Un inversor israelí, la última víctima de la nueva alcaldesa de Barcelona

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Moshe Morris ha pagado 63,5 millones por dos inmuebles: Torre Muñoz, en lo alto del Passeig de Gràcia, en el número 105; y la antigua sede de Treball en la calle Sepúlveda

Un misterioso inversor israelí ha sido la última víctima inmobiliaria atrapada en la red de la nueva alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. La sociedad Nadlan BCN, que llegó a la operación bajo la intermediación del abogado y candidato para presidir el FC Barcelona, Joan Laporta, compró dos inmuebles a la Generalitat, el más destacado, Torre Muñoz, la sede de la Conselleria de Empresa y Ocupación en el Passeig de Gràcia. Lo hizo antes del vuelco electoral que desalojó al convergente Xavier Trias de la alcaldía y dio la victoria a Ada Colau, de quien depende el cambio de licencias.

Nadlan BCN, gestionada por Moshe Morris, tiene ahora una patata caliente. Ha pagado 63,5 millones por dos inmuebles: el citado Torre Muñoz; y la antigua sede de Treball, en la calle Sepúlveda. Pero la parte del león es Torre Muñoz. Ha costado más de 41 millones y es la clave para rentabilizar la operación. También es el activo que depende del todo de Ada Colau para que le modifique la licencia de usos. Pero la nueva alcaldesa no parece muy partidaria de los apartamentos de lujo.

El problema es que esta operación se llevó a cabo antes de la municipales. El asesoramiento de Laporta no incluyó la posibilidad de un revés electoral y el inversor israelí abonó una importante paga y señal de 16 millones. Aunque la operación todavía no está escriturada, se elevará ante notario a mediados de julio y todo parece indicar que el coste de hacer marcha atrás es demasiado alto.

La venta forma parte del paquete de enajenación de activos que está llevando a cabo la Generalitat. En total en los últimos tres años se han vendido inmuebles por valor de 600 millones, en la principal actividad de venta que ha podido rentabilizar la administración catalana, bajo el mandato de Artur Mas.

Torre Muñoz cuenta con 10.000 m2 y una ubicación a tiro de piedra del hotel que se quería hacer en la todavía sede de la firma de abogados Cuatrecasas y que también está bloqueado por la negativa de Colau a otorgar nuevas licencias hoteleras. Ahora es la sede de la Conselleria de Empresa y Ocupación, pero a medio plazo es previsible que sea desalojada para trasladar a los funcionarios al nuevo edificio que construirá Axa para la Generalitat en la Zona Franca.

Cambio radical

Para reconvertir a viviendas Torre Muñoz hay que cambiar el Plan General Metropolitano, algo de gran complejidad que en el mejor de los casos y dada la nueva situación política puede tardar años.

Como modo de cubrirse y evitar, en parte, perder los 16 millones de garantía, el grupo israelí se ha asegurado un alquiler de 1,5 millones anuales por 20 años, mientras no se le de otro uso. Pero eso supone una rentabilidad del 3% anual, muy baja para una inversión de estas dimensiones. Y que resultaría todavía inferior si se incluyesen los gastos de mantenimiento del inmueble.

Proyectos parados

En este momento, Barcelona vive con gran incertidumbre todo los que son proyectos inmobiliarios y hoteleros. Los planes de inversión se aplazan, se paralizan o se alteran con la esperanza de obtener el placet del nuevo poder municipal.

Es el momento para compradores como Núñez y Navarro, que invierte en proyectos en crisis jugando con el factor tiempo para solventarlos como forma de generar valor. Pero los grandes grupos internacionales carecen de estas claves locales y son los que ahora pagarán el pato.

Fuente: El Confidencial

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