“No Destruirás”: Torá y Ecología
El ser humano puede gobernar sobre la naturaleza pero no arruinarla. Y esto… sólo durante seis días a la semana…
“Cuando sitiares alguna ciudad durante varios días peleando contra ella para tomarla, no destruirás sus árboles alzando contra ellos el hacha porque de ellos podrás comer…” (Devarim 20:19)
La Torá introdujo el concepto de la ecología en el mundo; sus mandatos le prohíben al hombre ejercer una irreflexiva interferencia sobre los procesos naturales que hacen posible la vida sobre la Tierra. Cuando en Bereshit/Génesis 1:28 leemos: “Sed fructíferos y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla…”, de ninguna manera significa que el hombre manifieste una brutalidad insensible contra el mundo subhumano y que su derecho a sojuzgar la naturaleza sea ilimitado. Muy por el contrario, el papel dominante del hombre en el mundo implica la correspondiente responsabilidad por mantener el orden natural.
El ser humano puede gobernar sobre la naturaleza pero no arruinarla. Y esto… sólo durante seis días a la semana. En el séptimo día, Shabat, debe cesar completamente su interferencia en la naturaleza (ésa es la definición que la ley judía le da al término “melajá”, trabajo) y con este acto de renuncia, demostrar su conciencia de que la tierra es de Di-s. En Shabat el hombre debe dar cuenta a su propietario sobre la forma en que ha dispuesto de la tierra en los días en que la dominó.
La norma de la Torá que apunta más directamente a la situación ecológica es la conocida como “Bal Tashjit” (No destruirás), de acuerdo con el versiculo citado al comienzo.
La mención de destruir “alzando un hacha” no es tomada por la ley judia como el medio exclusivo de destruccion, sino que queda prohibida cualquier clase de depredacion, como por ejemplo el desvío de canales de riego sin los cuales el arbol se marchita y muere. Asimismo la nocion de “arboles de frutos” se extiende hasta cubrir prácticamente todo lo demás, y no sólo árboles. Cualquiera que rompa vasijas, que derrumbe lo que esta construido, que detenga fuentes o desperdicie la comida de una manera destructiva, transgrede el mandamiento de “bal tashjit”.
Los Sabios del Talmud establecieron una prohibición general en contra del desperdicio (ver Maimónides, Hiljot Melajim 6:10). Bal Tashjit prohíbe la destrucción completa o parcial, directa o indirecta, de cualquier objeto de beneficio potencial para la gente. El Talmud (Berajot 52b) menciona que se debe enseñarles a los judíos, desde muy jóvenes, que es un pecado desperdiciar hasta la más mínima cantidad de alimento.
Rabi Aharon de Barcelona, autor del Sefer Hajinuj (S.XIV) afirma que el propósito del mandamiento es entrenar al hombre a amar el bien absteniéndose de toda destructividad, “porque ésa es la vida de los piadosos…aman la paz, son felices cuando pueden hacer el bien a otros y acercarlos a la Torá, y no harán que ni un grano de mostaza se pierda para el mundo…”.
– Basado en palabras del Dr. N. Lamm –
Fuente: tora.org.ar
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