Entrevista a Jacobo Zabludovsky

POR: JACOBO CONTENTE

 

Con motivo de la pérdida del gran comunicador, Jacobo Zabludovsky Z”L, la Dirección y el Consejo Editorial de la Revista “Foro” se complacen en dedicar el presente artículo a un gran personaje que por más de cinco décadas efectuó una incansable y meritoria labor, prácticamente en todos los medios modernos de comunicación, La profesión de periodista y comunicador, de por sí difícil de practicar y sobre todo de mantener por diversos elementos adversos internos y externos; entre ellos la de una descomunal competencia o políticas cambiantes de algunos medios que afectan a las personas que la ejercen.

Es de todos conocido, que él  siempre tuvo una carrera en constante ascenso; y que en muchas ocasiones, sirvió de ejemplo a infinidad de colegas de viejo y nuevo cuño, no sólo en el ámbito nacional. Al Licenciado Zabludovsky o Jacobo, como casi todo el mundo lo conocía y prefería llamarlo, no es difícil hacerle un homenaje, pues méritos los tuvo  de sobra. De hecho, recibió infinidad de reconocimientos a todos los niveles y en diferentes naciones. Lo verdaderamente difícil de hacerle, era una original entrevista, pues muchos datos se han dado a conocer durante su larga trayectoria en periódicos, revistas, radio y televisión, amén de que fue maestro en la materia, donde siempre mostró inteligencia, amabilidad y sencillez.

Reproducimos a continuación la entrevista realizada al Lic. Licenciado Zabludovsky Z”L.

FORO.­ Queremos agradecerte el habernos distinguido con esta entrevista que deseábamos doblemente efectuar precisamente en este año, pues además de lo atractiva que pueda resultar a los lectores ­en su mayoría compuesto por familias judeo­mexicanasy el simbolismo que el ’94 representa para nosotros, entre tus 50 años de profesión y los 5 que “Foro” también cumplió en marzo. Este homenaje ­al parecer el primero que recibes de correligionarios mexicanos en tu importante aniversario, lo hacemos sincera y fraternalmente, porque además de que tu imagen y personalidad resultan muy familiares al tenerte casi todas las noches en nuestros hogares, con nuestra iniciativa deseamos retribuirte, aunque sea en parte, y agradecerte públicamente por escrito, tu destacada actuacón profesional que indirectamente se ha convertido en un factor positivo de difusión y conocimiento de lo judío. Valioso factor que ­guardando toda proporción­ es similar en sus fines a lo que todos tus colegas y amigos en “Foro” pretendemos impulsar. Entrando ya en materia, queremos preguntarte: ¿En tu vocación y decisión hacia el periodismo profesional, consideras que tuviste alguna influencia familiar, de alguna otra persona, o fue por convicción personal?

JZ.­ Fueron todas las cosas juntas. Mi familia ha sido muy dada a la lectura, hemos tenido gente que ha escrito, como el caso de mi padre; mi tío fue profesor; mi abuelo hizo un libro de acertijos y además en el lugar donde vivíamos, habían vecinos con las mismas tendencias. Recuerdo que uno de ellos trabajaba en “El Nacional”, era corrector de pruebas y me llevaba todos los sábados y domingos a ayudarlo. Tal vez todo junto contribuyó a que yo me decidiera muy temprano a ser periodista.

FORO.­ ¿A qué edad empezaste?

JZ.­ Yo empecé en “El Nacional” a los 14 años.

FORO.­ ¿Tuviste en los inicios de la profesión, algunos contratiempos en la aceptación de lo que estabas haciendo por parte de tu familia, en el ambiente periodístico nacional por llevar un apellido extranjero o de alguna otra índole?

JZ.­ Con la familia no tuve ningún contratiempo. Mi madre se sorprendía un poco que yo anduviera en un medio tan raro, sobre todo un joven de la comunidad israelita; pero como seguí mis estudios en la preparatoria y en la facultad, entonces me dejaban usar mi tiempo libre para todo lo demás. En cuanto a la resistencia por mi apellido realmente no lo noté; ni por mi apellido, ni por mi religión. Noté la resistencia lógica de los sistemas, cuando alguien no tiene la preparación y los contactos suficientes. Esos fueron los obstáculos mayores a los que yo me enfrenté. Debo agregar que en ese sentido, es un gran país México.

FORO.­ En todo este tiempo, como periodista has conocido e inclusive entablado amistad con infinidad de personalidades: ¿A quiénes de ellas consideras en los campos político, social, científico, periodístico y arístico, las más relevantes dentro del contexto histórico de la humanidad?

JZ.­ Bueno, el Che Guevara que tenía una personalidad fuerte. También Fidel, que aunque ha evolucionado mucho y es un hombre muy distinto al que empezó. He entrevistado también a Gorbachov, que fue un transformador importante en este siglo XX. A Ben Gurión, a Dayán también. Entrevisté a Salvador Allende, poco antes de su muerte. He entrevistado a casi todos los Presidentes de México e incluso he viajado con ellos, desde Ruíz Cortínes en 1956, con quien fui a Panamá, y así sucesivamente hasta la fecha.

En cuanto a personalidades en el medio periodístico, yo quisie señalar dos factores importantes. Uno la inmigración española. Cuando yo empecé a trabajar en los años 40’s, las redacciones de los periódicos y las cátedras en la Facultad de Derecho y en la Nacional Preparatoria se nutrieron con la inteligencia española que había llegado de la Guerra Civil y de la derrota de la República. Esta afluencia influyó en toda una generación de periodistas. Luego, tuve mucha suerte en ser amigo de algunos grandes periodistas como Salvador Novo, Luis Spota, Regino Díaz Redondo; pero la figura más importante que conocí en el periodismo mexicano se llamó José Pagés Llergo, que fue mi amigo y que me invitó a colaborar en la revista “Siempre”, tribuna de la más alta respetabilidad, cuando yo sólo era un columnista de chismes de artistas en el periódico “El Redondel”. Entonces ese salto, para poner mi firma junto a la de Lombardo Toledano, Nemesio García Naranjo, Indalecio Prieto, José Alvarado y Rafael Solana, me exigió un cambio total de mis formas y fondo de mis colaboraciones periodísticas, ombligándome a estudiar y reformar criterios sobre muchas cosas de la profesión. Ahí aprendí en la práctica algunos secretos que sólo el ejercicio diario de un oficio te puede dar. En la parte artística tuve una gran amistad con Arturo Rubinstein, gran pianista originario de un lugar cercano en el que nació mi papá. Lo frecuenté mucho aquí en México, en su casa en París ­por cierto vivía en la misma casa donde vivió Debussy, en la orilla derecha del Sena; en Nueva York también lo frecuenté mucho. Era un hombre enamorado de la vida con una gran raigambre judía, con una gran convicción hacia el futuro de Israel y con una gran simpatía. A los 90 años íbamos a comer langosta en Nueva York y él no permitía que la sacaran del caparazón, sino que él mismo lo hacía. Era un hombre eleganísimo en su vestimenta, pero reflejaba su interior. Fue un hombre que nunca conoció la pobreza; ni la pobreza económica, ni la pobreza intelectual, tampoco la pobreza artística; nació en una casa de ricos en todo sentido. Me enorgullezco de la amistad de Gabriel García Márquez, a quien considero uno de los escritores más grandes del siglo XX. Hay una larga relación entre los dos, nos hemos visto en muchos lugares del mundo; cuando vivía él en Barcelona, nos vimos muy frecuente y ahora nos seguimos viendo con el mismo afecto. El día que ganó el Premio Nobel fui el primero en llegar a su casa, porque diez años antes cuando Pablo Neruda lo había ganado, yo le profeticé a Gabriel que él lo iba a ganar. Desde luego la amistad con Cantinflas, que también fue muy prolongada y muy estrecha, en el sentido de la confianza que los dos nos tuvimos para decir cosas que no podíamos decir delante de otras gentes. En cuanto al mundo científico prefiero agruparlos como es el caso de los investigadores de la Universidad de Bar Ilán, quienes han hecho grandes avances en el combate al SIDA, y los de la Universidad Hebrea de Jerusalén con los que he tenido contacto.

FORO.­ Siendo que tu medio original ­el cual no has abandonado­, ha sido el periodismo escrito, participando en “EI Redondel”, “Noveda “Siempre”, etc. y además ahora en “Summa” y “Ovaciones”: ¿Cómo iniciaste tu carrera en los medios electrónicos?

JZ.­ Cuando yo empecé a ir al periódico “El Nacional” y a aficionarme al periodismo, era la época de oro de la radio. Los locutores de radio eran las grandes figuras, tan grandes figuras como los más grandes artistas. Yo quise ser locutor, por lo que entonces en 1944 tramité mi licencia de locutor, que me fue dada el 3 de enero de 1945. Quiero decir que el primer día que me presenté al examen me reprobaron, por lo que todo 44, teniendo 16 años de edad, me ocupé de los trámites y requisitos burocráticos. Tuve la suerte de encontrarme a alguien que me dio uno de mis primeros trabajos, él se llamó Alonso Sordo Noriega. Vi en un periódico una notita que decía que Sordo Noriega estaba necesitando locutores y más personal para una estación que iba a inaugurar; por lo que, obtenida mi licencia, lo fui a ver a la Col. Roma, en la calle de Córdoba N º 48 y me pegué a él. El me puso a hacer los noticieros en la cadena “Radio Continental” ­empresa de cuatro estaciones pequeñas­ mientras se inauguraba la XEX. Cuando inauguramos la XEX el 30 de noviembre de 1947, fui el subjefe de los noticieros de esa estación.

FORO.­ ¿Hay alguna diferencia, o sentiste lo mismo al pasar del radio a la televisión?

JZ.­ Fue un cambio paulatino. Yo hacía los noticieros en la XEX y cuando empezó la televisión en 1950, la XEX era propiedad de los señores O’Farril. Fue para mí un paso fácil al canal 4 que se ubicaba en la Lotería Nacional en el piso 3. Los patrocinadores de un noticiero de radio, decidieron que yo le escribiera el noticiero que pasaría en televisión, a un señor llamado Guillermo Vela, por lo que así me inicié en este campo. Al principio, cualquier locutor o periodista trabajaba en lo que cayera, pues algún sueldo era bueno. Antes no había tanta separación de especialidades; por ejemplo: un locutor podía serlo de un programa musical y al rato ser locutor de noticiero. La especialización llegó poco después.

FORO.­ Tus comentarios referentes al nazismo, y en general a todos aquellos flagelos que dan pena a la humanidad ­entre ellos el antisemitismo­ los externabas en aquellas épocas de Televicentro, en programas como Siglo XX y algunos otros noticieros, no sin un dejo de coraje a veces contenido. El mundo desde aquel entonces ha cambiado, en su geografía política, en algunas filosofías y actitudes surgiendo otras similares e incluso más nefastas. Las personas también cambian, y suponemos que también lo hacen comunicadores de tu importancia, por lo que deseamos saber: ¿Cómo logras ahora mostrar más imparcialidad ante las cámaras cuando efectúas entrevistas a personas que no te son muy gratas, o comentas cosas que te son desagradables?; y si ¿Te has llegado a arrepentir, en ocasiones, de efectuar alguna censura a tu equipo de colaboradores o autocensura en plena transmisión?

JZ.­ Hay médicos que atienden a personas que no les gusta, o que tienen ideas contrarias a ellos. El periodismo es una profesión en cierto modo igual, en la que necesitas adoptar una postura intelectual ante ciertos fenómenos sociales, económicos y políticos. Hay que tener una ética constante, pero el oficio te obliga a recoger a veces testimonios de gente que no te gusta. En cuanto a si ejerzo o no una censura entre mis colaboradores o el ámbito que yo dirijo, tú le puedes llamar censura o de cual otra manera, pero la función de un director abarca en parte eso. Hay que establecer una dirección, quiere decir que rechazas lo que va contra tu dirección. Ahora bien, en nuestra profesión es muy frecuente el que nos arrepintamos de algo que no se dijo. Cada noche en el noticiero que yo hago en televisión, cuando salgo pienso que tal o cual cosa lo pude decir de otra manera o que se me olvidó decirlo, pero eso es inherente al periodismo. Tú mismo en tu revista cuando sale, dices…¡hombre como no le puse esta nota para aclararla más! y tu revista la haces cada mes. Entonces cuando el  trabajo es cotidiano ­en mi caso dirijo además tres periódicos diarios, una cadena internacional de noticias y varios noticieros de Televisa­ bueno pues, indudablemente que hay cosas que todos los días me arrepiento de no haber hecho mejor, porque la competencia es con uno mismo. A veces me preguntan… ¿tú sientes que tienes competencia? por supuesto, uno compite consigo mismo, con lo que hiciste ayer, con lo que representa el desafío de las nuevas herramientas, por ejemplo: cómo usar los nuevos satélites o los nuevos materiales como la fibra óptica o bien el sistema digital, que están transformando actualmente toda la comunicación; todo eso lo necesitas saber porque, si no, te quedas atrás. Es como aquellos periodistas que no pasaron de escribir sus notas a mano por no aprender a hacerlo con las nuevas herramientas, como la máquina de escribir, ahora es igual.

FORO.­ Hasta el momento: ¿Cuál ha sido tu mayor satisfacción en este maravilloso oficio de periodista?

JZ.­ He tenido muchas… aunque todo tiene un precio, pero una de las mayores es haber visto que mi hijo Abraham creó una de las mejores revistas que se han hecho en México. El solo… bueno, encabezando un grupo de sus compañeros. Digo solo en el sentido de que él no me pidió apoyo económico. Me pidió algunos consejos, pero el esfuerzo, el diseño, el financiamiento, el proyecto, la tecnología, el grupo de sus redactores jóvenes, todo eso lo hizo él. Otra gran satisfacción es el trabajo diario. Es un trabajo fascinante; es el mejor trabajo del mundo; es un trabajo incomparable, angustiante, desesperante, pero pleno de recompensas; lo que te sale bien, la oportunidad, el decir las cosas correctamente, el llegar y tener eco; el tener un instrumento de comunicación como la televisión y haber sido testigo de su nacimiento y progresos. Entre muchas, estas son mis mayores satisfacciones.

FORO.­ Desde antes de leer el libro “Años Pasados”, que escribió tu padre Don David y que tuviste a bien mandar a traducir y editar honrando su memoria, ya sabíamos de la unión familiar y fuertes tradiciones judías que siempre han distinguido a los Zabludovsky. En tu caso, esta profesión tan absorbente, también te ha hecho muy popular y famoso: ¿Consideras que estas características te alejaron de algunas tradiciones y costumbres familiares, o de tu comunidad?

JZ.­ No, nunca… de ninguna tradición que no haya visto yo en casa donde teníamos una manera de vivir muy liberal, pero muy empapada de tradiciones. Mi padre era un hombre con una filosofía propia, no se ligó a nada de alguna manera absoluta más que a sus propios principios… igualmente yo. Las tradiciones a nuestros hijos, ya las inculcamos. Una tercera generación que ya no habla yidish, requiere de cierto contrapeso para mantenerse dentro de los lineamientos que nosotros creemos conveniente, entonces mis hijos que son los que deciden como educar a sus hijos, los han educado dentro de las tradiciones judías; varios de los nietos van a escuelas judías; celebramos el Shabat ­cosa que no hacíamos en mi casa y ahora sí­ procuramos ir a las reuniones o fiestas comunitarias lo más frecuentemente que podemos; este primero de septiembre el nieto mayor va a hacer su Bar Mitzvá y estamos un poco más preocupados con el destino cultural y religioso de nuestros nietos, de lo que nuestros padres fueron con nosotros, porque el ámbito familiar era más cerrado. Con mis padres sólo hablé yidish todo el tiempo, aunque nunca estudié en escuela judía.

FORO.­ En septiembre de 1965 se llevó a cabo una mesa redonda con el nombre “El futuro del judaísmo en México” en la que tomaste parte como uno de los jóvenes valores judíos que ocupaban destacados lugares en la ciencia, el arte y la cultura del país. Se escogieron en esa ocasión a personas como Marcos Moshinsky, Julio Algazi (actual colaborador de “Foro”), Teodoro Césarman, quienes como tú, estaban al margen de toda actuación en los marcos de la vida institucional comunitaria; esa mesa fue coordinada por Raquel Tibol, resultando uno de los eventos más interesantes y que más público atrajo en aquel entonces. Más tarde dado al éxito obtenido, hubo una réplica a esa mesa con otros exponentes. En algunos artículos que aparecieron en Prensa Israelita se dijo que los eventos fueron como un “Concilio Ecuménico de los Judíos”; otros manifestaban que se trataba de “una confesión de nuestra confusión”. El caso es que tu postura fue más abierta a la participación de la comunidad en el entorno mexicano, por lo que quisiéramos preguntarte: ¿Consideras que la comunidad judeo mexicana institucionalmente, ha cumplido con las metas que se propuso en aquella época? y si no es del todo así, ¿cuáles serían tus comentarios o sugerencias a 29 años de distancia?

JZ.­ Yo creo que la comunidad ha cambiado mucho en estos treinta años, tanto en la forma de acuerdo a sus orígenes, como en su composición económica. Yo creo que debía meditar la forma de ajustar las instituciones directivas de la comunidad hasta el siglo XXI. En un México cambiante, entre un mundo totalmente cambiado, tan cambiado que el comunismo desapareció casi por completo de la faz de la tierra y la paz está llegando al Medio Oriente; nosotros estamos con instituciones muy respetables con gente que lo ha hecho muy bien, pero que nos están quedando un poco pequeñas frente a las demandas presentes y futuras.

Considero que deberíamos meditar nuevamente, escuchar opiniones sentarnos a pensar; ver lo que se ha hecho, ver lo que necesitamos y ver lo que van a necesitar nuestros hijos. Eso es oportuno hacerlo, creo.

FORO.­ A propósito de temas comunitarios que están muy ligados con tu experiencia profesional, quisiéramos saber tu punto de vista sobre lo que se está haciendo en el ámbito de la prensa judía mexicana y lo que consideras conveniente hacer a futuro.

JZ.­ Cuando hablamos de la prensa judía mexicana, yo quisiera establecer dos partes importantes. Hubo una prensa judía mexicana en yidish, que es mexicana, aunque fuera en yidish ­”Der Veg” (El Camino),” Di Shtime” (La Voz)­. Periodistas como los Sres. Rosenbcrg y Rubinstein, hicieron periodismo mexicano. Eso ha desaparecido, pero creo que la prensa cumple una función fundamental en cualquier sociedad. Considero que ahora hay una diversificación, porque todo grupo de nuestra comunidad está procurando hacer su propio periódico; eso es bueno, porque son lazos de comunicación, son tribunas de expresión, son formas de conocerse mejor y el es que cada quien hace es muy grande para mantener sus publicaciones, circularlas, ha económicamente viables y darles respetabilidad. A mí me inspiran un profundo respeto todas las publicaciones que la comunidad está realizando hasta ahorita.

FORO.­ ¿Crees conveniente una posible fusión de los medios judíos, sin quitarles la riqueza que cada sector tiene, para hacer la prensa más fuerte y con mayor difusión?

JZ.­ Las fusiones de periódicos no se pueden forzar, sobre todo si son medios de expresión, de criterios de grupos y no medios de influencia política o de aspiración económica. Cuando son negocios son más fáciles de fusionar, cuando no lo son no los puedes forzar, tiene que llegar el momento en que madure la situación y se de.

FORO.­ Nuestro mutuo amigo David Amato, en un artículo presentado en “Foro” concluía que “una mujer puede construir o destruir un hogar, pero solamente una buena esposa puede adornarlo con amor y paz”; en nuestras sagradas escrituras aparecen también innumerables conceptos halagando las virtudes de una buena esposa. Por lo que hemos leído en el libro “Años Pasados” y por algunos comentarios que nos han llegado, la influencia de la madre y la esposa han sido muy significativos en tu existencia: ¿Quisieras decirnos algo en especial sobre el papel que desempeñó tu madre Raquel y el que sigue teniendo tu compañera de toda la vida, Sarita?

JZ.­ Sí como no… Mi madre era muy buena comerciante atendía una tienda de retazos a la cual cliente que entraba, no salía sin comprar. Era también un ama de casa. Yo recuerdo que nos llevaba a la escuela que no estaba lejos ­a una media cuadra de donde vivíamos ­hasta que entré a la preparatoria. Sobre la influencia que ejerce Sarita sobre mí es absoluta, este mes de agosto vamos a cumplir 40 años de casados y bueno… cuando empezamos la situación era distinta.

FORO.­ Respecto a tu personalidad quisiéramos satisfacer la curiosidad de nuestros lectores, de tus amigos y de nosotros mismos, pues hemos sabido más de tus cualidades, destacando tu inagotable capacidad de trabajo, asombro y sencillez; no así sobre tus defectos confesables, manías o aficiones: ¿Qué nos puedes comentar de esto último?

JZ. ­Pues… je je, defectos…

FORO.­ ¿Que eres muy enojón?

JZ.­ Muy enojón no… pero eso de los defectos, mira tocayo, ¿por qué no se los preguntas a otras personas?… creo que al respecto vas a llenar muchos artículos.

FORO.­ Bueno… ¿ Y de las manías y aficiones? Como el caso de que siempre usas una corbata negra.

JZ.­ Un día me la puse por alguna razón personal y decidí que era cómodo; no se trata de ningún problema de daltonismo o de avaricia. Tengo corbatas negras más de las que necesito; me regalan muchas corbatas negras, pero con dos o tres corbatas me la he pasado la vida. Dicho de otra manera, no me hallaría con una corbata de color. Respecto a mis aficiones como el tango y la tauromaquia, son del dominio público, pero también tengo la afición a los viajes y la afición a la amistad.

FORO.­ A propósito de esto último, estamos enterados que tienes por costumbre invitar una vez al año a tus amigos y ofrecerles una paella que tú mismo haces. ¿Es cierto eso?

JZ.­ Sí, yo hago una paella; puedo decirte que es la mejor del mundo pues la hago con la receta que me dio el maestro “Armillita” (Fermín Espinoza).

FORO.­ ¿Nunca has toreado?

JZ.­ Sí, no de luces pero en festivales en alguna placita cercana.

FORO.­ Volviendo a tu afición musical: ¿Cómo surgió tu interés por el tango?

JZ.­ Pienso que surgió por mi trabajo y la influencia de la vecindad. Quizá reafirmé este gusto, pues mi hermana mayor, que ya murió, escuchaba mucho a Emilio Tuero que cantaba tangos; tal vez por ahí surgió. Luego me aficioné escuchando y leyendo acerca del tango. Tengo muchos libros y puedo decirte que fueron muy buenos músicos y poetas los que crearon el tango. Te manifiesto que poseo la colección de tangos, cantada por Carlos Gardel, más grande del mundo.

FORO.­ Nos has dicho que eres muy aficionado a los viajes: ¿Cómo puedes viajar tanto, si eres una persona tan ocupada?

JZ.­ Hay gente que descansa con viajes de tres o cuatro días. Eso para mí no es descanso; necesito de un mes cuando menos, o a veces dos. Me desconecto totalmente… bueno casi por completo, pues hoy por fax me pueden enviar la primera plana de algún periódico para autorizarla antes de su publicación. Necesito desconectarme; necesito perder el tiempo; sentarme, comprar libros, pasarme media mañana en una librería, una tarde en otra librería, sentarme en una terraza, leer los periódicos en francés, leer los periódicos de España, de Inglaterra; meterme a un cine ­cosa que no hago en la ciudad de México­ ir a una taberna, tomar una cerveza, tomar unas tapas en España; sentarme en Dizengof a ver pasar la gente, meterme al teatro, ir a la sinfónica, olvidarme de si es lunes o martes, y para eso necesito tiempo. Entonces regreso tranquilo y en muchas ocasiones te das cuenta que lo que tanto te preocupaba, no merecía tanto la pena. Por regla general tienes nuevas ideas, nuevo entusiasmo.

FORO.­ Grandes personalidades han escrito o les han escrito sus memorias o autobiografías: ¿Piensas escribir y editar en el futuro las tuyas?

JZ.­ A mi me da mucha flojera. Empecé una vez y vencí la flojera, pero no la autocrítica. Pensé que lo que estaba escribiendo a nadie le importaba. Tal vez lo reinicie, pero ahora lo estás reiniciando tú.

FORO­ Todo entrevistador que se respete y respete al entrevistado, suele dejar al final un espacio para lo que desee externar libremente su interlocutor: ¿Quisieras decirnos algo más que se haya quedado en el tintero?

JZ.­ No doy entrevistas. Cuando las he dado me he arrepentido pues no me siento reflejado en ellas, pero cuando tú me la pediste, pensé que en un medio de comunicación hacia la comunidad, como es tu revista, quizás un testimonio de uno de sus miembros podría enriquecer un poco a quienes se preocupan por el futuro cultural, social y económico de nuestros hijos. ¿En qué sentido?… en el sentido de que conociéndonos mejor los que integramos nuestra comunidad, podemos estar más seguros de nosotros mismos y más orgullosos de lo que hemos hecho. Quizá eso me inclinó a darte la entrevista, no es que la vanidad de creer que lo que te dije puede tener algún interés, pues en ese sentido no la tengo. A mí me tocó una profesión en que estoy todos los días en un escaparate, pero hay miles de vidas, ­jóvenes de mi generación de la comunidad y fuera de ella­ que han hecho el esfuerzo, algunos se han quedado en el camino y otros han triunfado; cuyo esfuerzo quizás ha sido más valioso que el mío, aún en la obscuridad de una profesión de fabricante o de comerciante o de dentista, donde no les da el brillo de los reflectores que yo tengo todos los días. Entonces aproveché tu conducto para aportar un poquito a la intención expresada hace unos segundos.

FORO.­ Muy bien Jacobo… sinceramente te agradezco en nombre de “Foro” y en el mío propio, la entrevista con que has distinguido a esta publicación, amén de tus atenciones, franca y grata charla sostenida durante el desayuno departido, además del interesante recorrido por las instalaciones modernas y verdaderamente impresionantes de los periódicos que diriges. Por todo esto y por tu amistad, gracias.

Fuente:intelectohebreo.com.mx

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