Carta al Papa Francisco

GUIDO MAISULS

Apreciado Papa Francisco:

El motivo de esta carta está fundamentado en el hecho de que ha llegado a mi conocimiento a través de los medios informativos, su firme decisión de que la Santa Sede adhiera oficialmente a la política del reconocimiento oficial de Palestina como Estado, sin esperar previamente la concreción lógica y natural de previos y mutuos Acuerdos de Paz previos entre Israel y Palestina para poder convivir en paz y seguridad en Oriente Medio.

Deseo manifestarle sinceramente la inmensa y sincera felicidad que me embarga, la hermosa concreción de su feliz peregrinación a la Tierra de Israel.

Le estoy sumamente agradecido por su extraordinario aporte al esclarecimiento a nuestra humanidad como lo son sus profundos conceptos: “El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada”.

O sus gratificantes gestos hacia nuestro judaísmo como esa conmovedora nota que Ud. escribió en el libro de visitas del Museo del Holocausto: “Con la vergüenza de lo que el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, fue capaz de hacer. Con la vergüenza de que el hombre se haya hecho dueño del mal. Con la vergüenza de que el hombre, creyéndose Dios, haya sacrificado, así, a sus hermanos. ‘¡Nunca más! ¡Nunca más!'”.

Y lo más positivo para esta compleja y sufriente región, fue su conmovedora invitación a orar por la paz a los presidentes de Israel y Palestina, Shimon Peres y Mahmoud Abbas de ir al Vaticano a rezar delante de Dios por la paz en Oriente Medio:

“Ofrezco mi casa en el Vaticano para acoger este encuentro de oración. Tantas personas construyen la paz con gestos pequeños. Muchos sufren y soportan pacientemente tantos intentos de construirla, y todos, especialmente aquellos que se han puesto al servicio de sus propios pueblos, tenemos el deber de hacernos instrumentos y constructores de paz, ante todo, a través de la oración”.

Pero si tuviera la privilegiada posibilidad de estar frente a Ud., (solicitándole mis anticipadas disculpas por mi ferviente y osado deseo), me encantaría poder manifestarle mis humildes pareceres para su conocimiento y apreciación.

Usted sabe más que yo, que hace más de veinte siglos, en la tierra de Israel vivía un judío llamado Jesús de Nazareth. Él era uno de los numerosos descendientes de los nativos que habitaban desde hacía miles de años en los territorios de Judea o Yehudah, en las ciudades de Jerusalem, Shjem, Jerichoh, Jebron y Bethlejem.

Jesús era un judío nacido y educado en las tradiciones judías, que durante su educación leyó los escritos de los grandes sabios de su pueblo. Allí aprendió el primer mandamiento de Moisés “No tendrás más Dios que a Mí” y “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

De ahí en adelante todo fue el devenir de la humanidad, una larga y compleja historia que llega hasta nuestros días pero si Jesús de Nazareth viviera hoy, sería un ciudadano israelí como los más de ocho millones que disfrutan la posibilidad de vivir en la única democracia real del medio oriente pero además sufren las terribles consecuencias del terror genocida al que están permanentemente expuestos.

Usted sabe que Israel es el país más discriminado del planeta Tierra. No existe otra entidad soberana e independiente tan exigida, tan condenada, tan demonizada, tan segregada y tan DISCRIMINADA como ésta, a la que se le exige tanto y todo a cambio de algo tan elemental como existir, como poder vivir en Paz en la Tierra de sus antepasados.

Es para mí una verdadera necesidad describirle las demonizadoras, injustas y abrumadoras presiones que acosan cotidianamente a este pequeño gran país:

O Israel debe dividir su histórica e indivisible Jerusalén para que sea la capital del estado palestino.

O El muro de separación “es ilegal” según el derecho internacional, es un “obstáculo” para la paz y “amenaza” la solución de dos Estados y no cuenta para la defensa contra los criminales atentados terroristas.

O Israel debe cesar el bloqueo sobre el terrorismo criminal de Hamas en Gaza pues es “inaceptable y políticamente contraproducente”.

O La Comunidad internacional debe incrementar la presión y el boicot sobre las empresas y los productos israelíes.

O La mayoría de los palestinos (alrededor del 70 %), sin distinción de banderías, no desean vivir al lado de un estado judío, democrático y occidental.

O Israel “debe hacerse responsable” de todos los problemas, de las debilidades, de los fanatismos y de las erróneas decisiones de los palestinos.

O El Gobierno israelí siempre “arruina” todas las oportunidades para la paz.

O Estados Unidos y la ONU exigen detener la construcción judía en Jerusalén.

O Los Estados Unidos, la comunidad europea y las Naciones Unidas critican la aprobación de proyectos de viviendas en los barrios de Jerusalem.

O Los dirigentes israelíes están poniendo nuevos e insalvables obstáculos en el camino de la paz, llamando a reconocer a Israel como un Estado judío.

O Los palestinos existieron como pueblo en la Tierra de Israel desde las primeras épocas históricas.

O Los palestinos son más nativos de estas tierras que los judíos.

O Los judíos nunca tuvieron nada que ver con la Tierra de Israel.

O El regreso de los judíos a su tierra ancestral es racismo e imperialismo.

O El ejército israelí comete permanentemente un supuesto e insólito genocidio a la “víctima” palestina.

O La Franja de Gaza ha sido convertida en un gigantesco y utópico campo de concentración al estilo Auschwitz-Birkenau.

O Los judíos vinieron a robarles las tierras a los “sufrientes palestinos” y a las naciones árabes.

O El Sionismo “no es” el movimiento de liberación del pueblo judío pues es simplemente un sinónimo de imperialismo y racismo.

O Israel “no quiere” la paz.

O Jerusalén, Belén y Hebrón, con sus mezquitas e iglesias, permanecerán para siempre y sin judíos, como ciudades palestinas.

O Tal reconocimiento supuestamente sería transformar cualquier presencia judía en Judea, Samaria y Jerusalén oriental en una incursión ilegal, a la que los palestinos tendrían derecho a responder en defensa propia.

O Ya va siendo hora de que comprendamos que el mundo árabe “necesita” el 99,9 % del territorio de Medio Oriente, y de que a Israel ni siquiera le corresponde el 0,1 % de su superficie total.

O Los países árabes no tienen suficiente. Les corresponde TODO.

O “La mezquita Al-Asa y el Templo de la Roca en Jerusalén, después de La Meca y Medina, son el tercer lugar sagrado de peregrinación para el Islam”.

O 5.000 años de historia “no otorgan” a los judíos suficientes pruebas históricas y arqueológicas irrefutables sobre su soberanía en Jerusalem y en la Tierra de Israel.

O “Queremos una Palestina sin judíos”

O “Israel es acusada de alimentar el odio y el genocidio”.

O “Paz por Territorios”

O “Paz por Dinero”

O “Paz por Terror”

O “Paz por Amenazas”

O Un israelí no tiene derecho a construir una casa en Jerusalem.

O Un tirano si tiene derecho a construir una bomba atómica en Irán para usarla realmente sobre Israel.

Es posible que cualquier espectador ingenuo y desprevenido pueda aceptar afirmativamente a ciertos interrogantes cuyas respuestas han instalado en base a insistentes y reiteradas farsas e increíbles mitos propagandísticos como:

¿Los palestinos existieron como pueblo en épocas pasadas?

¿Son los palestinos más originarios de estas tierras que los judíos?

¿Los judíos nunca tuvimos nada que ver con estas tierras?

¿El regreso de los judíos a su patria ancestral es imperialismo?

¿Es el Sionismo sinónimo de imperialismo y racismo?

Podemos tener más o menos idea de cómo viven los palestinos en lo que llaman sus territorios pero sus dirigentes y mentores son los únicos responsables de su calidad de vida pues ellos no tuvieron la más mínima y lógica voluntad de trabajar para mejorarla.

Solo les interesaron las grandes y copiosas donaciones internacionales para engrosar sus cuentas bancarias en Suiza y comprar los explosivos y las armas más letales posible que serán utilizadas luego sobre los inocentes ciudadanos israelíes, únicamente se empeñaron en crear más y más terror, en fabricar bombas humanas suicidas y misiles del más largo alcance posible para destruir la innegable y evidente realidad de ese Israel indeseado y negado.

Los Yaser Arafat y Abu Mazen siempre trabajaron incansablemente para ser las víctimas eternas y crear con bastante de éxito esa espantosa e irreal imagen del israelí cruel y sanguinario, haciendo palidecer de envidia a muchos de aquellos recalcitrantes y autos declarados antisionistas y antisemitas del mundo.

Yo también, al igual que Ud., deseo fervientemente que este conflicto termine devorando al terror, a la intolerancia, a la irracionalidad y al odio gratuito Y por eso concuerdo absolutamente con su acertada aseveración:

“Construir la paz es difícil, pero vivir sin paz es un tormento. Todos los hombres y mujeres de esta tierra, en el mundo entero, nos piden que llevemos delante de Dios su ardiente aspiración por la paz”.

Un gran abrazo desde Buenos Aires.

Fuente:identidades.com.ar

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