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Los líderes árabes han dado luz verde este domingo a la creación de una fuerza militar conjunta, un contingente de intervención rápida que actuará en los países de la región cuando haya amenazas para su seguridad. La aprobación se produce con el trasfondo de los bombardeos que una coalición encabezada por Arabia Saudí efectúa desde el jueves en Yemen para frenar el avance del grupo rebelde chií de los hutíes y la influencia de Irán en el golfo Pérsico.
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“Los líderes árabes han decidido aprobar los principios de la formación de una fuerza militar árabe”, ha anunciado el presidente egipcio Abdelfatah al Sisi durante la clausura de la cumbre que la Liga Árabe ha celebrado desde ayer en la ciudad costera egipcia de Sharm el Sheij. El contingente es una iniciativa que El Cairo pergeñó cuando a mediados de febrero su aviación bombardeó posiciones del autodenominado Estado Islámico (IS) en la vecina Libia.
Según Al Sisi, el asunto será abordado ahora por un equipo de “alto nivel” creado y dirigido por los jefes de Estado Mayor de los ejércitos árabes, encargado de concretar la letra pequeña. A juicio del secretario general de la Liga Árabe Nabil al Arabi, es “una necesidad absoluta” plantar cara a las amenazas a la seguridad nacional que padecen los Estados árabes, cuya estabilidad sacudieron hace cuatro años las revueltas populares pro democracia que recorrieron la región y vive hoy atenazada por el avance del IS, que controla un tercio de Siria e Irak y ha logrado la adhesión de grupos afines en la mayoría de los países vecinos.
“Lo que los Estados árabes comparten es mucho mayor que lo que nos separa”, ha agregado Al Arabi, que -como señaló ayer el rey saudí Salman- ha avanzado que la operación ‘Tormenta de la firmeza’ -integrada por diez naciones de la región- que bombardea Yemen “continuará hasta que la agresión de los hutíes pare”. A pesar de los ataques aéreos, la milicia apoyada por el ex presidente yemení Ali Abdalá Saleh ha cosechado en los últimos notables progresos en el sur del país y libra duras batallas con los partidarios de su sucesor, Abdo Rabu Mansur Hadi, que huyó el jueves de la ciudad sureña de Adén y permanecerá en Riad hasta nueva orden.
Pocos detalles han trascendido de la fuerza militar conjunta que recibió a mediados de esta semana el plácet de los ministros de Exteriores árabes. Se calcula que cerrar los últimos flecos sobre la composición y sus funciones llevará -en el mejor de los casos- un mes. Funcionarios egipcios han asegurado que el contingente estará formado por unos 40.000 efectivos de élite y tendrá también a su disposición aviones y buques de guerra. Será, no obstante, una fuerza voluntaria que actuará a petición de un Estado miembro para “defender nuestra seguridad colectiva”, según la Liga Árabe.
Durante su discurso inaugural, Al Sisi subrayó que el nuevo batallón “no pone en peligro la soberanía de los países árabes”. En cualquier caso, parece poco probable que las 22 naciones que integran la organización panárabe y tienen objetivos dispares se sumen al proyecto. Qatar se ha mostrado reacia a una posible intervención en Libia, donde la aviación egipcia bombardeó en febrero posiciones del IS tras la decapitación de 20 cristianos coptos a manos de la organización yihadista.
Por su parte, Irak -con un Gobierno de mayoría chií y cercano a Teherán- ha censurado la operación en Yemen, considerada por los líderes árabes como una “prueba” para la futura fuerza conjunta. El proyecto tiene lugar además cuando Estados Unidos negocia con Irán a propósito de su programa nuclear, lo que inquieta a las monarquías del Pérsico en un momento en el que los litigios están inflamando las líneas sectarias de Oriento Próximo.
Y, por último, está Siria. La participación del régimen de Bashar Asad está suspendida desde noviembre de 2011 y la oposición siria moderada no ha sido invitada a la cita de Sharm el Sheij. El polvorín de Siria, donde las protestas que nacieron en marzo de 2011 degeneraron en una guerra civil que ha dejado más de 220.000 muertos, también ha sido tratada en la cita árabe. Una carta del presidente ruso Vladimir Putin enviada a Al Sisi y leída ante el plenario ha suscitado las críticas de Arabia Saudí, que ha cuestionado el papel de Moscú en la crisis siria. En la misiva, Putin llamó al diálogo para resolver los conflictos de Siria, Irak y Libia.
Combates
Milicianos rebeldes hutíes y grupos tribales leales al presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, libran intensos combates en la ciudad costera de Adén y la provincia de Shebua, en el sureste del Yemen, informaron hoy a Efe fuentes tribales.
Los Comités Populares, integrados por miembros de diferentes tribus, y milicianos hutíes se enfrentaron anoche y esta madrugada en el barrio de Jour Meksar, en el centro de Adén, y en la zona de Dar Saad, ubicada en el norte de la ciudad.
Decenas de milicianos tribales tienen cercado un batallón militar leal a los hutíes en el cuartel Badr, vecino al aeropuerto internacional de Adén. En la provincia de Shebua, a unos 570 kilómetros al sur de la capital yemení, la zona de Bihan fue escenario esta mañana de duros choques entre milicianos tribales leales a Hadi y los hutíes, estos últimos respaldados por fuerzas militares del norte del país.
Fuente:elmundo.es
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