NEDDA G. DE ANHALT
Sólo es feliz aquel que es dadivoso
Wolfgang Goethe, en boca de Fausto.
Happy are those who observe justice,
who do righteousness at all times:
Felices los que practican la justicia
y hacen siempre lo que es justo.
Salmo 106:2-3
Lo que muchos querían saber acerca de la comunidad judía en México, pero no sabían a quién preguntar, podrán encontrarlo en Retina Histórica y Remembranzas de la Comunidad Judía de México[1], de Manuel Taifeld Frosz. ¿Quién es este autor? Pues fue un niño de seis años a quien regalaron una cámara fotográfica. Desde entonces, el espíritu de la visibilidad se apoderó de su ánimo y comenzó a contemplar y plasmar el mundo con su bosque sorpresivo de rostros y cuerpos humanos. Así, unió el azar con la lente y empezó a fotografiar. Y si los lectores quieren saber más del autor, de Sara su bella esposa, su familia o los que lo ayudaron en este vasto proyecto, los remito a las 178 páginas de esta valiosa obra.
Retina Histórica y Remembranzas de la Comunidad Judía de México es un libro de recuerdos eficaces y bienvenidos, con su multitud de textos e imágenes; en ocasiones, en disposición laberíntica, enlazadas para homenajear tanto a Cronos como a Mnemosyne. En estas páginas las imágenes nos sonríen desde su juventud y nos provocan una nostalgia atroz.
Todo el libro de Taifeld Frosz apunta a un apoderamiento certero en su tejer y destejer historias de esta comunidad judeo-mexicana que dio comienzo con dos inmigraciones.
La fijeza de estas fotografías va mostrando músicos, aboneros, soldados y unos ciclistas con sombreros y corbaticas de moño, en Chapultepec. En otra foto conoceremos a los hermanos Levy, quienes en 1904 fundaron la tienda High Life y, posteriormente, instalaron una fábrica de camisas. Sabremos que, en junio de 1914, se fundó —con el beneplácito de Francisco I. Madero— la primera Beneficencia Judía en México. Asimismo, en 1918, con la autorización del presidente Venustiano Carranza, se construyó la primera Sinagoga del país, en la calle de Justo Sierra 83. Este espléndido desfile de imágenes prosigue con la fundación del primer centro de estudios del Talmud. Hay imágenes también de paseos, rabinos, cantores, coros, colegios, bibliotecas, prensa, comité de damas. Se incluyen, además, fotos de obras filantrópicas como las de Amparo y Max Shein.
La fundación del Centro Deportivo Israelita (CDI); de la revista Kesher y la Asociación de Periodistas y Escritores Israelitas de México (APEIM) fueron puertas abiertas donde entró nuevo oxígeno cultural y se vio el resplandecer de grandes nadadores y gimnastas olímpicos.
Y todos estos recuerdos se acompañan con retratos —hechos en México— de Beto el Boticario, F. Gabilondo Soler (Cri Cri), Clavillazo, Susana Alexander, Cachirulo; parejas famosas como Manolín y Schilinsky, Viruta y Capulina, Tin Tan y Marcelo. No faltaron imágenes de programas de la televisión mexicana que en una época causaron deleite a los televidentes como “El Club del Hogar” con Daniel Pérez Arcaraz y “Gutierritos” con Rafael Banquells. Y si entramos de lleno a esta marea que derrama fotografías, ahí están la Diana Cazadora, el Paseo de la Reforma en colores sepias, la Columna de la Independencia, el cine Alameda, el Centro Mercantil, el Palacio de Bellas Artes y, por supuesto, el Shul de Álamos, del cual Taifeld Frosz es presidente y responsable. Es más, en la entrega de estos ejemplares que se adquieren por medio de donación voluntaria, el autor aclaró que lo recaudado se destinará para dicho templo.
Es imposible dar a conocer en estas breves líneas el caudal de riqueza informativa —si bien precisa pero sucinta— que contiene este libro. No obstante, me detengo brevemente en dos beneficencias más: Hils Farein y OSE, entre otras, dedicadas, la primera a brindar ayuda a judíos necesitados; la segunda, da asistencia médica gratuita a judíos de escasos recursos económicos. Lo comento porque me parece necesario subrayar un lugar común, o mejor dicho, un prejuicio que prevalece en el pensamiento de muchos por el mundo: “todos los judíos son millonarios”. Este antiguo prejuicio cobró legalización virulenta en la convulsionada y antisemita Francia de Dreyfus. Si los prejuiciosos del mundo se enteraran que entre los judíos mexicanos (y de otros países) hay tanta pobreza, les causaría incredulidad. Las beneficencias en México abundan: Alianza Monte Sinaí, Unión Sefaradí, Nidje Israel, Agudant Ajim y muchas más.
Manuel Taifeld Frosz y sus colaboradores deberán sentirse muy felices con este libro; sus recuerdos y los de esta comunidad ya fueron recordados con su debido reconocimiento. Cabría agregar que el valioso acervo fotográfico del autor ha sido exhibido en numerosas exposiciones.
Para finalizar, sólo menciono y de manera simbólica, algunos nombres de los contribuyentes en esta magna obra; un intelectual de primera línea, Dr. Ariel Kleiman; una profesora admirada por sus alumnos, Jaya Torenberg; una defensora de los derechos humanos, Danielle Wolfshowitz; un periodista y fotógrafo dedicado, Lic. Enrique Rivera; un abogado escritor Eduardo Luis Feher… y muchísimos más que dieron y compartieron con el autor esta suerte de catálogo razonado y memorioso de una comunidad judía que vino a pisar firme en estas tierras míticas donde el águila mordió a la serpiente.
[1] Instituto Nacional del Derecho de Autor, Derechos Reservados, Titular: Taifeld Frosz, Manuel, Registro Público 03-2014-070109230400-01.
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