ANA JEROZOLIMSKI
Al analizar los desafíos del nuevo gobierno de Israel, tenemos claro que la imagen que viene a la mente de la mayor parte, probablemente, de la opinión pública mundial, es la del problema con los palestinos. Y sin duda, es un problema que hay que resolver, por el bien de los dos pueblos. Se dirá generalmente que hay que resolverlo por bien de los derechos palestinos. Pues bien, es cierto. Pero no menos que eso, por el derecho de los israelíes. A vivir sin preocupaciones, a estar tranquilos.
La solución a la que eventualmente se llegue-y lamentablemente no creemos que se pueda aspirar ahora a nada más que ese “eventualmente”, ya que no es real aventurarse a algo más concreto-deberá incluir retiradas israelíes, intercambios de tierras, de modo que los palestinos construyan su estado independiente en la mayor parte de Cisjordania, y se preserve al mismo tiempo la seguridad de Israel.
Para los sectores más nacionalistas de la coalición de gobierno de Israel, pensar en esto equivale casi a una pesadilla. No le creen a los palestinos, pero aún antes de eso, están convencidos de que las tierras en las que ellos quieren construir su Estado, pertenecen al Estado de Israel, parte de la promesa divina al pueblo de Israel, reflejada en los textos bíblicos.
Evidentemente, que choquen las aspiraciones nacionales palestinas con la visión de los sectores de derecha en Israel, no puede sorprender a nadie. Lo que nos preocupa, es que también gente de centro -de la que nos consideramos parte-y gente de la izquierda sionista, tiene motivos para analizar la situación con gran preocupación.
Por un lado, está la convicción de que sin separarse, los dos pueblos van en camino a un estado binacional, fin del sueño sionista. A nuestro criterio, si no hay separación, en algún momento se pierde el carácter judío del Estado de Israel, o el carácter democrático.Y eso es una tragedia. El fin del sionismo que creó Israel.
Por otro, gente de centro e izquierda que analiza en forma equilibrada, no lo puede hacer tapándose los ojos. Ven a la Autoridad Palestina optando por buscar boicots, condenas y aislamientos de Israel a nivel internacional, en lugar de buscar formas de dialogar. Hasta en el fútbol…la Asociación Palestina de Fútbol pide suspender a su par israelí de FIFA, como si en otro conflicto en el mundo-y hay tantos mucho más cruentos sin duda que el israelo palestino- las asociaciones de fútbol intervinieran como arma de presión sobre la otra parte. Sólo en este caso pasan cosas así.
El centro y la izquierda sionistas, pueden agarrarse de la cabeza diez veces al oír a algunos ministros del gobierno de Benjamín Netanyahu pronunciarse sobre distintos temas, sin aportar nada con su estilo a un intento de mejorar el ambiente. Pero al mismo tiempo, recuerdan-recordamos- el rechazo palestino de propuestas presentadas por gobiernos cercanos a ellos, recuerdan el “no” de Yasser Arafat a Ehud Barak del laborismo, el de Abu Mazen a Ehud Olmert de Kadima y saben, aunque poco se ha publicado al respecto, del “no” del presidente palestino a las propuestas del Secretario de Estado norteamericano John Kerry, que Netanyahu aceptó casi en su totalidad.
Y uno mira alrededor, y piensa dónde hallar un asidero que ayude a lidiar en este complejo mosaico.
Hay comunidad de intereses con países árabes de la zona, por ejemplo en el tema de Irán, como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. Pero por más que condenen a Irán y digan abiertamente que su política constituye una amenaza para ellos, difícilmente los oiremos hablando públicamente de algo que los une a Israel.
Pero… ¿acaso puede ser esa una alianza que entusiasme, con el Islam sunita….”moderado”? ¡Si siguen cortando las manos a los ladrones! Si lejos están de acercarse en algo a los valores de Israel…Pero… ¿hay alternativa? ¿Y si Israel intenta-y seguro hay cosas detrás de las bambalinas que no se han publicado- conduce a algún lado una alianza así?
Ya no existe siquiera un tipo de Islam sunita…Es como un dicho en hebreo que hablar de la opción entre la peste y el cólera…eso es como analizar qué es peor, Irán o el Estado Islámico.
Es en este complejo mosaico que tendrá que seguir moviéndose Israel.
A nuestro criterio, la única senda viable para la supervivencia, es preservar fuertemente la seguridad, y no transar en los valores en base a los cuales nació, de democracia y libertad.
Si no, no tiene sentido seguir.
Fuente:uypress.net
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