidad.
“Es una idea muy peligrosa. Si la propuesta se aprueba, vendrán de Corea del Norte para aprender cómo se cierra un diario. A mi no me gusta nada Haaretz (de izquierdas) pero lucharé para que salga cada día”, declaró el ministro Yuval Steinitz. El promotor del proyecto, el laborista Eitan Cabel, apuntó a Netanyahu y sobre todo a su aliado Adelson acusándole de destrozar la competencia al bajar los precios de publicidad. “No queremos cerrar el diario sino que haya competencia leal para que la prensa escrita pueda sostenerse. No podemos aceptar un modelo de diario basado en la fortuna del casino de un magnate extranjero al servicio de un político”, señaló.
Según Cabel, el nacimiento de Israel Hayom en el 2007 provocó la muerte del histórico Maariv, diario que en los últimos meses ha resucitado tras ser comprado por el grupo empresarial del Jerusalem Post. “Es mentira porque un año antes, Maariv ya tenía pérdidas de 20 millones de euros”, responden desde el periódico gratuito.
A pocos metros del Templo de Tel Aviv, el Nokia Arena donde juega el campeón de Europa de baloncesto,Maccabi, se encuentra la sede de Israel Hayom. En una entrevista con EL MUNDO, el jefe de Información, Ariel Schmidberg, se rebela: “Es un proyecto que el Tribunal Supremo lo anularía por ilegal. El Parlamento actúa contra un millón y medio de ciudadanos (de un total de ocho) que cada día leen nuestro diario. No es un asunto ideológico sino económico porque nuestro éxito perjudica a Yediot Ajaronot”, explica destacando que el modelo sin pago está presente en todo el mundo.
“En ningún país se cierran diarios por ley. Como única democracia en la zona, Israel debería estar orgullosa de tener tantos diarios y lectores”, sentencia Schmidberg. Y recuerda que centenares de familiares dependen del rotativo. En un último llamamiento antes de la votación, el periodista Gonen Ginat escribía: “El 80% de los israelíes se opone a que nos cierren la boca. Es el momento de la verdad, los diputados deben decidir que quieren ser, justos o los que ceden al rodillo de Noni Moses (propietario de Yediot) que pretende volver a ser monopolio”.
El dinero es fundamental en la lucha sin cuartel entre los dos gigantes de la prensa escrita. La tarta de publicidad de los medios es muy apetitosa en un país donde seguir la actualidad es una droga. La pugna llegó a tal extremo que Israel Hayom publicó en portada el teléfono de Cabel. En pocos minutos, su oficina quedó colapsada. La respuesta del laborista fue desviar las llamadas a la sede del primer ministro. En el amor, la guerra y la comunicación, todo vale.
Fuente:elmundo.es
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