AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO
Miles de personas han pasado la noche al raso por temor a nuevos derrumbes. El último balance cifra en más de 2.000 los muertos. Una réplica de 6,7 provoca nuevas avalanchas en el Everest.
Cientos de personas han pasado la noche al raso en Katmandú, la capital de Nepal, tras el devastador terremoto que ayer sacudió el país, afectando también zonas de India, China y Bangladesh y que causó la muerte a más de 2.500 personas, según el último balance oficial, y cuantiosos daños en el patrimonio histórico del país. Los trabajadores de emergencias y voluntarios siguen removiendo los escombros, en ocasiones con las propias manos, para tratar de localizar supervivientes mientras se producen réplicas del temblor de ayer. Una, de 6,7 en la escala de Richter, ha causado este domingo nuevos aludes en la zona del Everest. Con el temblor de ayer, ya se produjeron avalanchas en la montaña más alta del mundo, justo en el comienzo de la temporada de escalada. 17 montañeros murieron y decenas resultaron heridos en el campo base de la vertiente sur de la montaña, tragado por un alud.
“Tanto los hospitales públicos como los privados están colapsados y está tratando a los pacientes al aire libre”, ha alertado el embajador nepalí en India. “Estoy exhausto, pero tenemos que seguir”, declaró a la agencia Reuters un agente de policía cuyo equipo ya había trasladado 166 heridos y cadáveres a los centros médicos. “Necesitamos ayuda”, señaló el ministro de Información, Minendra Rijal.
Con epicentro a unos 150 kilómetros al noroeste de Katmandú, el seísmo se dejó sentir especialmente en el valle en el que se sitúa la capital nepalí, que vio caer a tierra buena parte de su patrimonio histórico, como la torre Dharahara. También otros edificios de Katmandú se vinieron abajo o quedaron gravemente dañados, con lo que las tareas de rescate se centran en localizar supervivientes entre las montañas de escombros. Mientras, se alinean los cadáveres en la calle.
El oficial militar Santosh Nepal relató a la agencia Reuters que había trabajado toda la noche en las ruinas de un edificio de tres plantas derrumbado en el centro de Katmandú, usando picos porque las máquinas no podían pasar por las estrechas calles del centro histórico de la ciudad. “Creemos que aún hay personas atrapadas dentro”, ha declarado. Hay edificios reducidos a montones informes de ladrillos, mientras que otros han quedado inclinados, en precario equilibrio y amenazando con venirse abajo en cualquier momento. Otros, que han sufrido derrumbes parciales, mostraban desventrados las pertenencias de sus habitantes.
Miles de personas han pasado la noche al raso con temperaturas bajo cero y bajo una ligera llovizna, temerosos de volver a sus casas dañadas. Muchos deambulaban por las calles envueltos en mantas o se sentaban en la calle acunando a sus niños pequeños, cargando en pequeñas bolsas con sus pertenencias. Las réplicas se han dejado sentir desde ayer.
En la torre Dharahara, una de las atracciones turísticas más importantes de la ciudad, construida en 1832 por la reina de Nepal y de la que apenas ha quedado en pie un trozo de pared, hasta 200 de personas quedaron atrapadas, según un agente de policía. Con la llegada del buen tiempo, unos 300.000 turistas se encontraban en el país cuando, a mediodía de ayer (hora local), la tierra tembló como no lo había hecho desde 1934, cuando un temblor de magnitud 8,1 (el de ayer alcanzó 7,9) mató a más de 8.500 personas. El último balance hecho público por las autoridades nepalíes cifra los muertos en 1.953, a los que hay que sumar 53 en India y 17 en Tíbet. Hay más de 4.500 heridos.
En los hospitales, siguen llegando heridos y, sobre todo, cadáveres rescatados de entre las montañas de escombros. El oficial de policía Sudan Shreshtha aseguraba a Reuters haber llevado durante la noche un total de 166 cadáveres al Hospital Universitario Tribhuvan. Allí quedaban los cuerpos almacenados, apenas cubiertos con alguna tela. Otros, ni eso. Empiezan a escasear los suministros médicos.
Con el gobierno nepalí desbordado por la dimensión de la tragedia, India ha enviado suministros médicos y equipos de salvamento, un total de 285 miembros de su Fuerza de Respuesta a Desastres, mientras que China ha mandado un equipo de emergencia de 60 personas. Organizaciones internacionales reunen asimismo personal para acudir a Nepal a colaborar en las tareas de rescate. Países como EE. UU., Reino Unido, Pakistán e Israel han ofrecido ayuda.
Fuente:elpais.com
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