ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – El Oriente Medio fue testigo de algo radicalmente nuevo hace tres días, cuando el Reino de Arabia Saudita respondió a una petición del Presidente de Yemen y lideró una coalición de 10 países para intervenir por aire y tierra en el país.
Por Daniel Pipes
La “Operación Tormenta Decisiva” suscita varias reflexiones:
Alianza de Arabia Saudita y Egipto: Hace 50 años, Riad y El Cairo intervinieron en un conflicto en el Yemen. Posteriormente apoyaron bandos opuestos, fuerzas convencionales y revolucionarias respectivamente. Sus aliados actuales señalan la continuidad en Arabia Saudita y los profundos cambios en Egipto.
Países árabes se unen: Durante las primeras décadas del establecimiento de Israel, los árabes soñaban en unirse militarmente contra el Estado judío, pero las luchas internas y rivalidades rompieron tal esperanza. Incluso en las tres ocasiones (1948-1949, 1967, 1973), que unieron fuerzas, lo hicieron con propósitos opuestos e ineficazmente. Por consiguiente, ahora resulta sorprendente que finalmente se unan no contra Israel sino contra Irán. Esto implícitamente apunta a una comprensión de que la República Islámica de Irán representa una amenaza real, mientras que el anti-sionismo equivale a una indulgencia. La alianza es también un indicio de pánico, así como la necesidad de tomar acción como resultado de la falta de iniciativa estadounidense.
Yemen en el centro de atención: Yemen desempeñó un papel periférico en la Biblia, en el surgimiento del Islam, y en los tiempos modernos; nunca ha sido el foco de atención mundial – sólo hasta ahora. Yemen se asemeja a otros países una vez marginales como ambas Coreas, Cuba, Vietnam y Afganistán – que de la nada se convirtieron en el foco de interés mundial.
El guerra fría de Oriente Medio se ha ido calentando: Los regímenes iraníes y saudíes han encabezado bloques de contienda por aproximadamente una década. Combatieron como los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Soviética lo hicieron una vez – a través de las ideologías en pugna, el espionaje, la ayuda, el comercio y la acción encubierta. El 26 de marzo, la guerra fría se transformó, y al parecer permanecerá así por un tiempo.
¿La coalición liderada por Arabia Saudita podría vencer? Probablemente no, ya que ellos son principiantes contra aliados de Irán en un territorio disuasivo.
Los islamistas dominan: Los líderes de ambos bloques comparten muchas cosas en común: ambos aspiran adherirse a la ley sagrada del Islam (la sharia), desprecian a infieles, y han transformado la fe en ideología. Su caída confirma el islamismo como el único juego de Oriente Medio, lo que permite a sus partidarios el lujo de pelear entre sí.
La alianza Turquía-Qatar-Hermandad Musulmana en declive: Una tercera alianza de revisionistas sunitas localizados entre los revolucionarios chiítas y sunitas ha estado activa en los últimos años en países como Irak, Siria, Egipto y Libia. Pero ahora, en parte gracias a la nueva diplomacia del nuevo rey Salman de Arabia Saudita, sus miembros están gravitando hacia sus correligionarios sunitas.
Aislamiento de Irán: Sí, el beligerante Teherán ahora se jacta de dominar cuatro capitales árabes (Bagdad, Damasco, Beirut, Sana’a) pero eso también representa un problema: Muchos en la región (incluyendo países previamente amistosos como Pakistán y Sudán) temen de las acciones iraníes.
Dejando a un lado el conflicto árabe-israelí: Mientras que el gobierno de Obama y los líderes europeos siguen obsesionados con los palestinos, viéndolos como una clave para la región, los actores regionales tienen prioridades mucho más urgentes. No sólo que Israel apenas les concierne, sino que sirve como auxiliar tácito del bloque liderado por Arabia Saudita. ¿Esto ayudará a producir un cambio de largo plazo en las actitudes árabes hacia Israel? Probablemente no; cuando la crisis de Irán se desvanezca, el conflicto palestino-israelí volverá a ser el foco de atención como lo ha sido siempre.
La política estadounidense en desorden: En 2009, Barack Obama y sus ingenuos colegas pensaban que al salir de Irak, sonreir a Teherán, y esforzarse más en las negociaciones árabes israelíes arreglarían la región. En cambio, los líderes del gobierno de Estados Unidos no logran seguir el ritmo de los eventos adversos en Oriente Medio, muchos creados por ellos mismos, como la anarquía en Libia, las tensiones con aliados tradicionales, un Irán más belicoso.
Impacto en un acuerdo con Irán: Aunque Washington ha cedido en muchas cuestiones con respecto a Irán y ha hecho muchos favores al régimen de los mulas (al no incluirlos en la lista de terroristas, junto con su aliado Hezbolá), ahora puso un límite en Yemen, ofreciendo apoyo a la coalición anti-Irán. ¿Será posible que el líder supremo iraní Ali Jamenei ahora abandone las conversaciones? Muy improbable, ya que el acuerdo ofrecido es demasiado dulce para rechazarlo.
En resumen, la hábil diplomacia de Salman y su disposición a usar la fuerza en Yemen responde a la combinación mortal de la anarquía árabe, la agresión iraní, y la debilidad de Obama de manera que dará forma a la región durante muchos años.
Fuente: Middle East Forum
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