SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – EFE – Es la primera vez que el Estado Islámico actúa en Arabia Saudí, con un atentado suicida en una mezquita chií. Es el ataque más grave perpetrado contra los chiíes saudíes y en general en todo el reino desde hace una década.
El grupo terrorista Estado Islámico (EI) extendió sus tentáculos hasta Arabia Saudí con un atentado suicida en una mezquita chií en la población de Al Qadih, donde murieron una veintena de personas y un centenar resultaron heridas.
Los fallecidos ascienden a 21 personas y los heridos superan el centenar.
Este ataque es el más grave perpetrado contra los chiíes saudíes y en general en todo el reino desde hace una década y pone de manifiesto las intenciones del EI de golpear a los ciudadanos que no profesan la doctrina suní. Ya el pasado noviembre, una grabación atribuida al dirigente del EI, Abu Bakr al Bagdadi, llamó a la guerra en Arabia Saudí y urgió a los saudíes a rebelarse contra los chiíes de su país, la familia gobernante Al Saud y el Ejército.
Según el Ministerio de Sanidad saudí, los fallecidos ascienden a 21 personas y, de los heridos, la mitad continúan ingresados en los hospitales recibiendo tratamiento.
El suicida detonó el cinturón de explosivos que llevaba escondido bajo la ropa en la mezquita del Imam Ali Abi Talib, situada en la provincia oriental de mayoría chií de Al Qatif.
Activistas chiíes de Al Qatif consultados indicaron que el suicida se hacía pasar por mendigo y llevaba una semana merodeando por la zona.
La mezquita estaba llena de fieles ya que el atentado coincidió con la oración del mediodía del viernes y con las celebraciones por el nacimiento del imán Husein, nieto del profeta Mahoma. Algunas fotografías y vídeos difundidos en las redes sociales muestran el cadáver destrozado del supuesto suicida, mucha sangre y restos humanos en el suelo y enormes destrozos materiales. El suicida se hacía pasar por mendigo y llevaba una semana merodeando por la zona.
Pocas horas después del atentado, el EI se atribuyó la autoría del mismo en un comunicado difundido en foros yihadistas, en el que identificó al suicida como “el hermano mártir Abu Amer al Nashdi”.
La nota calificó a los chiíes de “infieles” y los acusó de insultar al profeta Mahoma y a sus compañeros y “conspirar contra los musulmanes (suníes)”.
Dirigiéndose a los chiíes, el Estado Islámico amenazó con “días negros” y juró que sus soldados “no estarán tranquilos hasta expulsar a todos los infieles de la península Arábiga”.
La comunidad chií representa en torno a un 10 % de la población saudí -predominantemente suní- y se queja de sufrir discriminación y marginación.
Las condenas al atentado no se hicieron esperar. La principal autoridad religiosa chií saudí, el clérigo Hasán al Namer al Musauí, denunció un “acto criminal del terrorismo de los takfiríes (extremistas suníes)”. Al Musauí, que pidió que se capture y castigue a los autores, precisó que el objetivo de este atentado es “destruir el tejido social” de Arabia Saudí. Por su parte, el muftí del país, el suní Abdulaziz al Alsheij, máxima autoridad religiosa del país, calificó el atentado de “pecado criminal” y de “suceso peligroso” que pretende sembrar el odio entre el pueblo.
En la misma línea, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, denunció que ese tipo de ataques buscan promover un “conflicto sectario”. El Movimiento chií Jóvenes Libres convocó una manifestación en Al Qatif, bajo el lema “No al terrorismo”, en la que cientos de personas clamaron contra el EI y la monarquía saudí. Una activista del grupo explicó a Efe que el atentado de hoy es fruto de “la incitación sectaria” y de los llamamientos desde las mezquitas que consideran a los chiíes apóstatas.
Los ataques contra los chiíes forman parte de un plan que pretende desestabilizar el país.
Para el analista político saudí Munif al Saquf, “los ataques contra los chiíes forman parte de un
plan que pretende desestabilizar el país”. En declaraciones a Efe, agregó que “los que se beneficiarán de este atentado son el régimen iraní (chií) y sus aliados en la región” porque su objetivo es “alentar la rabia de los chiíes contra los suníes”.
Este no es el primer atentado contra la comunidad chií en el reino, que ya sufrió en noviembre pasado un ataque contra una de sus mezquitas en la población de Al Daluh, en la provincia de Al Ahsá, que se saldó con la muerte de ocho personas por disparos. Arabia Saudí fue blanco de varios atentados terroristas a partir de mediados de la década de los noventa, lo que llevó a las autoridades a permitir que Estados Unidos estableciera bases militares en su territorio. Los primeros ataques, como uno en Riad en 1995 en el que fallecieron cinco estadounidenses, fueron dirigidos contra las fuerzas de este país, aunque varios policías saudíes murieron desde entonces durante la persecución de grupos yihadistas.
En mayo de 2003, una serie de explosiones de coches bomba sacudieron un complejo residencial en Riad, donde vivían expatriados árabes y occidentales, lo que casó una veintena de muertos y casi 200 heridos.
Fuente: 20minutos.es
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