LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO
“La Religiosa”
La intolerancia es una característica más común en los seres humanos de lo que aparentemente se percibe; está particularmente visible en comunidades religiosas, sean cristianas, islámicas o judías. La Inquisición, que se inició en el seno de la Iglesia Católica de España al final del siglo XIII y que perduró hasta el XIX, es una muestra clara de un fenómeno social de elevada intolerancia que fue justificado por sus ejecutores como algo inherente a la preservación de los valores de la fe y que derivó en conductas violentas contra los “herejes” quienes fueron torturados salvajemente, no importa que hubieran sido hombres o mujeres. Miles de seres humanos terminaron muertos en las hogueras o en las tétricas mazmorras donde fueron confinados. Detrás de estas actitudes inhumanas estaban intereses políticos ligados con el poder de las instituciones eclesiásticas para que estas se apoderaran de las riquezas de quienes eran juzgados como herejes.
Conductas similares se observan en el Islam, particularmente en los grupos radicales que realizan verdaderos actos de barbarie como en el caso del Estado Islámico (EI) en el presente. La trasgresión de supuestos principios del Corán son castigados con crueldad: decapitaciones, lapidaciones y mutilaciones de miembros del cuerpo, entre otras prácticas.
En este contexto, dos meses atrás vi en la televisión la película “La Religiosa”, vinculada con la intolerancia de las religiosas católicas contra quienes entran por voluntad propia o son enviados forzadamente a conventos. La película se desarrolla en el siglo XVIII, y es una adaptación moderna de la obra del enciclopedista Denis Diderot; trata el contenido de una joven de 16 años, obligada por su pudiente familia a entrar en un convento, a lo cual se rehúsa porque quiere conocer el mundo. Por su constante rebeldía a permanecer en el claustro, la Madre Superiora del mismo, ejerce una fuerte presión física y emocional que deteriora su salud y su mente; lo único que le permite resistir es la fuerza que la impulsa a recobrar su libertad. Se le priva de alimentos, se le encierra en una obscura celda en la que las condiciones higiénicas son deplorables. Posteriormente, la familia de la joven la traslada a otro convento donde no es tratada con crueldad; empero, al poco tiempo de su estancia en el mismo, la Madre Superiora “enloquece de amor” por la joven y la acosa constantemente; su vida vuelve a ser un caos, hasta que, ayudada por amigos, logra huir.
En “La Religiosa”, Diderot, plantea un tema conflictivo para la época: “el derecho que tiene la mujer a su criterio y a su libertad”. En este sentido, se pudiera pensar que estas situaciones se han superado en la sociedad moderna, no obstante, en varios países no existe equidad de género y muchas mujeres viven en condiciones injustas: “pulula la misoginia” y el sufrimiento.
Las condiciones terribles que experimentó la joven en el convento, todavía se registran en el siglo XXI, no precisamente en los claustros, sino en el seno de la familia. Finalmente, “La Religiosa” presenta una crítica a la manipulación de las personas con el pretexto de la racionalidad que supuestamente se expresa con humildad y valores. El contexto de la película también se percibe en las escuelas religiosas judías para mujeres, (yeshivot) y en la vida cotidiana de sus familias, ello es aberrante porque provoca dolor y rezago social. “La Religiosa” me causó angustia, no he podido superar la idea de que estas situaciones las veo diariamente en la comunidad judía de México.
Sholem Aleijem
El 13 de mayo pasado se cumplieron 99 años de la muerte del escritor judío, Sholem Aleijem “gran figura de la literatura humorista en Idish” (idioma que crearon los judíos de Europa central y del este para comunicarse entre ellos) en diferentes países de ese continente fueron ampliamente difundidas sus obras. Su nombre verdadero fue Sholem Yakov Rabinowitz, empero, adoptó el seudónimo Sholem Aleijem, saludo que significa en hebreo “la paz este con ustedes”. Nació en el seno de una familia judía en 1859 en Pereiaslav que formaba parte del Imperio Ruso; esta población está próxima a Kiev, la hoy capital de Ucrania. Después de terminar la escuela en su pueblo natal, en 1876 salió de este. En un principio escribió en ruso y en hebreo y, a partir de 1883, año en que se casó con su alumna Olga Loev, hija de un adinerado comerciante, produjo más de 40 volúmenes en yiddish hasta convertirse en la principal figura de la literatura de esa lengua en 1890; usó su patrimonio personal para apoyar a escritores que escribían en Idish. Sholem Aleijem es comúnmente referido como el “Mark Twain Judío”, en virtud de su estilo similar al escribir usando nombres inventados; los dos autores escribieron para niños y adultos, Mark Twain expresó que él se consideraba el “Sholem Aleijem estadounidense”.
Revisando una pequeña libreta en la que desde 1955 anotó los libros que leo, aparece que en 1959 leí el libro “Teive el Lechero”, originalmente publicado ese año; su lectura me fascinó por su gran sentido del humor, en 1960 leí su obra “Tercera Clase” y “Kasrilev” en 1972 y “El Retorno de la Feria” en 1977.
En el ámbito no judío la obra de mayor trascendencia de Sholem Aleijem ha sido “El Violinista en el Tejado” que se escenificó en teatro por primera vez en 1964 en Broadway en Nueva York, producida por Harold Prince. Norman Jewison realizó la versión fílmica 7 años después cuando “millones de personas en el mundo ya estaban familiarizados con esta obra”.
El Violinista en el Tejado presenta la situación de principios del siglo XX en un pequeño pueblo ucraniano, en donde la intranquilidad y el malestar asechaban a los judíos amenazados por los Pogromos, matanzas organizadas, por los gobernantes del Imperio Ruso; fue por ello que millones de judíos emigraron a EUA entre 1890-1920. Esta trágica situación que vivían los judíos fue escrita con un gran sentido del humor por Sholem Aleijem realzando las tradiciones judías que se estaban desintegrando por la violencia de los Pogromos y por la presión ejercida de “un nuevo mundo gobernado por la industrialización y la mecanización”, la obra muestra valores vinculados con el amor familiar, la solidaridad, la fe y, sobretodo, la tradición judía.
El musical se presentó por primera vez en México en 1965, un año después de su estreno en Broadway, protagonizado por Manolo Fábregas en el teatro que actualmente lleva su nombre, asistí con mi primera esposa y mi madre, ambas ya fallecidas; años más tarde la volví a ver con Manolo Fábregas y posteriormente con Pedro Armendáris Jr. También tuve oportunidad de asistir a una representación en Moscú, creo que fue en 1988. Cabe destacar que el Violinista en el Tejado está basada en varias historias escritas por Sholem Aleijem.
La obra literaria de Sholem Aleijem es extensa, empero, pudo ser más amplia; desafortunadamente murió a los 57 años víctima de la tuberculosis.
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