“Los observarán como días de festividad y alegría, enviándose exquisiteces los unos a los otros, y dándole regalos a los pobres” (Ester 9:22).
Hay una hermosa costumbre antes de leer la Meguilá en la sinagoga, donar tres monedas de medio dólar (o su equivalente) a caridad. Esto simboliza el medio shekel que todo judío dio como cuota para el Templo en Jerusalem (ver Éxodo 30:11-16).
Pero, ¿por qué la Torá especifica medio shekel en lugar de uno entero?
La respuesta es que al dar sólo medio, cada judío se da cuenta de que nunca estará “completo” a menos que sea parte de una comunidad más grande. Consecuentemente, la ley judía declara que todos –ricos y pobres— debían dar ni más ni menos que medio shekel. Esto enseña que todo judío es igualmente importante para la misión de nuestra nación. Al igual que la remoción de una letra invalida un Rollo de la Torá, la pérdida de un judío pone obstáculos a nuestro destino.
En ocasiones es mediante nuestros enemigos que nos damos cuenta: Todo judío es precioso e integral para el futuro de nuestra nación. El Talmud dice que el problema más grande del pueblo judío en el tiempo de Mordejai y Ester era la falta de unidad. Fue el malvado Hamán quien nos recordó que somos un solo pueblo: Al planear el genocidio, se refirió a los judíos como Am Ejad –y planeó que deberían “ser colgados juntos” literalmente. También en los tiempos modernos, hemos visto que los antisemitas no distinguen entre judíos jasídicos y judíos asimilados.
Todos Para Uno
En Purim, enviamos dos tipos de alimentos (listos para ser consumidos) a al menos un amigo, simbolizando el espíritu de camaradería que puede prevenir la aparición de futuros Hamán. También en Purim le damos caridad a al menos dos personas pobres. Extendemos nuestra mano para llegar a otros, para que nadie pierda la alegría de la ocasión.
Es particularmente meritorio enviar un regalo a alguien con quien necesitas hacer las paces. Al igual que nunca consideraríamos distanciarnos de un buen amigo en base a nuestros desacuerdos, tampoco deberíamos considerar nunca distanciarnos de un judío (o de un grupo de judíos) basándonos en nuestras diferencias. De hecho, el Talmud dice que el epítome del mal en este mundo –Amalek, de quien desciende Hamán— nació de una negativa de los judíos de aceptar a otros afectuosamente.
El Talmud dice Kol Israel Arevim –todo judío es responsable por el otro. Si el bote se está hundiendo, nos hundimos todos. Pero cuando hay amor y unidad entre nosotros, ¡hasta los malvados se convierten en justos y nuestros enemigos no nos pueden dañar! Por esta razón, en Purim le damos caridad a quienquiera que pida, sin investigar la validez de su necesidad (en contraste al resto del año, cuando estamos obligados a asegurarnos que nuestro dinero de tzedaká está siendo desembolsado adecuadamente). En Purim, todo judío es valioso, sin cuestionamientos.
Dios nos trata de la misma manera en que nosotros tratamos a los demás. En Purim, si le damos a los demás “el beneficio de la duda” y no chequeamos sus méritos, entonces Dios tampoco “chequea nuestros méritos”. Por lo tanto, Purim es un tiempo auspicioso para pedirle a Dios que nos conceda regalos de salud, unidad, y una rápida redención del pueblo judío.
Halajot (Leyes) de Dar Regalos en Purim
1) La mitzvá de Mishloaj Manot se cumple enviando dos tipos de alimentos listos para ser consumidos a al menos un amigo. Esta mitzvá debería ser cumplida en el día mismo de Purim.
3) La mitzvá de Matanot Leevionim se cumple dándole dinero a al menos dos personas pobres en el día de Purim. El regalo debería ser equivalente al menos al valor de una cena de comida rápida (por ejemplo, el valor de una hamburguesa, papas fritas y un refresco).
4) No hay una obligación “familiar”, sino que cada persona debería realizar la mitzvá por sí misma.
5) El dinero no necesita ser dado directamente a una persona pobre, sino que puede ser entregado a un representante comunitario –siempre y cuando el dinero sea efectivamente distribuido en el día de Purim.
6) Matanot Leevionim es una mitzvá especial, no puede ser incluida en la cantidad de dinero que una persona separa para caridad durante el resto del año.
7) Maimónides escribe que es inapropiado comprar Mishloaj Manot costosos, si eso será a expensas de regalos más grandes para los pobres.
Fuente: Aish Hatorá
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