SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Véronique Chemla, periodista de Pajamas Media, American Thinker, Ami y Mag FrontPage y ex corresponsal de Guysen International News, entrevista a Bat Ye’or, escritora judía (Giselle Littman), nacida en Egipto y de nacionalidad británica, que se dedica a la investigación de la historia de Oriente Medio y es pionera en el estudio de la situación de los dhimmis y de la Jihad.
Por Véronique Chemla
En su ensayo Europa y el espectro del califato (Ediciones Les Provinciales), la historiadora Bat Ye’or había evocado desde 2010 la emergencia de un califato a través de las redes de la Organización de la conferencia islámica (OCI). El 29 de junio 2014, El Estado islámico en Irak y en el Levante (EIIL) (o por sus siglas en inglés, ISIS) – al-Sham designaba la provincia de Siria en los precedentes califatos – anunció el restablecimiento del califato desaparecido desde 1924, y ya se lo llama «Estado islámico» (EI). Este califato sunita está dirigido por el jefe del dicho Estado islámico, Abou Bakr al Baghdadi, el nuevo Califa, «sucesor del Profeta en el ejercicio del poder político». Un califato que se extiende «desde Aleppo, al norte de Siria, a Dyiala, en el este de Irak».
En 2010 usted alertaba sobre el advenimiento futuro de un califato a la iniciativa de la conferencia islámica (OCI). Luego, es el Estado islámico en Irak y el Levante (EIIL) donde el califato se restableció en junio del 2014. ¿La proclamación del califato por el Estado islámico resta importancia a su análisis concerniente al OCI? ¿Cómo analiza usted este hecho nuevo? ¿Este califato de EI oculta acciones desplegadas por la OCI paralelamente?
En efecto en 2010 yo evoqué la aspiración latente de la restauración de un califato que manifestase la potencia mundial del Islam y su unidad. Escribí que la OCI parecía reconstituir en el siglo XXI este califato por el hecho que se proclamaba representante y protector del conjunto de los musulmanes, la umma. Cité también el libro de Ali Mérad que hacia el mismo análisis y constaté una posible reconstitución del califato bajo forma de estructura asociativa como la del OCI.
Estas observaciones se justificaban en 2010, pero las «Primaveras árabes», alentadas por el presidente Obama y algunos países europeos, han sembrado el caos. Numerosos Estados miembros del OCI se han hundido, sus fronteras han desaparecido, la anarquía, las guerras tribales, las rivalidades de influencia en la península arábica y las masacres entre sunitas y chiitas han debilitado a la OCI. Teniendo en cuenta el rechazo de los partidos islamistas a Egipto y Túnez, se puede incluso dudar de la adhesión de estas poblaciones a la restauración de un califato que rompería sus soberanías nacionales.
Advenimientos parecidos no son nuevos en los trece siglos de historia islámica. Desde la muerte del profeta Mahoma, la designación del califa suscita guerras entre las tribus. Este es el origen del conflicto entre chiitas y sunitas. A veces entre califas rivales reinando simultáneamente en vastas regiones.
Hoy está claro que ni la OCI ni otros países musulmanes pueden reconocerse en este auto-proclamado califato, porque ello implicaría renunciar a sus respectivas soberanías y a reconocerse vasallos del EI.
Además, las propias poblaciones rechazan esta regresión al siglo VII. Las numerosas prerrogativas del califato son de orden político y religioso. Hoy en día el reconocimiento unánime de un califato exigiría una serie de condiciones que no eran necesarias en el siglo pasado.
La OCI, que no se ha proclamado en tanto que califato, pero cuyos numerosos órganos representan, en el plano económico, político, estratégico y cultural las preocupaciones de la umma, continúa ejerciendo influencia en la política mundial.
El Estado islámico/ISIS sacude a los Estados miembros del OCI: Borra las fronteras, reina ya en una parte de Irak y Siria, y amenaza por ejemplo a Jordania. ¿Cómo percibe el Estado islámico al OCI? ¿Cómo percibe el OCI al Estado islámico? ¿Cuáles son sus relaciones?
El Estado islámico se mantiene gracias al apoyo de países miembro del OCI, entre los que destaca Qatar. El EI está integrado en el OCI desde el momento que ciertos países miembros del OCI aprueban esta estricta aplicación de la sharia y le aportan un apoyo financiero. La OCI cuenta con 56 países, algunos se oponen al EI, entre ellos Irán y Siria, y otros lo apoyan. Es difícil, sobre todo para un espíritu occidental, entender las maniobres desconcertantes de las políticas árabes. Qatar acepta estas excepciones de la sharia y en cualquier caso apoya una organización guerrera, el EI, que aplica rigurosamente las leyes yihadistas.
La OCI hoy en día está dividida, no representa una unidad, la mayoría de los líderes del 2010 fueron barridos, y la guerra civil desgarró a los países musulmanes de Oriente Medio y de África. Las situaciones son inestables por el hecho de las guerras inter-musulmanas cuyos objetivos políticos y religiosos fueron reprimidos por los poderes que se llevaron las ‘primaveras árabes‘. Los desplazamientos de poblaciones a gran escala añaden problemas humanitarios cruciales a aquellos ligados al terrorismo y a la inseguridad y que desbordan a los países occidentales.
Por otra parte, los países musulmanes no son los únicos agentes de esta estrategia de caos que causa tantas víctimas. Es necesario también ver las interferencias ocultas de los países occidentales. Estos, particularmente la administración Obama, han jugado la carta de los Hermanos Musulmanes, los cuales con la Primavera árabe, debían aportar la democracia y la libertad como regalos bien concretos y caídos del cielo.
No es la primera vez que Occidente manipula el irredentismo yihadista musulmán para sus propios fines. Para combatir al comunismo, la CIA creó a los Talibanes y apoyó la red de madrasas responsables de la instauración de un orden islámico riguroso y de todas las desgracias que siguieron para las poblaciones concernientes.
El irredentismo palestino contra Israel, fundamentalmente religioso como yihadista, fue creado apoyado y financiado primero por Francia, bajo la presidencia del general de Gaulle, bajo la égida de Maurice Couve de Murville, antiguo alto funcionario de Vichy, ministro de asuntos exteriores (1958-1968) y luego Primer Ministro (1968-1969), y Louis Terrenoire, antiguo ministro de la información (1960-1961). Louis Massignon fue el portavoz apasionado así como la Asociación de solidaridad franco-árabe (ASFA) creada en 1967 y financiada por el Quai d’Orsay.
A partir de 1973 Francia pudo asociar a la Comunidad europea su política anti-israelí representada por la Asociación Parlamentaria para la Cooperación Euro-Árabe (APCEA) fundada en París el 23-24 marzo 1974 a la iniciativa conjunta del diputado de De Gaulle, Raymond Offroy (UDR), y del parlamentario del partido laborista Christopher Mayhew.
Integrada en cada parlamento nacional en los Estados europeos y en el parlamento europeo, esta asociación, un pilar del Diálogo euro-árabe, estaba relacionada al Comité europeo de Coordinación de las Asociaciones de Amistad con el mundo árabe llamado EURABIA.
Es ella quien concibió y obtuvo – según sus afirmaciones – la adopción por la comunidad europea de la Declaración de Venecia en 1980. Declaración que determina hasta hoy la política de la Unión Europea hacia Israel y exige urbi et orbi su retirada a las líneas de armisticio de 1949 después de la invasión de su territorio por 5 ejércitos árabes, apoyados desde el interior por la guerrilla árabe. No se hablaba entonces de los Palestinos. Es esta declaración la que nutre al yihadismo anti-israelí y al terrorismo contra Israel.
Ahora, las circunstancias que lo motivaron, según el ministro de la República Federal Alemana en 1983, Hans Dietrich Genscher, relevan de la voluntad por parte de la Comunidad europea de restaurar sus buenas relaciones comerciales con un mundo árabe ulcerado por la paz separada egipto-israelí.
En una carta del 2 y 6 diciembre 2010, antiguos ministros y comisarios de la UE recomendaban a esta misma no hacer ningún cambio a lo que ellos consideran como « fronteras de 1967», pero que no son más que las líneas de armisticio de 1949 entre Israel y los territorios de Judea y Samaria que Jordania ocupó ilegalmente cuando la agresión militar árabe en 1948 y de los cuales expulsó a todos los habitantes judíos. Estas personalidades recomendaron la campaña BDS (Boicot Desinversión Sanciones) y afirmaron que la creación de Palestina en estos territorios, es decir la implantación de un peligro existencial para Israel, implica la credibilidad de la Unión Europea por la no sumisión de Israel a sus órdenes así como sus buenas relaciones con el mundo árabe.
No hay duda que la política de la UE provoca las agresiones terroristas palestinas contra Israel. El conflicto israelo-árabe ilustra la explotación por Europa del yihadismo anti–israelí para desarrollar sus intereses en el mundo musulmán. Esta política cínica le confiere un pesada responsabilidad moral en relación a las numerosas víctimas del terrorismo, la incitación al odio ; la negación de los derechos de los israelíes y el desarrollo del antisemitismo.
A mi entender, Occidente jamás ha apoyado a los musulmanes reformadores que habrían podido transformar el islam con una renovación que se debería construir, sino que por el contrario ha explotado las pasiones yihadistas para sus propios intereses. Hoy, la pasión yihadista palestina resucitada en el palestinismo de Europa, heredera del antisemitismo de los años 1940, que retoma contra Israel.
El 5 de julio de 2014, Abou Bakr Al-Baghdadi reclamó, durante un oficio en una mezquita importante de Mossul (Irak), la unión de todos los musulmanes.
¿Qué elementos de su discurso pueden seducir a sus correligionarios, y entre los convertidos, tanto en los países musulmanes, como en Occidente?
Primero este discurso es una vibrante llamada a la guerra santa (yihad) en el idioma y el estilo del Corán que comunica un fervor y una gran fuerza persuasiva a los jóvenes y a las masas de creyentes. Estas frases y estas incitaciones, que fueron sin cesar repetidas para el endoctrinamiento en los sermones y los rezos, ha condicionado la adhesión de las poblaciones que se incorporan al EI.
A todo ello se añade la enumeración de los sufrimientos y las injusticias que abruman a los pueblos musulmanes en el conjunto del globo y la responsabilidad que tienen los muyahidin de asumir sus obligaciones de justicieros de Allah para ir a salvarlos. Si ellos mueren en combate, cambiarán la miseria de una corta vida terrestre contra las delicias eternas del paraíso. El combate por Allah reclama el sacrificio de la propia vida y sus riquezas con alegría.
Los argumentos dados al llamado de la guerra y sobre todo contra los enemigos del Islam, así como la evocación de la solidaridad religiosa de toda la umma, deben ciertamente impresionar a los jóvenes musulmanes.
Esta mezcla de recompensas de Allah, de llamadas repetidamente a la rebelión contra los tiranos y los enemigos hereditarios del islam, de victimología musulmana, de incitación al odio – todo ello con un esmalte de citaciones coránicas y envuelto de esta cultura islámica tan familiarizada con estos temas.
¿Qué piensa usted de la Coalición contra el Estado Islámico? Le cuesta constituirse, sus operaciones militares no son tan mediatizadas como la operación «Margen Protector», y el Estado de Israel está excluido…
Es difícil que se constituya por el hecho de que rompe la solidaridad musulmana contra el campo de los «kuffars» (los no creyentes) y que países musulmanes financian y ayudan al EI.
Además, no se sabe lo que representa el campo de rebeldes que supuestamente combaten contra el EI. Hay que felicitarse de que el Estado de Israel esté excluido de este caos. De todas maneras no habría podido colaborar con ejércitos enemigos.
En cuanto a la propaganda mediática de la operación «Margen Protector» (Gaza) ¿hay que sorprenderse ? Le es útil a El, a la UE y a la administración Obama vilipendiar el coraje del ejército israelí, y su extraordinaria preparación con el «Iron Dome», todo y a la vez brindando protección contra el terrorismo interno y externo. Es la burla de una UE arruinada y repudiada por sus propios ciudadanos y la de un Obama en el ocaso.
Los gobiernos occidentales se entregan a contorsiones semánticas evocando Daesh, y no el Estado islámico, y ello a fin de evitar toda relación entre el Islam y los terroristas de EI.
Aparte de este vocabulario y la religión de los terroristas, ¿cuáles son las relaciones con el Islam: la persecución de no musulmanes (cristianos, yazidis, etc…), imposición de la ‘jizya’, esclavismo, estatuto inferior de las mujeres, etc., la toma de rehenes y decapitaciones?.
El EI está encarnado por su gobierno e inspiración en el Estado Islámico. Está basado en la guerra y la conquista, es su base principal como lo fue el primer gobierno islámico.
Desde su origen y durante siglos, el Estado otomano se llamó Estado ghazi, el Estado de la guerra contra los no-musulmanes.
El llamado a los musulmanes para que participen en la yihad es corriente. En todas las guerras anti-cristianas, los musulmanes corrían para unirse a los ejércitos atrincherados en las ciudades fortificadas junto a las fronteras con los países cristianos.
Aparte de los hechos evocados más arriba que testimonian el carácter islámico del gobierno de EI, se puede añadir la aplicación de las leyes de la sharia, el rechazo de todo lo que representa la civilización occidental y sus prácticas «idólatras» así como el desprecio de las leyes hechas por el hombre, sin hablar siquiera de todas las declaraciones de los responsables refiriéndose a la jurisdicción y a la teología musulmana.
Los Estados occidentales, haciendo notar la gran erudición que tienen en teología islámica, se han encargado de proclamar al nivel más elevado que el EI no tenía nada que ver con el Islam. El EI representa pues otra religión, otra cultura, no islámica. Estas declaraciones se inscriben en la política de la UE llevada desde hace más de cuarenta años incriminando a Israel por provocar la guerra a fin de exonerar la civilización de la yihad y de la dhimmitud corolaria de la yihad. Es la política de la negación de la verdad y de la afirmación de su contrario.
Y es que Europa y América no pueden actuar de otra forma. Desde 1973 la UE ha fundado su política sobre el axioma «islam = tolerancia, paz, amor». Es la base estratégica de la nueva civilización multicultural euro-mediterránea ligada a la inmigración, representada incluso por un parlamento del cual nadie conoce los diputados (2), y que es garante de las reconciliaciones euro-árabe e islamo-cristiana. Esta sociedad euro-mediterránea se ha construido con la promesa de erradicar a Israel y reemplazarla por Palestina, cosa que la UE está incubando celosamente, nutriendo, financiando y situando en el centro de su ética. Ella ha construido su cultura, sus enseñanzas, sus medios de difusión, sus universidades, todo ello en este adoctrinamiento, lanzando sus guardianes intratables y decretando urbi et orbi dónde Israel puede construir y dónde están sus fronteras.
Hoy en día, dócil a petición de los yihadistas palestinos, se aplica en borrar la historia de Israel y modifica impunemente el Monte del Templo, llamándola Explanada de las Mezquitas. ¿Jesús anduvo por la Exlpanada de las Mezquitas ? ¿Había entrado en Al-Aksa? ¿Había rezado allí? Poco importa, Europa acepta «la historia» según Abu Abbas: «El Templo no ha existido jamás», «El arco de Tito en Roma se refiere a la mezquita» y «Jesús era un profeta musulmán». La cadena de TV France 24 ha hecho una excepción para Israel. Es el único país del cual está omitido el nombre en la cinta que corre en continuo bajo las informaciones; está reemplazado por «Oriente Próximo», sobre todo si las noticias provienen de Jerusalem puesto que esta ciudad no es Israel. Después de la Shoá de los cuerpos, la Europa de los derechos del hombre se dedica a la Shoá de la historia.
¿Cómo explica usted la falta de denuncia masiva del Estado Islámico entre los musulmanes?
Los musulmanes no pueden denunciar su propia civilización y su propia fe. Las teorías del EI son predicadas por las grandes celebridades del islam como el jeque Youssef al Qaradaoui, solo que ellas son solamente teóricas. Yo creo que un gran número de musulmanes las aprueban, de hecho las pocas críticas son muy débiles. Una denuncia masiva por aquellos que lo rechazan exigiría una organización legal, una financiación y mucha valentía visto que los disidentes se arriesgan a la muerte. De todas formas algunos pueblos han rechazado a los islamistas en cruentos combates. El mundo musulmán esta muy dividido, presa del caos, del terrorismo y la destrucción causada por sus conflictos internos. Yo creo que la guerra contra el EI, el combate de los kurdos, el rechazo de instaurar gobiernos islamistas en Túnez y sobre todo en Egipto donde el General Al-Sissi ha tenido que oponerse a Obama, constituyen una fuerte protesta de la gente en el terreno. Pagan el precio con el terrorismo contra ellos. Los que deberían denunciar la barbarie de EI son los musulmanes de Occidente. Se han oído algunas proclamaciones sobre el tema, los intelectuales sobre todo no han temido correr riesgos.
La negación del carácter islamista del EI por algunos musulmanes es bienvenida. Ello implica un reconocimiento implícito del carácter bárbaro de estas leyes islámicas y deberían llevar por consecuencia a una critica profunda conduciendo a una reforma del pensamiento político y religioso – los dos están ligados- del islam actual. Es ahora que los musulmanes reformistas deberían manifestarse por una apertura hacia los otros, particularmente hacia Israel, por la aceptación de las diferencias y por el rechazo común de la ideología yihadista. Sin hablar de las reformas en la sociedad musulmana, pero estamos aun lejos.
Ahora se espera que el presidente Obama y los estrategas occidentales, den explicaciones sobre sus políticas que querían dar el poder a los Hermanos Musulmanes en todo Medio Oriente. Sería interesante escucharlos.
Fuente: Véronique Chemla
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