“La solución para evitar el hambre en el 2050 llegará de Israel”: Marcelo Schottlender y Daniel Chalupowicz invitan a Agritech 2015

MAY SAMRA Y VERA WALLACH PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – En días pasados estuvieron en México, Marcelo Schottlender, consultor del Ministerio de Economía del Estado de Israel y el Ing. Daniel Chalupowicz, investigador de Volcani Center, Bet Dagan en Israel, con el fin de invitar a México a Agritech 2015, la Decimonovena Exposición y Conferencia Internacional Agrícola, misma que se realizará del 28 al 30 de abril en Tel Aviv, Israel.

A la entrevista nos acompañó Dolores Purón, Coordinadora de Prensa de la Embajada de Israel en México.

Durante la entrevista que Enlace Judío les realizó, afirmaron que existe una muy buena relación entre México e Israel a nivel de agricultura, tanto oficial como particular con empresarios, tecnologías, productos, etc.

Mencionaron que en noviembre del año pasado, el Lic. Enrique Martínez y Martínez, Secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación de México fue invitado personalmente por el Ministro de Agricultura de Israel para estar presente en el evento Agritech en Israel, en el cual el tema central será poscosecha, siendo el Ing. Chalupovitz experto en éste.

El Ing.Chalupowicz explicó que las conferencias están centradas en tratar de analizar los distintos puntos de la cadena de comercialización, identificar en cuáles se tienen pérdidas, evaluar por qué ocurren y la forma en la que, a través de la aplicación de tecnología de poscosecha se puede dar una solución, y por otro lado, aumentar la producción a través de la incorporación de invernaderos de la producción bajo cubierta, que den mayor rendimiento. “Tanto a nivel macro, como a nivel global debemos tratar, de alguna manera, de adelantarnos a lo que pueda ocurrir en el año 2050 cuando haya que alimentar un 33% más de habitantes”.

Al cuestionarle sobre si serán suficientes los alimentos en el 2050, el Ing. Chalupovitz comento que “alcanzarán los alimentos si nosotros somos más precavidos y tomamos conciencia, ya que hoy en día, se están tirando 1,300 millones de toneladas de alimentos por año, lo cual se genera debido a pérdidas en la producción, así como por incremento de las normas de calidad- como valores organolépticos de sabor o de aroma, que establecen las cadenas compradoras y que el productor no puede alcanzar, por lo que el producto se queda en el campo”.

Por su parte, Marcelo Schottlender explicó que lo anterior se relaciona con la ética del productor, pero también del comerciante, del supermercado y del consumidor, debido a que la responsabilidad es de todos.

Adicionalmente, Marcelo Schottlender dio respuesta a la pregunta antes mencionada desde el punto de vista histórico: “Hacia fines del siglo XXIV, se generó la misma pregunta, ya que se estaba viviendo un proceso en el que la gente abandonaba el campo en Europa e iba a trabajar con las máquinas de vapor para hacer textiles; entonces la gente decía ‘momento, todos los productores vienen, va a haber más gente que alimentar con menos que producen, ¿qué va a pasar con el alimento en el mundo?,’ y el mundo siguió funcionando, hubo alimentos y la respuesta fue tecnología, entonces empezaron a surgir tecnologías de ese momento para poder alimentar y que menos personas produjeran más alimentos; eso, hoy en día, sigue siendo la misma pregunta y la misma respuesta”.

Mencionaron que la respuesta se encuentra en la ciencia y en el conocimiento, que se traduce en métodos, conocimientos y tecnologías, para solucionar los problemas; en Israel existe una unión entre la industria y la investigación, lo cual es una gran fortaleza frente a otros países y tecnologías.

Actualmente, en Israel, se está investigando la producción de tomates utilizando agua salada. Por sorprendente que parezca,   la cosecha resulta ser más dulce de lo normal: eso se debe a la reacción de la planta ante el estrés que recibe de la salinidad y reacciona con un fruto con más grados brix, es decir, con más azúcares. Tomando como referencia lo anterior, Marcelo Schottlender indicó que el agua salada es infinita y si esta forma de producción se lleva a niveles comerciales, se puede solucionar el problema de hambre en el mundo.

Por otra parte, el Ing. Chalupowicz explicó la forma de trabajo e investigación que se realiza: “Mucha gente que viene del exterior se sorprende que nosotros investigamos a pedido del cliente, para solucionar problemas específicos. Por eso, muchas veces acuden a nosotros empresas que están interesadas en desarrollar un producto y necesitan de la capacidad técnica o de los instrumentos que nosotros tenemos en el departamento; por lo tanto, ha ocurrido que nos hacemos socios en el desarrollo de un producto de cuya venta recibimos regalías o bien, a través de asociaciones de productores que tienen problemas para exportar, pero nuestro trabajo es fundamentalmente a pedido, para solucionar problemas o desarrollar productos”.

Finalmente, afirmaron que Israel y México pueden enseñar y aprender mucho uno de lo otro. Por ejemplo, Marcelo Schottlender explicó que en Israel, en los años sesenta se descubrió el riego por goteo, el cual ya se utiliza en México con tecnología mexicana; lo mismo ocurre con los invernaderos de producción bajo cubierta, los cuales fueron descubiertos hace un par de años y ya se usan en México,  permitiendo exportar productos. Por lo que Israel ha sido pionero en tecnologías que luego se han aplicado a nivel mundial. Lo anterior ocurre también en temas de semillas, biotecnología, nanotecnología y poscosecha. Y en específico en este último da la oportunidad al productor de conocer los puntos débiles para saber qué tipo de tecnología debe aplicar, ya sea a nivel de la cosecha misma, a través de mecanización, uso de envases adecuados, conservar el producto a temperatura óptima. También se recomienda el uso de bolsas que generan una “atmósfera modificada”, la cual prolonga la vida útil del producto; o la cámara frigorífica en la que se puede llegar a modificar la composición atmosférica y reducir la actividad metabólica del producto, para conservarlo por más tiempo y llegar a mercados no convencionales.