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Hay cosas que la mayoría de nosotros comprende que ya no ocurrirán.
Los Soprano no volverán otra temporada.
Rami Kleinstein no se dejará crecer el pelo a lo afro.
Tampoco el acuerdo de paz con los palestinos no tendrá lugar.
Sencillamente no es realista.
¿Por qué?
Es muy sencillo.
El establecimiento de un estado palestino en las fronteras del 67 es imposible. Porque pone en peligro al Estado de Israel.
Desde el punto de vista de la seguridad, redoblaría el territorio de Samaria y Judea. Aumentando la exportación de metal a territorio israelí.
En segundo lugar, las reservas de agua cuyas fuentes están en Samaria y Judea suministran el 50% de las necesidades de agua de Israel.
Desde un punto de vista demográfico, un Estado palestino sería un imán para la inmigración de millones de refugiados a la zona de Samaria y Judea.
La presión demográfica dentro de las líneas verdes creará un enorme volumen de inmigrantes ilegales que volverá mínima la actual inmigración ilegal de África.
Israel perdería la mayoría que tiene entre el Jordán y el mar.
Y de paso, recordemos que a nuestro alrededor hay unos cuantos países que no es que nos tengan mucha simpatía. En caso de un ataque por el este, el Valle del Jordán es una barrera geográfica natural por las diferencias de altitud.
Sin embargo, la anexión de todo Samaria y Judea y el establecimiento de un estado binacional anulará el carácter judío de Israel como Estado Judío.
Entonces, ¿qué hacemos?
Una opción es no hacer nada y esperar que todo se solucione solo.
El problema es que al hacerlo dejamos todo el campo a la iniciativa palestina.
Otra opción es hacer lo que siempre hizo el Sionismo.
Tomar nuestro futuro en nuestras manos.
Y aquí entra el Plan de Anexión Parcial.
No creará un paraíso pero mejorará en mucho nuestra situación.
La situación hoy es la siguiente.
Judea y Samaria están divididas en tres zonas: A, B y C.
Las zonas A y B están bajo control palestino. Aquí vive el 97% de los palestinos. La zona C está bajo control israelí. En esta zona viven los 350.000 colonos judíos y solo 48.000 palestinos.
La zona C también incluye los puntos vitales para Israel
El plan es anexar la zona C al territorio israelí.
Los palestinos tendrán control absoluto de las zonas A y B.
Servicios de transporte fluidos asegurarán que todos los ciudadanos puedan desplazarse desde cualquier punto dentro de Samaria y Judea a cualquier parte sin ningún control de carretera de IDF.
Se ofrecerá ciudadanía a los 48.000 palestinos que vivan en la zona C.
O si lo prefieren, residencia, como los residentes de Jerusalem Este.
Esto apenas afectará al equilibrio demográfico del Estado de Israel. Pero dejará sin valor las alegaciones de que somos un estado apartheid.
Las fronteras actuales con Jordania y Gaza permanecerán y el control de ellas, incluso, se reforzará. Con el objeto de impedir la infiltración de descendientes de refugiados y terroristas palestinos.
Israel ganará estabilidad desde una perspectiva demográfica de seguridad y nadie será expulsado de su hogar.
Y ¿qué dirá el mundo?
El mundo no reconoce la soberanía israelí de Jerusalem ni de los Altos del Golán, así que podemos añadir la zona C a la lista.
Traducción: Silvia Schnessel
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