Lanzan el primer cómic en Braille

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La iniciativa de Nacional Monte de Piedad busca apoyar a débiles visuales y ciegos; es considerada también un hecho inédito en el país.

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La aparición del primer cómic en braille Sensus, el universo en sus ojos,  es digno de celebración porque de todas las publicaciones impresas que se realizan en el mundo, solo 1 por ciento, se edita en este sistema de puntos en relieve, lo que significa que muchos de los débiles visuales y ciegos no tienen acceso a la lectura, señaló el investigador cinematográfico y escritor de historietas Jorge Grajales.

El guionista de este singular cómic —quien padece de queratocono, una condición que lo convierte en débil visual— asegura que esta iniciativa de Nacional Monte de Piedad, que busca apoyar a débiles visuales y ciegos, es un hecho inédito en México.

“Es la primera vez que se publica un cómic en braille, el cual también podrá ser leído de forma tradicional. Es un primer paso para que los débiles visuales —en México, de acuerdo a información del Inegi presentada en 2010, existen un millón 292 mil 201 discapacitados visuales, siendo ésta la segunda discapacidad en el país— tengan acceso a la lectura del cómic”, apunta.

Este proyecto que cuenta con textos de su autoría e ilustraciones de Bernardo Fernández, BEF, tiene un objeto muy loable, ya que por cada ejemplar que se venda a un precio de 30 pesos, el Nacional Monte de Piedad donará un par de lentes a niños de escasos recursos del Estado de México a través de la Fundación Ver Bien para Aprender Mejor.

Proyecto que genera conciencia

El historietista Bernardo Fernández, BEF, quien se siente “muy orgulloso de ser parte de este proyecto”, indica que el cómic Sensus, el universo en sus ojos opera en tres ejes.

“El primero contempla la inclusión en el formato del cómic de los que tienen discapacidad visual; el segundo busca la posibilidad de crear conciencia entre los que sí vemos para sensibilizarnos acerca de los retos que enfrentan quienes carecen de la vista, y el tercero pretende que con la venta de cada uno de estos ejemplares se conviertan en un par de anteojos para niños con discapacidad  visual”.

Sensus, el universo en sus ojos habla acerca de un astronauta que cae en un planeta donde pierde la visión. Ahí se encuentra con los seres que habitan ese lugar que no tienen ojos pero que se apoyan en sus otros sentidos para sobrevivir. Él les pide ayuda para salir de ese planeta, y aunque no lo pueden complacer, sí le ayudan a adaptarse a su nueva condición.

Al final del cómic se incluye el alfabeto braille, para que el lector visualmente funcional se acerque a la otra narrativa y conozca un universo que le es ajeno, relata Bernardo Fernández, quien ha publicado más de 15 libros entre los que se encuentra Tiempo de alacranes, Premio de novela policiaca Una vuelta de tuerca en 2005.

“Si quieres completar la historia te puedes ir al código braille y literalmente puedes decodificarlo. Para los que sí vemos implica un ejercicio empático y de concienciación, al constatar lo terrible que es quedarte a medias porque no percibes el mundo de esa manera, y el otro  reto es que la gente aprenda y complete el resto de la historia a través de este sistema”.

Para BEF no fue difícil trabajar con Grajales, ya que según sus palabras el guión era muy específico: “Jorge, quien además es una apasionado del cine, entiende muy bien el formato del guión audiovisual, así que me dio indicaciones muy concretas, incluso de la composición, y trabajar así fue una delicia”.

La historieta también se podrá adquirir en una tienda-bus itinerante que recorrerá distintos puntos de la Ciudad de México, así como los estados de Puebla y Veracruz.

Inaccesibles, 95 por ciento de materiales de lectura

En la presentación que hace Jorge Grajales del cómic, señala que de acuerdo con datos presentados en 2012 por la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay 285 millones de personas con algún grado de discapacidad visual. De ellas, 39 millones son totalmente a ciegas.

“Así pues, el discapacitado visual enfrenta —entre otros avatares— el problema del oscurantismo, no de la visión, sino el resultante de la ausencia de lecturas, de no ser considerado su derecho a leer, como el de todos los demás”.

Cuestiona que 95 por ciento de los materiales de lectura que se editan en el país son inaccesibles para las personas ciegas o con discapacidad visual, ya que del total de publicaciones solo 0.5 por ciento se elabora mediante el sistema braille.

Fuente:milenio.com