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domingo 17 de noviembre de 2024

Las sanciones iraníes y el sector bancario: con pies de plomo

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – El Plan Conjunto de Acción General entre Irán y el P5 + 1 fue casi universalmente bien recibido. Pero, ¿puede el P5 + 1 cumplir con el alivio de las sanciones prometido? ¿O es que los bancos, fuertemente multados por violar sanciones iraníes mantendrán la aversión al riesgo, restringiendo la oportunidad para el crecimiento económico?

Análisis RUSI, 13 de abril 2015

Por Tom Keatinge

Central BankLa noticia de que se había fijado un acuerdo marco para el Plan Conjunto de Acción General (JCPOA) entre los cinco miembros permanentes del Consejo de las Naciones Unidas para la Seguridad (China, Francia, Rusia, el Reino Unido y los EE.UU.), junto con Alemania (el así llamado P5 + 1) e Irán fue acogido casi universalmente cuando surgió el 2 de abril. Tanto la declaración conjunta de la Alta Representante de la UE Federica Mogherini y el ministro de Relaciones Exteriores iraní Javad Zarif como el comunicado del Departamento de Estado de Estados Unidos revelaron detalles acordados para abordar el enriquecimiento, la inspección, y la transparencia del programa nuclear iraní. Las declaraciones también revelaron que Irán recibirá el alivio de las sanciones de US, la UE y la ONU, “si responde de manera verificable a sus compromisos“.  Pero, ¿puede el P5 + 1 proporcionar alivio de las sanciones que están practicando? ¿O el sector bancario, fuertemente multado en los últimos años por el incumplimiento del régimen de sanciones iraníes permanecer con aversión al riesgo, lo que limita la oportunidad para el crecimiento económico, cuestionando las concesiones otorgadas por el liderazgo iraní bajo el JCPOA?

La historia de las sanciones contra Irán es larga. Los EE.UU. han impuesto restricciones a las actividades de Irán en varias formas desde 1979, tras la toma de la embajada estadounidense en Teherán. En 2006, la ONU aprobó las resoluciones 1696 y 1737 del Consejo de Seguridad de la ONU, la última imponiendo la primera ronda de una serie de sanciones relacionadas con los programas nucleares que cada vez aislaron más a Irán del comercio internacional y los mercados financieros. Este proceso culminó en 2012 con la Ley de Derechos Humanos de Siria y la Reducción de la Amenaza de Irán promulgada por Estados Unidos y que aplicaban sanciones de gran magnitud a las actividades relacionadas con la energía de Irán y los sectores financieros, la imposición de un embargo del petróleo de la UE, y la desconexión de los bancos iraníes de SWIFT (Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales), el sistema de mensajería electrónica Lynch que facilita la circulación del dinero mundial.

El efecto acumulativo de estas medidas ha sido drástico. El recién elegido presidente Hassan Rouhani asumió el cargo en junio de 2013 enfrentando una calamidad económica. Para invertir la espiral económica descendente, las sanciones, que habían constreñido severamente la economía de Irán, necesitaban ser aliviadas con urgencia. Para mayo de 2013, las exportaciones de petróleo de Irán se había reducido a sólo 700.000 barriles por día en comparación con 2,2 millones en 2011, costando al país de $ 4 a $ 8 mil millones en ingresos perdidos por mes.  Según el Banco Mundial, el desempleo se estimó en el 20 %, siendo la población juvenil de Irán la más especialmente afectadala inflación llegó tan alto como 45% año tras año; y el PIB se contrajo un 5,8% en 2012/13.

En este contexto, en noviembre de 2013, el P5 + 1 e Irán firmaron un Plan de Acción Conjunto (JPOA), que “llegó a un conjunto de entendimientos iniciales‘con respecto al programa nuclear de Irán, los primeros límites significativos que Irán había aceptado. A cambio, el P5 + 1 proporcionó un alivio limitado, dirigido, temporal y reversible de las sanciones a Irán. “Los primeros seis meses de alivio se extendieron en julio y noviembre de 2014. La flexibilización de las sanciones, sin duda, ha proporcionado algo de alivio económico a la economía iraní. Desde la firma del JPOA, el ritmo de contracción del PIB en Irán se ha reducido a 1,7% para 2013/14 y se prevé que crezca un 1,5% en 2014/15 y las exportaciones de petróleo han aumentado a 1,2 millones de barriles por día. Pero a pesar de la prestación de algún alivio de las sanciones, el programa ‘está estructurado de manera que la inmensa mayoría del régimen de sanciones, incluida la arquitectura de sanciones financieras, el petróleo clave y la banca permanece en su sitio’. Por otra parte, el JCPOA firmado recientemente subraya que las sanciones estadounidenses ‘se reanudan … en caso de incumplimiento significativopor parte de Irán.

Con pies de plomo

Los esfuerzos por encontrar algún tipo de acuerdo para restringir la capacidad de Irán de desarrollar armas nucleares deben ser bienvenidos, sin embargo, un reto igualmente considerable se avecina. ¿Cómo van a asegurar las naciones que han estado presionando a Irán para hacer un trato que pueden aplicar el alivio de las sanciones del acuerdo? El desafío al que se enfrenta el presidente Obama ha sido subrayado en cartas enviadas tanto a él como al presidente Rouhani de Irán. Incluso si el progreso positivo señalado por la firma del JCPOA en Lausana continúa y la maraña de las sanciones impuestas por los Estados Unidos, las Naciones Unidas y la Unión Europea se desmonta lentamente, los líderes iraníes, y más importante aun el pueblo iraní, querrrán ver mejoras económicas reales, a corto plazo.

Y aquí radica el problema. Irán debería ser una oportunidad de negocio prometedora. Tiene una población joven de 80 millones, importantes recursos de hidro-carbono que atraen a las empresas internacionales para la extracción, servicios de apoyo técnico, y el transporte marítimo (que requiere un seguro), y múltiples oportunidades para la inversión de capital en su descuidada economía. Por lo tanto es clave para la anhelada reactivación económica la reintegración de Irán en la economía mundial, una reintegración que dependerá en gran medida de los bancos del sector privado a nivel mundial, mientras se vuelve a conectar a la comunidad del comercio y las finanzas internacionales. Sin embargo, esta es una comunidad que ha sufrido un considerable daño financiero como resultado de las multas relacionadas con las sanciones iraníes dictadas en los últimos años por los legisladores. La lista de nombres está creciendo: BNP Paribas, Schlumberger, Commerzbank, y Standard Chartered todos han enfrentado sanciones.

Si la fortuna económica de Irán no mejora de manera constante, las concesiones otorgadas por su liderazgo bajo la JCPOA inevitablemente serán puestas en cuestión. Así, mientras que las dos partes ya discuten la naturaleza exacta y el mecanismo de alivio de las sanciones, de mucho más importancia definitiva para el futuro de las relaciones será la voluntad de estas instituciones financieras con aversión al riesgo de volver a comprometerse, y facilitar la inversión en una economía que les ha costado muchos miles de millones en multas y en que, en el futuro previsible, la inversión y el compromiso estará lleno de riesgos ya que las sanciones relacionadas con el terrorismo y los abusos de derechos humanos permanecerán.

 Tom Keatinge es Director del Centro de Delitos Financieros y Estudios de Seguridad, RUSI.


Fuente: Royal United Services Institute

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