Opinión: ¿Esto es un golpe de Estado?

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Lo que estamos presenciando hoy es poco menos que un intento de golpe de Estado sin derramamiento de sangre – no llevado a cabo por militares, sino por los grandes medios.

Por Martín Sherman

Cincuenta y uno por ciento de los encuestados respondieron a la Encuesta indicando que Binyamin Netanyahu era el candidato más adecuado para ser primer ministro. 28% manifestaron que Isaac “Buji” Herzog es el más adecuado … – Canal 2 sondeo 16 de febrero 

La democracia de Israel está bajo asalto … El mayor peligro para la democracia israelí emana de los que se disfrazan de sus campeones. –De “Distorsionar la democracia”, The Jerusalem Post, 28 de julio 2011 

Durante las últimas semanas, la democracia israelí ha estado bajo un ataque brutal y sostenido en un desesperado esfuerzo por subvertir la voluntad del pueblo.

Intento de golpe por medios no militares 

Lo que estamos presenciando es, en efecto, poco menos que un intento de golpe de Estado incruento – llevado a cabo, no por los militares, sino por los principales medios de comunicación, mesiánicos, de hecho maníacos, apuntalados por afiliados de ideas afines a las élites de la sociedad civil, en un esfuerzo frenético por imponer su minoritaria visión del mundo en la nación. Enfurecidos por su incapacidad para conseguir suficiente apoyo público, sobre cuestiones de política de fondo, para derrocar al objeto de su enemistad visceral, Benjamin Netanyahu, y desconcertados por la tenacidad de su control “delincuente” de la jefatura del gobierno, a pesar de su desprecio no disimulado, sus rivales políticos han perdido la esperanza de removerlo de su cargo por la vía electoral normal. 

Por el contrario, han descendido a un punto más bajo sin precedentes de mezquina malevolencia en la vida pública israelí.

En vez de entablar un debate de fondo sobre la forma de conducir los asuntos de la nación, se han embarcado en un deshonroso – el menos caritativo podría decir “vergonzoso” – intento de derrocar a un primer ministro por medio de una vorágine de publicidad mezquina y perniciosos ataques personales. Estos se han dirigido no sólo contra Netanyahu, sino principalmente contra su cónyuge, que – independientemente de cuáles puedan (o no) ser sus defectos de carácter, apenas son un factor relevante en la determinación de su capacidad para gobernar.

Ignorando a ISIS, Irán y los islamistas .. . 

Desprovisto de cualquier alternativa política persuasiva de sustancia real, y del candidato alternativo de auténtica talla, los detractores de izquierda de Netanyahu se han movilizado para explotar sus posiciones no electas de poder y privilegio para lanzar una ofensiva mediática masiva contra él y su esposa – con la desnuda intención de degradar su estatura política denigrando sus supuestos excesos personales. 

Por lo tanto, en un país que se prepara para las elecciones, frente al espectro de un Irán nuclear, de un ascendiente Estado islámico que amenaza la estabilidad en Jordania, una toma islamista de gran parte de Siria, el despliegue de las fuerzas de Hezbolá e Irán reforzado en el Golán, el creciente dominio yihadista de Sinaí, y floreciente antisemitismo en toda Europa, los medios de comunicación nacionales de algún modo consideraron apropiado centrarse casi exclusivamente en temas “estratégicamente importantes”, como quien recibió (jadeo) $ 1.000 por botellas recicladas de la residencia oficial del primer ministro, si los peinados de Sara Netanyahu eran excesivamente costosos, o si el mobiliario de jardín del primer ministro había sido comprado en estricta conformidad con las directrices establecidas.

¿En serio? No querría menospreciar, en ningún caso, la necesidad de integridad personal de los funcionarios públicos y de mantener una observación rigurosa para asegurar el uso prudente del dinero ganado de los contribuyentes – lo que vimos en los últimos días no era un alarde de investigación de periodismo imparcial. 

Golpe de estado político de la prensa 

Fue un cuidadosamente coreografiado intento de golpe de estado político de la prensa coordinada. 

Es difícil encontrar otra explicación para explicar el alcance y la intensidad del extraordinario circo mediático – o quizás frenesí de información dicho con más precisión -. al que el público ha sido sometido.

La locura llegó a un crescendo asombroso con la publicación el martes del informe del Contralor del Estado de los gastos de mantenimiento de las residencias de primer ministro.

Es cierto, el informe era de interés periodístico, y debía ser informado – pero la excesiva atención que se le dedica revela un desequilibrio preocupante en los principales medios del país. 

Es cierto, la prensa en Israel nunca ha sido sospechosa de neutralidad política, o acusada de objetividad no partidista. 

Esto fue patente en el silencio protector de información negativa sobre Arik Sharon, abierta – y escandalosamente -. admitido por figuras prominentes de los medios de comunicación impresos y electrónicos, cuando Sharon decidió la retirada unilateral de Gaza 2005.

Lo mismo podría decirse de la permisividad generalizada de la prensa hacia el izquierdista Ehud Olmert, quien a pesar de su condena penal inicial, fue abrazado – de hecho, promocionado – como digno candidato a la reelección para primer ministro, que podría desafiar con éxito Netanyahu. 

Pero en el período previo a las elecciones, el sesgo flagrante de los medios de comunicación ha superado todos los límites anteriores, no sólo en cuanto a qué y con qué intensidad se decide cubrir en las noticias, sino en cuanto a lo que se opta por minimizar e incluso omitir, todo ello en un intento de imponer su visión del mundo – y la de las élites de izquierda aliadas – en un electorado recalcitrante. 

 Perro guardián, ¿perro faldero? – ¿o perro de ataque?

Los acontecimientos recientes plantean cuestiones profundamente inquietantes en cuanto a la conducta y la integridad profesional de los principales formadores de opinión de Israel. 

De hecho, harán poco para impulsar la confianza pública en la capacidad profesa de los medios de comunicación por cumplir con su papel como organismo de control de la nación. 

Dependiendo de las propias inclinaciones políticas, los medios de comunicación se perciben cada vez más como perro faldero (de la izquierda) o perro de ataque (contra la derecha) 

La confianza del público en los medios de comunicación es una de las más bajas de cualquiera de las instituciones del país – mucho más baja que la de la clase política, del gobierno, la Knesset y -. sí, incluso del primer ministro.

La prensa debe tener mucho espacio para el examen de conciencia cuando se trata de su credibilidad.

Según el claramente izquierdista Instituto Israelí de la Democracia, la confianza pública en los medios de comunicación se ha desplomado desde sólo por debajo del 50% en 2013 a apenas el 25% en 2014, el más bajo de todas las instituciones encuestadas. 

Sus travesuras en los últimos días ilustran por qué esto es así. 

Consideren: Esta fue la primera auditoría de este tipo del Contralor del Estado de los gastos derivados del funcionamiento / mantenimiento de la(s) residencia(s) del primer ministro compilado, “misteriosamente” hecha pública apenas unas semanas antes de las elecciones generales. 

La desfavorable (o favorable – en función de las predilecciones políticas individuales) el momento de la publicación del informe brinda fuerte credibilidad a reclamaciones de los socios de Netanyahu de que fue resultado de una fuerte presión sostenida a partir de fuentes de medios de comunicación sobre la Contraloría. 

Más y más curioso… 

En ninguna parte del informe o de la cobertura salvaje que lo acompañaba, ¿hubo alguna referencia al comportamiento de los anteriores primeros ministros, quienes ocuparon cargos en el último cuarto de siglo -. ninguno de los cuales fue conocido por su frugalidad. 

Los hábitos hedonistas de Arik Sharon, Ehud Barak y Ehud Olmert eran apenas un secreto de Estado. Del mismo modo, la esposa del Yitzhak Rabin, Leah, nunca fue conocida por sus entrañables rasgos personales o la modestia en materia materialista. 

Sin embargo, ninguno de estos casos – todos los cuales estaban en marcado contraste con el ascetismo riguroso de sus predecesores como Menajem Begin o Yitzhak Shamir – fueron mencionados como criterio de comparación para dar contexto a las críticas de la Contraloría. 

El hecho de que los gastos ocasionados por el mantenimiento de las residencias del primer ministro eclipsados por los que la Contraloría del Estado encontró para el mantenimiento de la residencia del presidente Shimon Peres fue pasados ​​por alto y acentuó aún más el sentido de la doble moral de confrontación que se aplica a Netanyahu. 

Pero tal vez el más notable – y revelador – evento en esta triste saga es el caso de Meni Naftali, un ex empleado descontento, que era cuidador jefe de la Residencia del primer ministro, y que está demandando a Netanyahu en una serie de reivindicaciones laborales. 

¿Conspiración cuidadosamente coreografiada? 

En la noche de la publicación del Informe de la Contraloría del Estado, Naftali, acompañado de su abogado, al parecer estrechamente asociado con organizaciones de extrema izquierda en Israel, fue capaz de organizar una conferencia de prensa televisada que fue cubierta, en tiempo real, por los tres canales de televisión nacionales, en la que hizo un recuento poco favorecedor de la vida en el hogar Netanyahu. 

Cualquier persona remotamente familiarizada con medios israelíes sabrá lo extraordinariamente difícil que sería lograr una hazaña tal de PR – incluso cuando se trata de cuestiones de mucho más peso que un conflicto laboral personal de un funcionario de nivel medio.

Es difícil concebir ninguna razón por la cual alguien en el puesto de Naftali recibiera tan masivo exposición en los medios a no ser que su aparición pudiera ser utilizada para ennegrecer la imagen del primer ministro. 

El miércoles, comenzaron a aparecer informes que arrojan serias dudas sobre la veracidad de las alegaciones de Naftali, y levantan sospechas igualmente graves en cuanto a la participación inadecuada de los medios en propagarlos. 

El periodista de investigación de Maverick Yoav Yitzhak, de la página web News1 en hebreo, reveló que Naftali había presentado versiones contradictorias en dos casos judiciales diferentes en cuanto a sus razones para abandonar el empleo de la Oficina del Primer Ministro. 

Así, en una declaración jurada de 2014 relativa al conflicto laboral con la familia Netanyahu, Naftali cita los tratos humillantes y promesas incumplidas como la razón de su renuncia. 

Por el contrario, en una declaración anterior en 2013, en un caso penal contra su padre, en el que fue condenado por apuñalar a un vecino, dijo que renunció para ayudar a su familia.

Conspiración coreografiada (cont.) 

Estas inconsistencias marcadas estimularon a Yitzhak a escribir la siguiente fulminante acusación de Naftali y los principales medios de comunicación: “Estos documentos demuestran que, en contraste con la falsa versión que él [Naftali] dio en los últimos días a varios medios de comunicación, y a la corte, la verdad que él está tratando de ocultar es muy simple: Meni Naftali – como pronto mostraremos – afirma él mismo, que dimitió de su cargo en la residencia del primer ministro, con el fin de ayudar a su padre, Naftali Naftali, que estuvo involucrado en crímenes violentos, por los que fue condenado y encarcelado. 

“De la conducta de Meni Naftali, es evidente que ha estado mintiendo a la opinión pública durante meses en un intento de incriminar al Primer Ministro Binyamin Netanyahu y ​​su esposa, Sara Netanyahu. Naftali se asoció con varios elementos, incluyendo Yediot Aharonot, canal 10 y canal 2 para eliminar a Netanyahu de su cargo.

Esta colaboración supuso la estrecha cobertura que recibió de estos medios de comunicación, sin que sus graves acusaciones estén corroboradas por las herramientas periodísticas apropiados.

“Distorsión de la democracia”

La primera columna que escribí en esta serie “En la contienda” se titulaó “Distorsionar la democracia” (28 de julio de 2011). Al releerla hace poco, fui – quizás inmodestamente – golpeado por lo relevante que gran parte de ella parece hoy. No me resisto a repetir parte de ella aquí. 

Escribió entonces: “la democracia de Israel está bajo asalto … La verdadera amenaza a la democracia israelí surge de aquellos que aspiran a ponerse encima – una camarilla tiránica … que se considera no unida por los resultados del proceso democrático. 

Es una amenaza que surge de una clase arrogante no electa – pero facultada – pocos, cuya auto-percibida moral y superioridad intelectual infunde en ellos la creencia de que tienen derecho – de hecho el deber – de subvertir la voluntad del electorado ‘sin lavar’. Es una amenaza que surge de una minoría privilegiada imbuida con una convicción desenfrenada que les permite – incluso obliga – a imponer su visión del mundo en la nación, sin inmutarse por su rechazo en las urnas y con reparos en reclutar elementos extranjeros para aplicar medidas punitivas contra su país hasta que se someta a su voluntad”. 

La última frase de esta cita está cargada de significado ominoso – especialmente cuando los elementos internos anti-Netanyahu están colaborando con grupos de capital extranjero como V15.

Abre una miriada de temas cada uno de los cuales merece una columna entera por sí misma. Tristemente, tendré que aplazar el encargarme de ellos a otro momento – y sujeto a las últimas noticias – Espero que antes del 17 de marzo. 

Las elecciones: Decepción anunciada o desastre incalculable

Permítanme concluir transmitiendo lo que veo como desoladora, pero inevitable, elección a la que se enfrenta el preocupado, involucrado votante el próximo mes.

Netanyahu es un candidato profundamente imperfecto como primer ministro – y he expresado mi decepción con su actuación en varias ocasiones en esta columna. Sospecho que si es reelegido, de nuevo defraudará. 

Sin embargo, la vida real se compone de las alternativas disponibles. 

Hoy en día, la única alternativa viable es mucho peor, en términos de magnitud.

Entregar las riendas del poder al dúo Herzog- Livni y el surtido variopinto de fracasos sin principios y descarados antisionistas que componen su lista de candidatos a la Knesset sería un desastre de proporciones incalculables .

Esa pues es la elección: decepción anunciada o desastre incalculable – y no es una elección difícil en absoluto. 

Martin Sherman (www.martinsherman.org) es el fundador y director ejecutivo del Instituto Israelí de Estudios Estratégicos. (Www.strategicisrael.org)

Fuente: The Jerusalem Post