SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – En muchas situaciones, la intervención médica rápida puede salvar vidas, y en muchos casos, los paramédicos militares son los primeros en llegar a la escena y proveer tratamiento de emergencia. Esta es la historia de cómo los jóvenes israelíes se vuelven paramédicos diplomados y capacitados de las FDI.
Los paramédicos FDI tienen una enorme responsabilidad. Tienen que estar preparados para llevar a cabo operaciones de campo y estabilizar a los soldados heridos hasta que sean evacuados a un hospital. Como parte de la fuerza de combate, tienen que ser tan versados en combate como en medicina. El cabo Labiv Voby, el segundo paramédico druso en la historia de las FDI, y la cabo Tigisat Yatmano, la primera paramédico etíope en la historia de las FDI, son dos de los cuarenta paramédicos que recientemente completaron su formación de 15 meses.
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El Cabo Voby nunca olvidará el evento que despertó su interés en convertirse en paramédico. Antes de alistarse en el ejército israelí, el Cabo Voby fue testigo de un catastrófico accidente de coche. Corrió hacia el vehículo y trató de ayudar a los pasajeros, pero como carecía de experiencia médica, no podía hacer gran cosa. Cuando llegaron al hospital, uno de los pasajeros fue declarado muerto y los otros estaban gravemente heridos.
Capacitación para salvar vidas
Convertirse en paramédico es un proceso largo. La Formación comienza con un curso de cuatro meses premilitar intenso en el que los soldados aprenden cómo proporcionar tratamiento médico básico. “Fueron cuatro meses llenos de estudios varios“, dijo la Cabo Yatmano. “Cada semana se iniciaba con un examen sobre lo que habíamos aprendido la semana anterior.”
Después de la llamada a filas y completar su formación básica, comienzan turnos en hospitales y en Maguen David Adom, el equivalente israelí de la Cruz Roja. Acompañado por paramédicos de alto nivel, los soldados aprenden a tratar a los pacientes. “Recuerdo una vez cuando me trajeron una víctima de bala al hospital en estado crítico”, dijo Corp. Voby. “Cuando el drama había pasado el médico que estaba a cargo de la sala de urgencias me llevó aparte y me dijo: ‘Buen trabajo. Vas a ser un paramédico increíble’. Es increíble ver la influencia que tenemos y lo importante que es nuestro trabajo”.
Después que adquieren la experiencia necesaria, los soldados pasan a la última etapa de su formación que tiene lugar en la Escuela de Medicina Militar de las FDI.
“El guardián de mi hermano”: Los paramédicos y sus pacientes
Para llegar a ser oficialmente paramédicos, los soldados deben aprender a tratar a los pacientes en las condiciones y situaciones más extremas. Los cadetes deben completar un ejercicio final en el que practican la evacuación y el tratamiento de soldados heridos en una zona urbana bajo fuego pesado. “Durante el ejercicio, me he demostrado a mí mismo que podía hacer lo que me veré obligado a hacer en el campo de batalla”, dijo el Cabo Voby. “Puedo ser un médico o un luchador, liderar la fuerza o ayudar en la retaguardia.”
Una vez que completan su formación, los paramédicos se integran en batallones, brigadas, unidades de elite y unidades de cuidados intensivos móviles. Tendrán la responsabilidad de proteger a Israel en combate mientras tratan a los heridos en el campo de batalla. “Yo estaba con el equipo de paramédicos que llegaron a la escena reciente del coche que embistió gente en Jerusalén”, dice la Cabo Yatmano. “Llegamos al paciente e inmediatamente vimos que tenía lesiones graves y estaba inconsciente. Cuando llegamos al hospital de repente me di cuenta de que llevaba uniforme de policía de fronteras. Comprendí que era un soldado, y se me ocurrió que los pacientes que iba a tratar serían soldados, tal vez incluso amigos míos“.
En la ceremonia de graduación, los nuevos paramédicos tomaron el juramento de honor del Cuerpo Médico: “Guardián de mi hermano siempre seré”. Para estos 40 hombres y mujeres jóvenes estas palabras no son sólo un eslogan, sino una forma de vida.
Fuente: IDFblog
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