AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – 12 de mayo 2015 – PM Netanyahu aborda el Quinto Foro Global de Lucha contra el Antisemitismo. Éste es el texto completo de su discurso.
El antisemitismo de hoy no se limita a las diversas sectas del Islam militante, ni se limita solo a los elementos xenófobos radicales de la sociedad europea. Porque hoy suele llevar la máscara del así llamado pensamiento progresista de Occidente.
Me complace darles la bienvenida a Jerusalén. Veo aquí destacados ministros de gobierno de Alemania, de Rumania, de Bulgaria, de Canadá. Nuestro propio Ministro de Asuntos de la Diáspora, Naftali Bennett, el alcalde de París, el Coordinador de la ONU para el Proceso de Paz, líderes religiosos de todo el espectro, muchos de la comunidad musulmana. Acabo de tener una excelente discusión con el imán de París. Hay embajadores aquí y distinguidos invitados de muchos ámbitos de la vida, de tantos países, incluidos grandes actores. Así que estoy encantado de verlos a todos aquí, a pesar de que el tema de nuestras deliberaciones no sea una fuente de placer.
Hace setenta años, con el fin de la Segunda Guerra Mundial y la revelación de los horrores del Holocausto, algunos creyeron que la humanidad descartaría uno de los odios más antiguos de la historia – el antisemitismo. Y es cierto que en los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial, las expresiones evidentes de odio a los judíos parecieron tomarse un respiro, al menos en el Occidente liberal. Sin embargo, no hay duda de que hoy estamos viviendo en una época de antisemitismo resurgente.
Los judíos en todas partes están de nuevo siendo calumniados y vilipendiados. Esto ocurre en las partes más intolerantes de Medio Oriente pero también en las que supuestamente son las partes tolerantes de Occidente. Está ocurriendo en Beirut, en Damasco, en Teherán. Pero también, de manera violenta, en Toulouse, en París, en Bruselas. Porque junto con el vilipendio vienen inevitables los ataques violentos.
Y los judíos ahora están en la mira por ser judíos. Los judíos tienen derecho a vivir libremente y con seguridad donde quieran. Y los gobiernos de todo el mundo tienen la responsabilidad de garantizar este derecho.
Quiero aprovechar esta oportunidad para elogiar a todos los gobiernos que han sido testigos de este resurgimiento del antisemitismo, por su compromiso de proteger los derechos de los judíos, los derechos individuales, los derechos de sus ciudadanos. Sus representantes están aquí, y yo los alabo por ello. Pero los judíos también tienen el derecho a unirse a nosotros aquí en Israel, y si hacen esa elección, les daremos la bienvenida con los brazos abiertos.
El antisemitismo contemporáneo no solo calumnia, vilipendia y toma como blanco al pueblo judío. Hoy, en primer lugar y por encima de todo, se dirige al estado judío. Ese es el nexo, ese es el núcleo, ese es el foco del antisemitismo.
Quiero darles un ejemplo de esto de hoy mismo, de esta mañana. Estuve en al aeropuerto de Ben-Gurion para dar la bienvenida a casa a la misión humanitaria de las Fuerzas de Defensa de Israel en Nepal.
La ONU presentó un informe. En realidad, este es un buen informe de la ONU sobre Israel. Decía que de todos los países del mundo, e Israel es uno de los países más pequeños del mundo, Israel envió el segundo equipo de rescate y socorro más grande de Nepal. De todas las naciones de la tierra. Nuestra gente hizo un trabajo magnífico. Salvaron vidas. Sacaron personas de entre los escombros. Trataron a 1.600 heridos y enfermos. Asistieron partos, varios nacimientos.
Sin embargo ayer la televisión estatal de Irán y de Venezuela acusaron a nuestro equipo humanitario de la trata de bebés. Ahora, ¿alguno de ustedes ve un equipo de rescate de Irán en Nepal? Este es el ejemplo por excelencia de la técnica de la Gran Mentira. El agresor acusa a su víctima.
Y esta gran mentira del antisemitismo la propagan con mayor entusiasmo aquellos que pisotean los derechos humanos de su propio pueblo.
¿Irán habla de derechos humanos? No quiero hablar de Venezuela. Se lo dejo a ustedes. ¿Ellos nos dan una conferencia sobre derechos humanos, sobre el Estado de Derecho, sobre la protección de la dignidad humana? Ellos cuelgan gente en grúas, personas inocentes en grúas en las plazas de Teherán y otras ciudades iraníes. Envían a sus matones al Líbano, a Siria, a Yemen, asesinando a miles de personas. Matan musulmanes, apuntan a los musulmanes que no comparten su violento credo.
Hoy, gran parte del antisemitismo extremo que vemos hoy en día proviene de círculos antiguos, círculos intolerantes, xenófobos de partes de Europa, en peculiar maridaje con los militantes que tratan de avanzar el mundo del Islam, y que han integrado el antisemitismo más extremo en esta teología asesina.
Quiero darles un ejemplo. En primer lugar, reconozcan que su primer y mayor número de víctimas son sus hermanos musulmanes. Pero también se centran en nosotros, y ahí tienen la Carta de Hamas. Repite los antiguos libelos contra los judíos. Llaman abiertamente al asesinato de judíos dondequiera que estén y a la destrucción de su estado.
Y lo mismo puede decirse de Hezbollah y por el patrón común tanto de Hezbollah como de Hamas, que por supuesto es Irán.
Y, por supuesto, tienen competencia. Los chiítas militantes compiten con los militantes sunitas de al-Qaida, de ISIS y al-Nusra que se hacen eco de su credo asesino- no sólo sobre Israel. Ustedes han visto los horrores que cometen con sus hermanos musulmanes.
El antisemitismo de hoy, como ya he dicho, no se limita a las diversas sectas del Islam militante, ni se limita solo a los elementos xenófobos de los radicales de la sociedad europea. Porque hoy en día suele llevar la máscara del llamado pensamiento progresista en Occidente. Algunos de aquellos que se consideran adalides de la tolerancia son muy intolerantes cuando se trata de los judíos y el Estado judío.
El antisemita clásico retrató a los judíos como la encarnación de todos los males en el mundo. Los antisemitas modernos retratan al estado judío como la encarnación de todos los males del mundo.
Cuando Hamas y Hezbolá dispararon a nuestras ciudades, miles y miles y miles de cohetes, directamente sobre nuestras ciudades – lo cual es un crimen de guerra; escondiéndose detrás de sus civiles – que es un segundo crimen de guerra – cuando cometieron estos dobles crímenes de guerra, decenas de miles se manifestaron en las calles de las capitales europeas, no contra Hamas, no contra Hezbolá, sino ¡contra Israel!
Ahora, miles están siendo asesinados en el brutal conflicto del Yemen. ¿Ustedes ven alguna manifestación en Londres o París? Un cuarto de millón de personas han sido masacradas salvajemente en Siria. ¿Se oye algo sobre boicots académicos al régimen de Assad? Y en el Irán del gobierno de Rouhani, las ejecuciones han aumentado, personas inocentes son llevadas a la muerte. ¿Se oye alguna resolución de la ONU condenando estas violaciones de los derechos humanos básicos?
Y la respuesta es, lamentablemente no. Las manifestaciones, los boicots, las resoluciones están reservados para una verdadera democracia de Oriente Medio, de hecho, es la democracia más asediada de la tierra – Israel.
Esto es una farsa. Pueden tratar de explicarlo de muchas maneras y es verdad que Internet tiene un efecto multiplicador, pero puede tener un efecto multiplicador en muchas, muchas mentiras, en muchas calumnias, y sin embargo, esto tiene un efecto multiplicador global, y hay algo fundamentalmente equivocado en el hecho de que esta calumnia se reserve para el país de la región donde la pena de muerte no se utiliza ni siquiera contra los más terribles terroristas asesinos, el único país que mantiene los derechos humanos sacrosantos, donde la igualdad está protegida por ley – para las mujeres, para los cristianos, para las minorías, para todos.
Ustedes pueden preguntarse cómo es eso posible, como puede ser que el Estado judío sea tratado así. Si hay humo es que debe haber fuego.
¿Cómo creen que los judíos fueron tratados por generaciones? Las cosas que los pueblos dijeron de los judíos durante generaciones fueron creídas por tantos países. Creyeron que envenenábamos los pozos, que bebíamos la sangre de niños cristianos, que difundíamos la enfermedad deliberadamente. Por cierto, todo esto se repite mientras estamos hablando.
¿Cómo pudo ser que lo creyeran? Pues lo creyeron. No sólo se lo creen, uno dice, bueno, es por ignorancia. Sí, es verdad. Excepto que algunas de las personas más cultas de la historia también las creyeron – Voltaire, Dostoievski, y la lista es mucho más larga, por cierto.
Así que la educación y el conocimiento pueden ser un protector parcial contra esta calumnia, pero hay algo más profundo aquí porque estas son tales falsedades patentes. Es la voluntad de someterse a la calumnia, la disposición a creerlo. Esto es lo que abona el campo, y no se inicia desde abajo. Se inicia con las élites. Y ahí es donde tiene que ser desafiado.
Y hoy el tratamiento de Israel no es diferente del tratamiento que recibieron nuestros antepasados. El Estado judío está siendo tratado entre las naciones tal como el pueblo judío fue tratado durante generaciones.
Y no somos perfectos, por cierto. Tenemos un montón de cosas que podemos mejorar. Tenemos una democracia muy bulliciosa y robusta. Tienen que venir a la Knesset. Los invito. Qué divertido. Pero es. Está viva. Es libre. Todo se debate, todo está abierto, y hay un sistema de justicia, un sistema de leyes y verdadera tolerancia. Con todas las imperfecciones de cualquier sociedad, hemos construido aquí una sociedad tremenda. ¿Asediado? Sí, pero con gran éxito.
Y nuestros mejores aliados en realidad en estos días son algunos de nuestros vecinos árabes, porque saben que nos enfrentamos a una amenaza común.
Así que vemos este país. ¿Cómo puede ser que este país sea calumniado como ningún otro? Bueno, probablemente porque los viejos hábitos tardan en morir. Pero la triste verdad es que algunos de ellos no mueren. La triste verdad es que ningún examen racional puede justificar la obsesión con el Estado judío, y esta obsesión con el Estado judío y el pueblo judío tiene un nombre. Se llama antisemitismo. Sé que ustedes entienden todo esto. Sé que la gente que está en esta sala ha aprendido las lecciones dolorosas de hace 70 años.
Les agradezco su compromiso con la lucha contra el antisemitismo porque la batalla comienza desde el comienzo. El antisemitismo, al contrario de lo que la gente piensa, no borbotea precisamente desde abajo. Se difunde también desde arriba. Por eso es tan importante que haya líderes aquí hoy, de todas las tierras, de todas las religiones, de todas las profesiones, del dominio público y del privado, que están preparados para luchar contra esta vieja obsesión.
Ustedes ha aprendido de la historia, pero, lamentablemente, muchos en el mundo todavía tienen que hacerlo.
Quiero asegurarles que nosotros sí. Ya no somos un pueblo sin estado en busca de un refugio seguro. Ya no somos un pueblo sin poder mendigando que otros nos protejan. Hoy tenemos un Estado independiente y soberano. Hoy podemos protegernos a nosotros mismos y defender nuestras libertades, nuestra vida.
Lo que ha cambiado en la historia del mundo para el pueblo judío no es el odio de los judíos, sino que con la fundación del Estado judío, los judíos redescubrimos la capacidad para defendernos contra la calumnia y contra el ataque. Hoy podemos defendernos contra nuestra denigración – como lo estoy haciendo en este momento y como lo han estado haciendo ustedes, y sé que lo seguirán haciendo.
Porque no es un hecho simple – una mentira que se deja sin respuesta y repetida sin fin asume el cachet de verdad evidente. Nuestro mayor trabajo – nuestro mayor trabajo – es ir y encender la vela de la verdad.
Cuando llegué a las Naciones Unidas hace muchos años para servir como embajador de Israel, conocí a un famoso líder religioso judío, el Rebe de Lubavitch, y me dijo: Sabes, vas a entrar a una casa, donde se lanzarán muchas, muchas mentiras sobre Israel y nuestro pueblo, y dijo: “Recuerda que en los pasillos más oscuros, si enciendes una vela, entonces la gente verá la luz de la verdad a una distancia muy larga. La verán desde lejos, y tu trabajo”, me dijo, “es encender la vela de la verdad en una sala oscura”. Bueno, les diré, necesitamos muchas velas, muchos encendedores de velas, y así es como yo los veo.
Porque en ninguna parte esta calumnia lanzada contra nuestro pueblo se propagada más sistemáticamente que en Irán. El régimen del ayatolá está llevando a cabo en estos momentos una competición. El concurso es una competición internacional. Es paralela a nuestra conferencia, excepto que es todo lo contrario. Es una competencia de negadores del Holocausto en todo el mundo, ¿quién mejor puede negar el Holocausto?. Y mientras están negando el Holocausto, están planeando otro genocidio contra nuestro pueblo. Abiertamente amenazan con aniquilar el Estado de Israel.
Hace apenas unas semanas, unos días antes de la firma del acuerdo de Lausana, dijo un general iraní: “La destrucción de Israel no es negociable”. Abiertamente. Y, por supuesto, tratan de construir armas nucleares para implementar este diabólico plan.
Tengo que decirles honestamente que el marco de Lausana no los detendrá. Israel quiere ver una solución pacífica, un acuerdo mejor que realmente bloquee el camino de Irán a la bomba. Pero quiero ser absolutamente claro. El Estado judío se defenderá solo contra cualquier amenaza.
Eso es lo que hemos aprendido de la historia. De eso es de lo que trata el Estado judío.
Pero también hemos aprendido algo más. No sé si seremos capaces de erradicar el flagelo del antisemitismo. Sé que tenemos que luchar contra él. Hemos aprendido que si no luchamos, si no lo frenamos, estos fuegos del antisemitismo acaban extendiéndose y consumiendo a todos.
Esa es la lección central del siglo 20, en muchos sentidos la lección central de los tiempos modernos. Así que por el bien de la decencia, por el bien de nuestra humanidad común, por el bien de nuestro futuro común, todos debemos levantarnos y combatir el antisemitismo. El pueblo judío y la gente decente en todas partes los saludará por hacer precisamente eso.
Gracias, gracias por venir a Jerusalén, gracias.
Copyright: GPO
Fuente: Israel Ministry of Foreign Affairs
Traducción: Silvia Schnessel
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