AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO
En una entrevista con el sheik Suhail Assad -radical islamista- explicó cómo utiliza el aporte de los fieles para hacer negocios y financiar actividades políticas. En una nueva escucha queda clara la forma de financiación de la agrupación de Fernando Esteche.
Uno de los misterios sin resolver de la violenta historia reciente y democrática de la Argentina giró alrededor de Quebracho, una banda pseudo-política especialista en irrumpir en movilizaciones para que terminen siempre en desmanes, policías heridos y rotura de edificios públicos. Los interrogantes en torno a su financiamiento regaron las crónicas de los últimos años, sin que se pusiera luz sobre cómo se nutría económicamente a estos “profesionales”.
Quebracho siempre estuvo vinculado orgánica y financieramente con sectores de la inteligencia doméstica. Sin embargo, Infobae logró reconstruir otro de los canales de dinero que lo nutren. El mismo se origina en asociaciones islámicas ligadas al poder y termina en la caja de Fernando Esteche, el jefe del grupo. En ese camino se encuentran personajes con aceitados vínculos con el Gobierno como Yousseff Khalil, así como otro religioso radical musulmán ligado con la agrupación terrorista Hezbollah en América Latina: el sheik Suhail Assad.
En una entrevista hecha en esta redacción el 10 de junio de 2013, Assad explicó cómo es el financiamiento de las actividades de “instituciones” ligadas al mundo islámico y cómo recaudan sus fondos. Pero, según anticipó este diario en una nota publicada ayer, el sheik “habló de más”, según reconoció Khalil, preocupado ante otros miembros influyentes de la comunidad. “Metieron la pata”, se quejó en una de las tantas charlas telefónicas judicializadas y que forman parte de los 40 mil audios que están en poder de la Justicia en torno a la acusación que había realizado el fiscal Alberto Nisman antes de aparecer muerto en su departamento de Puerto Madero.
La “metedura de pata” tuvo que ver con una explicación que ofreció Assad. En aquella oportunidad, el sheik -formado durante 15 años en Irán, donde aún reside- confesó que gran parte del dinero recaudado provenía del khoms, el impuesto obligatorio que todo musulmán chiíta debe aportar a templos, centros comunitarios y mezquitas. Khoms se traduce como “quinto”: todo seguidor del islam debe aportar un 20 por ciento de lo que ganó en el año a su líder religioso. Pero nadie rinde cuentas a la comunidad sobre el uso que se le da a ese dinero.
“Nosotros tenemos una dimensión económica en nuestros proyectos”, reconoció Assad y añadió: “Somos dueños de instituciones, por ejemplo de la Asociación Árabe Argentino Islámica, de galerías comerciales en el barrio de Flores, tenemos negocios de la misma comunidad en varias partes del centro”. Y remata: “Los fondos llegan directamente a la asociación nuestra. Porque la misma asociación es la dueña de esos locales y de esa dimensión económica”.
Esta explicación que dio Assad a Infobae hace casi dos años fue la que enfureció a Khalil, quien monitoreó la entrevista en un video que pudieron grabar en esta redacción. “Roco, te la voy a hacer corta: vengan temprano porque hay novedades que nos van a molestar a todos. Porque hay problemas”. Allí, el hombre sindicado por Nisman como un influyente delegado de Irán en la Argentina explica a su interlocutor por teléfono: “Metieron la pata. Nombraron a la asociación”.
Por medio del dinero que llega a esa asociación es que Khalil habría financiado a Quebracho y a su cabecilla Esteche en temas personales. El diálogo que lo confirma se dio el 25 de julio pasado, en ocasión de una violenta marcha a favor de Palestina que terminó con serios disturbios y heridos. El audio forma parte de las escuchas realizadas al teléfono del “primo” de Assad, el enviado de Hezbollah en la región. Aquel mismo día, el mandamás del grupo de choque porteño llama al argento-iraní, preocupado por los heridos de la movilización y por la plata.
– Esteche: ¿Hay algún lastimado?
– Khalil: Sí, sí. Hay dos compañeras. A dos mujeres le pegaron, eh. Pero bien, bien. Le dimos una paliza bárbara, negro.
– Esteche: Pensé que habíamos ganado, sí.
– Khalil: Los matamos. Los matamos. Pero perá, preguntale a Cacu. Primero cobraron con nosotros. Y nosotros corriéndolos con los palos y todo. Yo no estaba. Los pibes nuestros. Los pendejos, lo que siempre hacen quilombo, ¿viste? Corren contra el Quebracho. Y el Quebracho, al verlos, se piensan que le van a ganar a ellos, ¿entendés?
La charla entre ambos jefes continúa. Hasta que comienzan a hablar de lo importante: el dinero. Esteche hace referencia a que el grupo de Khalil es un “estado” y que como tal “10 mil dólares” no representan una suma considerable. “Me dijo que ya habían pagado”, le replica el capo comunitario islámico a su par de Quebracho, en nombre de ese “estado”, en referencia al régimen iraní. “Quedate tranquilo, Fer… Yo me comprometí con la plata”, terció Khalil a favor de su compañero y aliado en eso de coordinar desmanes.
Fuente:visavis.com.ar
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