La Hagadá dice: “‘Mira que si los sigues reteniendo, la mano de Dios caerá sobre tus ganados, y habrá una grandísima peste.’ Y el faraón no dejó salir a Israel.”
Fuente: Hagadá de Pesaj
¿Sabías qué el pueblo judío en la edad media se salvó de la peste, gracias al netilat yadaim (lavado de manos), parte esencial de la tradición?
Lo que causó que la población restante pensara que ellos eran los causantes de la enfermedad, lo que resultó en matanzas y aislamiento.
Hashem ordenó a Moshé advertir al Faraón que a menos que él pusiera en libertad a los judíos, densa Pestilencia seria impuesta sobre Egipto al preciso día siguiente. Hashem fijó el comienzo de la Plaga para el día siguiente para impedir a los egipcios alegar que ésta era una dolencia natural antes que un milagro. Además, el anuncio de que la Plaga ocurriría un día más tarde daba al Faraón tiempo para arrepentirse.
La pestilencia, no obstante, exceptuó a todos los animales pertenecientes a los Benel Israel así como también a aquéllos que eran propiedad común de un judío y un egipcio. Todo egipcio que se había apoderado del animal de un judío y fraudulentamente alegaba que era suyo, era ahora refutado. Puesto que el animal no pereció, el egipcio tuvo que admitir que le pertenecía a un judío y era obligado a devolverlo. No sólo los animales de los Benei Israel no fueron dañados, sino, de hecho, éste fue un tiempo de bienestar para los Benei Israeldurante el cual no sufrieron pérdidas financieras o ansiedad.
¿Por qué Hashem trajo la Plaga de Pestilencia?
Los Egipcios habían forzado a los Judíos a volverse pastores y conductores de burros en parajes desiertos y montañas distantes para impedirles a ellos multiplicarse. Como castigo, todos sus animales perecieron.
Fuente: Chabad.org
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