AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – ¿ISIS? ¿Irán? ¿Corea del Norte? La industria de mentiras tejida por el movimiento BDS es convencer a más y más gente que Israel es la fuente del mal en el mundo. No nos equivoquemos: Esto no es una campaña contra los asentamientos. Es una guerra contra la legitimidad del Estado judío. Todas las fuerzas razonables, de derecha e izquierda, deben actuar en contra del boicot económico, académico y cultural que se ha convertido en una amenaza estratégica. Yedioth Ahronoth se alista en el contraataque.
Durante años, se ha estado librando la batalla del ‘bagel’ (panecillo) en Sudáfrica – otro frente en la campaña masiva contra Israel.
Los activistas del BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel) han estado luchando contra Woolworths, la cadena de supermercados que ha insistido en importar los bagels del Estado judío. El valor total de los productos alimenticios importados es un mero millón de dólares de un total casi 10 mil millones de dólares en los ingresos de la cadena. El cambio de bolsillo.
Pero los activistas de BDS son insistentes. Durante un largo tramo de tiempo protestaron e interrumpieron operaciones. Woolworths, por su parte, es igual de insistente. La cadena lo llevó a tribunales e incluso ganó su juicio.
Los activistas de BDS, sin embargo, se niegan a hacer concesiones. La cámara de comercio, una liga juvenil del ANC (la mayor y más fuerte facción en Sudáfrica), y otras instituciones son parte de la lucha.
Hace dos semanas, en el Día de la Nakba, dirigió una protesta contra Woolworths de unos 10.000 estudiantes.
En el otro lado del mundo, en el estado de Washington, otra cadena de supermercados mucho más pequeña, Olimpia Food Co-op, votó a favor de unirse al movimiento BDS y boicotear los productos israelíes. Cuando los activistas pro-Israel emprendieron una vía legal a la justicia, fueron despedidos ipso facto.
Hace tres años la Corte Suprema del Estado revocó la decisión. En el pasado, hay que señalar, hubo otras victorias legales. Los Tribunales franceses aclararon que boicotear los productos israelíes era un crimen de odio. El estado de Illinois aprobó una ley que sienta un precedente. Hace apenas dos semanas prohibió las inversiones en empresas que participan en el movimiento BDS.
La serie de victorias legales, sin embargo, podría crear una falsa impresión, puesto que BDS ha estado ganando la batalla de la opinión pública. Los que afirman que BDS no afectará a la economía israelí están en lo cierto. Por ahora.
Su influencia ha invadido los grupos Hillel en los campus, cuando partidarios del BDS explotan el deseo de la organización como punto de partida para difundir su campaña. Cuando le dices a un joven estudiante que “Israel expulsó a cientos de miles de palestinos en 1948” y no sabe que en esos mismos años decenas de millones fueron sometidos a dichas expulsiones – puesto que esa era la norma entonces – y que fueron más los judíos expulsados de tierras árabes … bueno, podrían tender a creer que Israel nació en pecado.
Algunos de los estudiantes se convierten en activistas del BDS. En los últimos años, ha sucedido cada vez más.
El apoyo a Israel en los Estados Unidos está en su apogeo. Pero es una ilusión. En los campus, en los institutos de investigación, y en los medios de comunicación, se ha producido una erosión constante, prolongada y peligrosa del apoyo a Israel.
Ya está invadiendo la política. Sidney Blumenthal fue un alto asesor de Bill Clinton. Su hijo, Max Blumenthal, se ha convertido en un destacado y venenoso activista en los campus contra la existencia misma de Israel. Esto no es lo que sucede en toda familia judía. Lejos de eso. Pero es la tendencia.
Israel está sufriendo uno de los ataques más sistemáticos contra su existencia. No es necesario ser parte del movimiento BDS para estar en el frente anti-Israel.
Cuando un miembro de Rompiendo el Silencio aparece en los eventos patrocinados por BDS, eso no es crítica. Eso es demonización.
Cuando Peter Beinart, uno de los líderes de la izquierda judía en los Estados Unidos, que se define a sí mismo como sionista y ortodoxo, afirmó que en Lag Baomer de 2014 los judíos cometieron un pogrom contra los palestinos, que no estaba criticando. Lo que hizo fue propagar un libelo de sangre.
Cuando Richard Goldstone publicó el informe que lleva su nombre, asestó un golpe propagandístico a Israel, a pesar de que se retractó después de un tiempo. Y la lista es larga.
El éxito de BDS es particularmente impresionante, ya que es un movimiento que utiliza el lenguaje de los derechos, pero en la práctica se ocupa de negar el derecho de Israel a existir. El resultado es un gran engaño.
Muchas personas buenas e inocentes caen en esta trampa. Cuando el concepto de “Tikkun Olam” se convierte en el motivo central de la identidad de los estudiantes judíos, los que están en busca de una identidad judía, entonces la lengua resbaladiza del movimiento BDS se convierte en un imán. El fraude es eficaz.
Este parece ser uno de los mayores casos de fraude de nuestra época. Porque esta es una campaña de demonización con peligrosas similitudes a las mentiras propagandísticas contra judíos.
Los líderes de la campaña, Omar Barghouti y Ali Abunimah, tienen una meta arrogante declarada. “La idea de dos estados era inaceptable desde el principio”, dijo Barghouti en su respuesta a una pregunta en un campus, y agregó que el fin de control israelí de los territorios palestinos es sólo un paso en el camino hacia el logro de la visión de desmantelamiento de Israel. Abunimah dijo que “la solución de dos estados está destinada a salvar el sionismo”.
El Dr. Ilan Pappe, un detractor ardiente de Israel, explicó que la campaña se basa en una forma de pensar que cree en dos pecados: El primero arraigado en la formación de Israel y el otro arraigado en la existencia misma de Israel.
El hecho de que éstas son mentiras implacables es una reminiscencia de la propaganda antisemita. Casi todo lo que los nazis dijeron de los judíos lo dicen hoy los partidarios del BDS sobre Israel, mediante reclamaciones de un genocidio que nunca ocurrió, o la matanza masiva y deliberada de inocentes, o que los judíos y/o Israel son la principal causa de la violencia en el mundo, un peligro para la humanidad o para la paz mundial.
Nos hemos acostumbrado al hecho de que Hamas y el régimen iraní apoyan abiertamente la negación del derecho de Israel a existir. El problema es que los que se suponía iluminados, Judith Butler – judía, profesora de literatura comparada en la Universidad de California, Berkeley y Stephen Hawking se unieron a la coalición de la locura, y una lucha mundial contra la existencia misma de un país de todos los países del mundo. Israel. No Corea del Norte. No Irán. No Sudán. Sólo Israel.
Voceros prominentes del BDS usan para la campaña BDS motivos antisemitas en su propaganda. Por ejemplo, Roger Waters, el cantante de Pink Floyd, habla sobre el control judío de Hollywood cuando compara a Israel con los nazis. Uno de los financistas de las flotillas a Gaza y del Movimiento Internacional de Solidaridad (ISM, por sus siglas en inglés), que forman parte integrante de los DDL, es Mahathir Mohamed, ex presidente de Malasia y antisemita orgulloso.
Israel, ni que decir, está lejos de ser perfecto. Merece la crítica. Y sabe solo cómo hacerlo perfectamente bien. Es dudoso que exista algún otro país en Occidente, donde los medios de comunicación y el mundo académico puedan publicar cualquier cosa y todo bajo el sol, incluidas mentiras, incluidos argumentos contra la existencia misma de Israel como estado judío.
Pero el BDS se está convirtiendo en una amenaza estratégica. Grandes cantidades de capital de los estados del Golfo, especialmente Qatar, están financiando la propaganda anti-israelí, según lo revelado recientemente por la profesora Ofira Seliktar en la investigación a punto de ser publicada.
Esta financiación también patrocina muchas facultades, en los que están surgiendo muchos partidarios del BDS. Por ejemplo, el Instituto de la Universidad de Georgetown encabezado por el Prof. John Esposito recibió decenas de millones de dólares del multimillonario saudí Al-Walid bin Talal. ¿Puede uno realmente afirmar que no hay ninguna conexión entre estos aportes y el apoyo entusiasta de Esposito al BDS?
Los acontecimientos de la semana pasada en la conferencia de la FIFA se volverán a reproducir en otros foros en los próximos meses.
Israel no puede ser derrotado en el campo de batalla. Pero Israel puede ser derrotado en el campo de la propaganda. Cuando el Ministerio de Relaciones Exteriores se divide en seis, porque los políticos necesitan el honor, la guerra contra esta demonización recibe un golpe. Pero la guerra contra el BDS no es una cuestión política, es una cuestión de interés nacional. Todas las fuerzas sanas, izquierda y derecha, deben alistarse en esta lucha para combatirlo.
Hay quienes ya están en el resto del mundo están liderando la lucha, y están lejos de apoyar a la derecha política; de hecho, llegaremos a ellos más tarde. Han sido reclutados porque saben que el BDS no se ocupa de la crítica legítima, sino de la demonización. El periódico Yedioth Ahronoth también se está movilizando para combatirlo, con una serie de exposiciones, artículos e informes en las próximas semanas y meses.
Fuente: Ynetnews
Traducción: Silvia Schnessel para Enlace Judío México
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