La Comunidad Judía de México, Enlace Judío y APEIM lloramos a un héroe: el inolvidable Bedrich Steiner Z”L

MAY SAMRA PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Bedrich Steiner con la Embajadora de Polonia

No creí alguna vez escribir este texto sobre Bedrich Steiner. El hombre había sobrevivido Auschwitz, el hambre, la culpabilidad, la soledad; por lo tanto, era invencible, inmortal.

Era (con dolor digo “era”) el protagonista de las Marchas de la vida mexicanas (recorrido de los campos de concentración en Polonia), el ponente de innumerables ceremonias de recuerdo del Holocausto,un ejemplo de resiliencia. Steiner era, junto con Peter Katz (que D-os le otorgue muchos años más de vida) los dos icónicos sobrevivientes del Holocausto, cada uno con su estilo. Sus siluetas, en los desayunos de APEIM y en los debates de Polémica y Café. “Nuestros” sobrevivientes son nuestras joyas atesoradas, por una parte porque se salvaron, deslizándose por una rendija muy delgada, del implacable destino reservado a otros; y por el otro porque son testimonios vivientes frente a los negadores del Holocausto.

En su juventud, después de la guerra, Bedrich fue camarógrafo. Por ello, él y yo nos nombrábamos “colegas”. Llegaba a las oficinas de Enlace Judío, a tomar un café y a decirme que no trabajara tanto, que tomara con calma la vida. Fue el protagonista de uno de los reportajes más emotivos que jamás haya realizado y uno de los mayores éxitos de Enlace Judío: tuve el honor de grabar su Bar Mitzvá, que realizó a los 81 años en el Centro Deportivo Israelita:

No lloré cuando el rabino dijo el Kadish por los padres y hermanos de Bedrich, desaparecidos en la Shoá. Me intenté contener cuando vi que el maestro del Bar Mitzvá era cuarenta años menor que su alumno. Tampoco solté el llanto cuando Bedrich relató el día de Su Bar Mitzvá en las letrinas de Aushwitz: esta ocasión fue la última en la que vio a su padre, quien no pasó la “selección” de este día. Pero no pude retenerme cuando el Rabino Anidjar le regaló el libro de su autoría con tema del Tefilín, pidiéndole, a cambio, una bendición para el Pueblo de Israel. “¿Quién soy yo” decía Bedrich “para otorgar una bendición? Ni siquiera sé cómo se hace”. Entonces, mientras rodaban las lágrimas a lo largo de mi cara, le supliqué a quien sobreviviera el genocidio más terrible de la historia que nos bendijera, lo cual hizo, con una infinita paciencia y la sonrisa tierna: en esta bendita mañana de mayo, había vuelto a ser el niño de trece años que la Comunidad recibe como hombre.

Un Bar mitzvá en las letrainas de Auschwitz. Mientras grababa lo sucedido, podía escuchar, detrás de mí, hombres adultos sollozar

La complexión frágil de Steiner era sólo aparente, pues sus opiniones eran contundentes. Nunca supimos de dónde este ser, de mirada dulce, sacaba vigor para subirse a un avión más, a un coche más , y rendir testimonio, acompañado de su inseparable esposa Hana: habiendo vivido el horror de los campos, era un ponente insustituible de cualquier conmemoración del Holocausto. Enlace Judío lo siguió a lo largo y ancho de los caminos de la República Mexicana, en las aulas, en las salas de conferencia, e incluso en la Cámara de Diputados y al Senado.

A la vez, en el marco de la Marcha de la Vida , volvía valientemente, una y otra dolorosa vez, a vivir los escenarios de sufrimientos, vejaciones y exterminio. Lo hacía arropado por decenas de jóvenes de la Comunidad Judía de México, para quienes era símbolo de esperanza y perdón.

Al inicio, Bedrich se guardaba los detalles íntimos de su vida en esta época, pero, a lo largo de sus ponencias, el humo de los hornos de Auschwitz empezó a olerse, más y más, en las salas de conferencia. Enlace Judío fue el primero, tras una entrevista realizada en Jerusalem a Yehuda Bacon, afamado pintor y amigo de Steiner, al revelar un episodio desconocido de la vida del sobreviviente mexicano: había sido parte de un grupo de 90 niños seleccionados por el mismísimo y tristemente famoso médico nazi, el Dr Mengele, para ser parte de un experimento. El experimento, planeado en un espacio de Birkenau, fue afortunadamente abortado por el avance aliado y los integrantes de este grupo, que aún se reúnen, se llamaban “Los Birkenau Boys”.

Bedrich reconoció que había mantenido secreto este episodio de su vida, pero que estaba dispuesto a darme más detalles de la misma. Llegó a nuestras oficinas encumbrado con decenas de álbumes y sobres: en ellos, fotos y documentos que aclaraban, en detalle, la trayectoria de una vida. Fue una mañana memorable de lágrimas y recuerdos….

Bedrich era muy sionista.No soportaba los ataques contra el Estado judío pues creía firmemente que “si Israel hubiese existido antes del Holocausto, la muerte de seis millones hubiera podido evitarse”. En una conferencia de Mauricio Pilatowsky en APEIM, Steiner se se enfureció por un comentario anti israelí del ponente:

Por esta combinación de dulzura y fuerza, creímos que tendríamos a Bedrich por siempre con nosotros. Nos equivocábamos. La noticia de su partida nos golpea como un segundo Holocausto, el Holocausto de la memoria, de las memorias. Uno menos, un testimonio viviente menos para contar, para hablar de la humanidad rota y para explicar que se puede perdonar mas no olvidar.

Descansa, Bedrich, del peso de la inexplicable maldad humana sobre tus hombros, de la responsabilidad de despertar a los muertos, de la tarea de avivar las conciencias aletargadas por la prosperidad, de las miradas de compasión, de ingratitud e incomprensión.

Fuiste un milagro. Extrañaremos, el próximo Día Internacional de Recuerdo del Holocausto, tu guiño del ojo, tu voz un poco ronca, tu mirada lejana.

Únete ya con tu padre, para quien dijiste Kadish el día de tu Bar Mitzvá, únete con tu familia, con estos seis millones de fantasmas, de seres-cenizas, de historias, de preguntas.

Ésta es la bendición de Bedrich Steiner al Pueblo Judío y a México:

Algunos mensajes de condolencias:

Queridos Amigos Mexicanos

Shalom!