Pareciera que el mundo está de acuerdo con la forma en que Abdulla respondió ante el horripilante asesinato de un piloto jordano. En una espeluznante ejecución que fue grabada en video por los barbáricos líderes de ISIS, el piloto jordano Moaz al Kasasbeh fue puesto en una jaula, rociado con un líquido inflamable y luego sus captores le encendieron fuego, con lo cual agonizó lentamente hasta la muerte. El Rey se encontraba en Estados Unidos en una reunión con el Presidente Obama cuando se entero de la terrible ejecución. Entonces les dijo inmediatamente a los políticos estadounidenses en una reunión a puertas cerradas que perseguiría al grupo responsable hasta que el ejército jordano se quedara “sin gasolina ni balas”.
“Dijo que habrá una retribución como ISIS nunca ha visto”, comentó el parlamentario Duncan Hunter Jr. a los periodistas luego de la reunión privada. “Mencionó [la película] Los Imperdonables y mencionó a [su director y protagonista] Clint Eastwood, e incluso citó una parte de la película. Juró que habrá una terrible respuesta que remecerá la tierra”.
Y el Rey efectivamente cumplió lo prometido.
El primer acto de los jordanos fue colgar a dos terroristas que se encontraban bajo su custodia y cuya liberación había solicitado ISIS en reiteradas ocasiones. Después de eso atacaron. Comenzaron con una campaña aérea, y en los primeros días hicieron más de 5.500 incursiones por aire y destruyeron 56 blancos del Estado Islámico. De acuerdo al General Mansour al Jabourm, un oficial de la fuerza aérea jordana, aproximadamente 7.000 guerrilleros del Estado Islámico han sido asesinados desde el inicio de los ataques aéreos de la coalición, y se espera que haya muchos más.
Y al igual que en cualquier guerra, no han muerto sólo militares. Hace tan sólo unos días nos enteramos de que una prisionera estadounidense, Kayla Mueller, quien se encontraba retenida en manos de ISIS, probablemente habría fallecido en esos ataques.
Pero a pesar de eso de alguna manera el mundo entendió e incluso aplaudió esta reacción en contra del mal. Crimen y castigo están inextricablemente relacionados, y en ocasiones puede haber un lamentable daño colateral.
Sin embargo, lo extraño es que dos palabras que fueron tan populares el verano pasado, no han sido mencionadas ni una sola vez: no en las marchas de protesta, no en los medios periodísticos y no por parte de las Naciones Unidas. Nadie ha reclamado que hubo una “respuesta desproporcionada”.
Cuando tres jóvenes inocentes fueron asesinados en Israel y luego cayeron misiles en contra de civiles en varias partes del país, los esfuerzos de Israel para protegerse de los violentos ataques de Hamás nunca dejaron de ser condenados con el mantra de “respuesta desproporcionada”. Los medios de comunicación contaban diariamente las víctimas y si habían muerto más personas entre quienes buscaban la aniquilación de Israel que entre sus pretendidas víctimas, clamaban que eran los agresores quienes estaban siendo atacados de forma injusta, y el grito de “desproporción” se oía a lo largo de las calles de Europa.
Alertar a los residentes antes de responder a los ataques con misiles no es suficiente, decía el mundo. Deben mantener las proporciones. Incluso si tus enemigos intentan atacarte desde inesperados túneles, incluso si tratan de acercarse a ti con cinturones explosivos, degollar a inocentes pequeños o cometer indescriptibles crímenes, ninguna respuesta debe ser “desproporcionada”. Una “respuesta desproporcionada” era considerada el pecado de los pecados, y sigue siendo la razón de por qué Israel hasta hoy en día es considerado culpable de crímenes de guerra.
Lo que ha quedado claro ahora sin embargo, es que esta es una trasgresión reservada únicamente para el pueblo judío.
Un piloto jordano ejecutado = 7.000 muertos en respuesta hasta ahora. Sin embargo, nadie ha levantado la objeción que dominó la cobertura mediática de la guerra entre Israel y Hamás el verano pasado.
Jordania simplemente ignoró la idea de una respuesta proporcional. Y esto fue a pesar de que no se enfrentaba a una amenaza inmediata por parte de las fuerzas de ISIS (a diferencia de Israel que sí enfrentaba una amenaza por parte de Hamás) y el mundo entendió, porque eso es lo que todo país haría en una situación similar.
En un reportaje sobre la respuesta jordana, la revista Time la comparó con la política estadounidense. El Comandante Brandon D. Newton escribió sobre venganza en una publicación para la Escuela de Estudios Militares Avanzados del ejército llamada Punishment, Revenge, and Retribution: A Historical Analysis of Punitive Operations (Castigo, venganza y retribución: Un análisis histórico de operaciones punitivas), donde dice que es posible que se requieran actos violentos de represalia para tratar con grupos como ISIS. “Es posible que las organizaciones primitivas o poco estructuradas sólo respondan al uso de la fuerza”, dijo, “y no a las amenazas o a un potencial uso de la fuerza”. El concepto clave no es ni más ni menos que una aplicación del ancestral principio talmúdico de que “si alguien viene a matarte, madruga y mátalo primero”.
En la historia de la guerra, ningún pueblo que haya sido amenazado por un agresor y que haya luchado por su existencia ha sido difamado por utilizar todas sus fuerzas para prevalecer… con una sola excepción. Pareciera que sólo el Estado de Israel es culpable cuando escoge la supervivencia por sobre la rendición y el suicidio.
Quizás ahora es un momento ideal para recordarle al mundo que lo que es bueno para Jordania es igual de bueno para los judíos, y que es una actitud sumamente hipócrita aplaudir la acción de uno mientras condenas la misma respuesta por parte del otro.
Fuente: Aish Latino