NELLY HUSNY SMEKE PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO.
En el marco de las negociaciones sobre un acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu afirmó ante el congreso norteamericano que dicho acuerdo no es más que un grave error, es sin exagerar, la apertura a las grandes ligas de un monstruo y una tiranía imparable.
Irán representa al peor enemigo que en este siglo tiene la humanidad; con su incesante violencia e intolerancia. Irán no es más que un estado sumamente peligroso, terrorista, integrista, radical, yihadista y fundamentalista.
Este actor internacional, crea el terrorismo, lo patrocina lo fundamenta y lo enseña.
Irán no es un enemigo que podría catalogarse como “común” en términos históricos. No solo es un estado, abarca una totalidad que va más allá de los límites geográficos establecidos. Irán es una célula, es una guerrilla, una organización criminal y terrorista que no solo opera en una determinada zona, posee brazos en todos los rincones y esferas del planeta.
Mientras que no exista un verdadero órgano internacional con suficiente poder y capacidad coercitiva independiente, otorgada a éste, por los mismos actores internacionales; ante el cual, dichos integrantes, verdaderamente, rindan cuentas; no habrá un trato o acuerdo y más de carácter militar y nuclear, que sea enteramente respetado, mucho menos por “estados canallas”.
Un acuerdo de esta índole con Irán, no es más que un volado al aire, a menos que Obama tenga un as bajo la manga.
La única forma de hacer que otro actor cumpla la parte pactada en el acuerdo suscrito, es por medio del uso de la fuerza, medidas económicas, sanciones bloques etc.
Sin embargo, cuando un país ha alcanzado ya el poderío suficiente para hacerle frente a todos esas sanciones o “castigos”. No hay nada que le impida, más que su buena voluntad, no romper dicho acuerdo.
¿Realmente Obama, la clase política estadounidense y la misma población americana, creen en que un país como Irán, cuenta con buena voluntad?
Históricamente en la política exterior estadounidense, se ha utilizado la estrategia del “garrote o la zanahoria”. ¿Acaso es que Obama pretende usar la zanahoria con Irán, y a cambio de qué?
Un estado fanático implicado en numerosos atentados terroristas, que financia grupos yihadistas como Hezbolah y que abiertamente ha declarado que anhela y prepara la destrucción del estado de Israel así como la de todos los infieles; ¿merece realmente ese poderío que tanto anhela?
Irán no es un país fácil de disuadir y mucho menos fácil de controlar por los medios no convencionales (guerrilla, terrorismo, yihad) que utiliza para lograr sus fines.
El permitirle siquiera poseer la capacidad nuclear a un actor que en definitiva no dudaría ni un segundo en usar dicha fuerza destructiva, en contra de sus enemigos e inclusive de sus mismos aliados, es algo que Estados Unidos tiene que sopesar y no dejarse llevar por buenos sentimientos e ingenuas esperanzas de un cambio.
El gran cambio que Irán anhela es el de ser el líder de la región, poseer una gran capacidad y poderío nuclear para poder controlar, de esta manera, toda la región del Medio Oriente.
Como bien lo estipuló Netanyahu, el poderío nuclear iraní, provocaría una inminente carrera armamentista nuclear en la región, como medio de defensa ante la “tiranía persa”.
La guerra para la paz, la proliferación nuclear para la contención mundial
Esta teoría es altamente aceptada por diversos políticos y neoconservadores norteamericanos. Consiste básicamente en la idea de una “guerra fría”, el hecho de que los actores de una determinada área geográfica, cuenten con suficiente capacidad y armamento nuclear, para destruirse mutuamente, generando un continuo estado de riesgo ante la inminente amenaza, provoca o conlleva a la disuasión y a la paz.
Dicha teoría se comprobó innumerables veces durante el periodo conocido como Guerra Fría, uno en particular fue la llamada Crisis de los misiles, en la que Rusia obtuvo gracias al poder de disuasión, grandes beneficios estratégico y geopolítico.
Tomando en cuenta los antecedentes de nuestro actor iraní, no podría considerarse, que este país entraría en la generalidad de dicha teoría, más bien, sería la gran excepción. La posible proliferación nuclear en Medio Oriente es un riesgo mundial, no solo le compete a Israel resolver o controlar esta situación. Un Medio Oriente nuclearizado cambiaría automáticamente las balanzas de poder regionales, y alterarían en definitiva el orden mundial establecido. Occidente podría estar bajo el látigo de Oriente, y Oriente dominado por estados o grupos integristas como Irán o el Estado Islámico y con poderío armamentista no convencional, seria realmente la ruina de un mundo libre y moderno.
Los neocons americanos y los halcones no estarán de acuerdo en pactar con el diablo, y mucho menos siendo antagónico a todo lo que es y representa Estados Unidos desde que se forjó su nación, de su imperial visión y de un mundo democrático, libre, tolerante, controlado y regido por sus propios valores americanos.
Irán se contrapone a todo lo que Estados Unidos es y representa. Es el polo opuesto y oscuro de los valores e ideales que tanto ha luchado Norteamérica por difundir y perpetrar en todo el mundo y en todos los aspectos, tanto económicos, políticos, sociales, culturales, religiosos, éticos, etc.
¿Qué pasa con la alianza histórica entre Estados Unidos e Israel?
¿Ya se olvidó a Obama que Irán es uno de los integrantes del llamado “eje del mal”?
Si piensa que bajando el látigo y quitando ese yugo que “castiga” a Irán, logrará vigilarlo y controlarlo más, se equivoca, Estados Unidos pronto estará en la lista de objetivos por aniquilar de los iraníes.
La historia enseña y marca la dirección y el destino de los pueblos, pero es responsabilidad de éstos, aprender de la misma, para poder forjar y moldear un buen futuro.
Hilter nos heredó un pasado terrible e inolvidable, que permanecerá por siempre en la memoria histórica de la humanidad, pero las naciones y los líderes que durante los preámbulos de la Segunda Guerra Mundial, se llenaron los ojos de ingenuidad y no frenaron a tiempo a este monstruo y a su maquinaria asesina nazi, nos enseñan hoy que la maldad si triunfa y por lo mismo no hay que ayudarle, sino hacerle frente antes de que sea demasiado tarde.
Porque celebrar un acuerdo nuclear con Irán, otorgándole suficiente poderío para destruir a todos aquellos que son diferentes a el, es algo mas que peligroso, es ingenuamente estúpido.
Porque crear una maquinaria imparable que es capaz de hacer lo que sea necesario, con tal de lograr sus objetivos, es simplemente grotesco.
El mundo entero corre peligro y es muy cierto que el que juega con fuego, tarde o temprano se quema. ¡Cuidado Obama que ahí hay mucho fuego ya!
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