Juntos venceremos
miércoles 18 de diciembre de 2024

Toda esta mierda huele a victoria…

ALFONSO M. BECKER (MIAMIDIARIO.COM)

ALFONSO M. BECKER

 

 

“Algún día esta guerra terminará”.  – Lieutenant Colonel Bill Kilgore

Demasiada divinización de los hechos execrables. Excesivo tributo, culto y honores divinos a la sucia conformación de lo que simplemente es humano.

Aberrantes santificaciones para presentar como objeto de culto y digno de veneración lo que excede y se sale de regla. Ensalzar desmedidamente el crimen con pretensiones de sacralizar la redundante y fanática guerra calificada como santa. Vincular a la chusma que asesina con las fuerzas sobrenaturales oscuras, invisibles, de carácter ignoto para la gente común; fantasía religiosa apartada y embozada tras las esquinas de los párrafos hermenéuticos que solo pueden interpretar los mensajeros de los dioses… revelación solo conocida por iniciados en mundos de ultratumba, sospechosamente atareados en generar confianza inmotivada o desmedida en un agente bienhechor que se espera con ansiedad…

El maligno arte o la teoría ilusoria de interpretar textos sagrados para que prevalezca la supuesta ortodoxia de los criminales. Los agoreros de la élite clerical no se andan con reparos a la hora de predecir todo tipo de males y desdichas para los incrédulos, para los laicos, para los agnósticos, para los ateos, para los pesimistas;  para los que tienen fortaleza y dominio sobre la propia sensibilidad ante lo adverso, para los que no quieren saber nada de supersticiones ni de pájaros de mal agüero; para todos aquellos que se mofan de los pajarracos disfrazados con túnica, sotana o chilaba, vestidos de políticos o disfrazados de gobernantes, que anuncian  a un guerrero mesiánico que, en el mundo secular moderno y democrático, se relaciona criminalmente con el populismo de la más baja calaña. La nueva basura de politicastros manipuladores que prometen un nuevo orden económico y  social mientras se lo comen y se lo beben todo… El grandioso eructo de las élites dominantes… Los nuevos “clérigos” de la posmodernidad que, con vestimenta informal, en chándal, descamisados  o incluso desnudos,  prometen una nueva sociedad que “juran” dará origen al utópico mundo que sus enfermizos cerebros han conformado para dar de comer, exactamente lo justo  -ni una caloría de más-  al borrego…

El manifiesto de la esperanza para una felicidad completa. El despliegue de todas las prácticas de horror para sembrar el miedo, el conformismo y la irresponsabilidad entre los indefensos ciudadanos que hoy  -más que nunca-  son presa del mesianismo y el populismo; del canibalismo político que se nutre de la esclavitud de los miserables, de su exigua hacienda y hasta de su vida para perpetuarse en el poder prometiendo el oro y el moro… pero se llevan el oro y nos dejan el moro… un moro que les sirve para inventar nuevos apartheid ocultando el terrorismo palestino;  ocultar a los criminales del Califato que ya viven en Gaza, a los degolladores del Islam que pululan por Judea y Samaria, a los musulmanes persas que operan por todo el mundo; un moro asesino y cruel  al que visten de bondad infinita en su victimario posmoderno para justificar su antijudaísmo renovado como flamante demonio de banqueros y poder en la sombra que supuestamente domina el globo terrestre… Así es… Tres o cuatro amigos archimillonarios manejando el mundo a su antojo. Hay que joderse… Hablan de poderosos iluminados cuando no se puede ser más “iluminado” que un puto majadero que no sabe lo que dice elucubrando sobre fantasmas…

Yo también quiero caviar…

Es la historia de siempre… tanto los apocalípticos como los integrados, han optado por las tesis conspiratorias porque las metarreligiones son el último clavo ardiente al que agarrarse cuando se carece de un cierto grado de educación y dignidad. Si no pueden acceder al caviar, hay que buscar un sucedáneo para probarlo y sentirse VIP… Es realmente duro vivir sintiéndose una solemne y apoteósica mierda… Si no tienen ni puñetera idea de política, necesitan de nuevos ángeles y demonios para poder opinar sobre sus entelequias. Tras el ocaso de sus absurdos y decadentes dioses, la propaganda es su catecismo de salvación. De propaganda fide… Dar a conocer una “revolucionaria” teoría para atraer adeptos y compradores. Lo último en publicidad bélica. La doctrina violenta del que quiere exterminar al otro. Ese otro al que ni siquiera conoce… El antijudaísmo no es algo que sorprenda  -al menos en los últimos 500 años-  a nadie…  La turba en realidad no sabe de nada, quiero decir que no está preparada y educada para entender algo. Pero los catecismos adoctrinan a tal extremo que la masa no solo deja de ser humana sino que al suprimir al individuo de oportunidades pensantes, se transforma en jauría a la que hay que “modelar” periódicamente para que sea posible un cierto orden de las cosas y de los seres para poder seguir vendiendo la mercancía. Modelar o aniquilar, según se tercie…  También es de suma utilidad para hacer la guerra. Una guerra de exterminio.

Todos los meandros geopolíticos y obsesiones asesinas se inculcan desde los centros de poder. En realidad, cuando leo que un hijo de perra de la peor especie, candidato a las elecciones, comenta su genial idea de cómo meter a mil judíos en un automóvil utilitario y nos “revela” que el sitio es en el cenicero del auto, me da por filosofar y no acordarme de su zorra madre…  Soy así de respetuoso porque ese necio ignorante no es el verdadero autor intelectual del chiste. Ese politicastro de las alcantarillas, esa rata ávida de poder y de un sueldo vitalicio,  ha sido colocado ahí por un “sistema” caótico perverso que permite a individuos de la morralla social, o a los actores “encumbrados” sin educación alguna, a emitir criterios políticos cuando son simples payasos que ni siquiera saben opinar sobre literatura y el arte dramático. Payasos financiados por el Estado decadente que engorda monstruos aberrantes para que la chusma ya no pueda distinguir entre espectáculo y realidad.  Ahora se han dado cuenta los policías de la oficina, de que es un tema “delicado” que se puede salir de madre… La explicación de los teóricos del sistema  -no se lo pierdan-  es que nadie se atreve a coserle la boca  a una puta de Hollywood o a un macarra de  Broadway…  Porque son los nuevos ídolos de la chusma y no te puedes meter con sus nuevos dioses.

¿Que quien ha sido el asesino? ¡Fuente Ovejuna, señor, y que le den por el culo al comendador! …

Además, mi selecta educación me ha hecho comprender que para los “genios” de los sistemas de dominio es mejor perseguir, acorralar, callar, encarcelar o suprimir  a un escritor o a un periodista, que coserle la boca a los actores protagonistas de la espectacular y absurda tragicomedia política financiada por el Gobierno. No me digan que nos es para molerlos a escobazos por el escenario… no me refiero a los actores, me refiero a los miembros del Gobierno, esa nueva ralea posmoderna que el respetado catedrático de Harvard, Niall Ferguson, retrata como una de las grandes degeneraciones de nuestro tiempo con más conducta antisocial que un rapero negro del Bronx que asalta bancos en sus ratos libres… Pero lo que más duele, según el profesor Ferguson,  es que los que más tienen que agradecerle al “sistema”, los actores, seguramente fumados hasta el delirio, se sientan pedagogos de improviso y expertos en geopolítica al salir de una de sus inacabables fiestas de vodka con naranja y canapés de caviar para expresarse sobre el conflicto de Oriente Medio disfrazados de moros para acusar a Israel de todo lo que ocurre en el mundo… y luego callan como putas cuando les aclaran que los mejores productores, realizadores, directores y -curiosamente- los que les ofrecen contratos millonarios, son judíos estadounidenses que tienen a sus familiares en Israel expuestos a los cohetes, ataques a cuchillo y atropellos urbanos asesinos, ejecutados por los terroristas palestinos…

Esto es así porque a cualquier degenerado celebrity se le da mucha más cancha que a cualquier literato, no vaya a ser que un escritor hijoputa, por muy artista que sea en la literatura y por muy peligrosamente armado que esté con la palabra, despierte a las masas y sea capaz de conducirlas por el camino de la rebelión… Cosa ridícula porque cualquier persona educada, que haya leído un poco de Historia, le puede hacer ver a estos mequetrefes del sistema que la revoluciones siempre las hace la burguesía manipulando sutilmente al rebaño.  El único ejemplo parecido a una revolución, a mi juicio, es Fuente Ovejuna, obra del genial dramaturgo Lope de Vega, donde una pandilla de paletos incultos pero muy solidarios y cabales, con sentido del agravio y del honor, asesinaron a don Hernán Pérez de Guzmán porque se había follado a buena parte de las mujeres del pueblo y pretendía hacer lo mismo con la hija del alcalde otorgándose el derecho de pernada… ¿Que quién ha sido el asesino? Vete a saber… ¡búscate la vida ignorante! porque yo no te lo voy a contar; que te lo explique Javier Bardem, Penélope Cruz o Pedro Almodóvar que parecen ser expertos en política internacional por su condición de estrellas de cine… Y el ganador del Oscar es: ¡Pedroooo!

Ayer fueron los nazis capitaneados por Hitler pero hoy son los musulmanes persas…

 Francis George Steiner, profesor emérito de Cambridge y Oxford, es para mí uno de los grandes y más respetados teóricos del arte de escribir el discurso intelectual público para contarnos lo que ocurre hoy en el mundo. Este tío -dicho con toda mi admiración- es uno de los mejores representantes de la literatura comparada que están vivos. Como buen relator de la vida, este merecido Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, siempre ha buscado respuestas al mayor horror de la historia que no solo fue el Tercer Reich para toda Europa y para el mundo, sino la Shoah, la aniquilación judía a manos de unos degenerados exterminadores de seres humanos que hoy “renacen” entre los fanáticos musulmanes persas y sus secuaces pagados en todo el Oriente Medio. Pero lo que realmente estremece a Steiner es que en la cultura judeocristiana no haya desplegado sentido común para detener, de inmediato, este crimen de odio que se difunde desde Teherán por medios absolutamente criminales y financiados con su poder energético y sus servicios de inteligencia.

Más triste aún… retratar a ese político rastrero, embaucador, ladrón, hijo de la perra de Tasmania    y asesino de masas en potencia  -que diría mi amigo australiano, Allan-  que no duda en comunicar a su audiencia que la causa de todos los males es un ente maléfico y morfológico con nariz aguileña y tocado con la kipá  que, curiosamente,  los exime a ellos de culpa a la vez que incitan a nuevos pogromos medievales para saciar la sed de venganza del vulgo mahometano… Un juego tan peligroso como mortal, ya que la respuesta a la judeofobia no puede ser otra que una islamofobia feroz, a nivel global, que difícilmente podrán encajar los persas y sus secuaces moros. Ya no es el que a hierro mata a hierro muere… ahora es, morirás con tu propio veneno… Así es la memoria occidental. Esa es la triste ironía de esta vida. Esos actores de pacotilla galardonados con un Oscar, defienden con exquisito frenesí a los que dicen que el Holocausto nunca existió, que fue un invento judío o que fue un suicidio colectivo… Y creen esos actores que sus matizaciones sobre Israel o el sionismo son una “tesis” que pueden discutir como sabios para no quedar estigmatizados como antisemitas…

Apoteósico espectáculo de caos y muerte…

Voy a recordarle a los lectores cual es el discurso de los clérigos iraníes ayer y hoy… desde el Líder Supremo Alí Khamenei, pasando por su presidente Hassan Rouhani y toda la plana mayor de su ejército: “La destrucción de Israel es innegociable para los iraníes…”, “Israel es un cáncer que hay que extirpar para sanear el mundo”, “Todo el planeta nos agradecerá y nos aplaudirá cuando destruyamos Israel y echemos a los judíos al mar…”, “Las potencias arrogantes serán derrotadas en Oriente Medio y expulsadas de las tierras del Islam…”, “Tenemos capacidad militar para destruir  a todas las fuerzas del imperio sionista en el Golfo Pérsico…”, “La decadencia de los EEUU, gran Satán de Occidente, es un hecho que ya no pueden evitar.”

No voy a extenderme  con las declaraciones pública hechas por el jeque palestino, Áhmed Yasín, fundador del Hamas, llamando a los atentados suicidas para matar judíos en todo Israel por el medio que fuera: “la única obligación que se espera de un palestino es matar judíos, allá donde los encuentre…”… Tampoco me voy explayar con las declaraciones del commander de Hezbollah, Hassan Nasrallah: “Todo musulmán debe dedicar su vida a matar judíos”, “Destruir Israel es nuestro objetivo, y ocurrirá más temprano que tarde…”…

Naturalmente, no voy a ocultar el discurso de los estadounidenses y de sus socios occidentales en general. Bien es verdad que no encontrará una mala palabra entre los políticos… Decir “enemigo” o “peligro para la seguridad de EE.UU.” o los yihadistas son los principales enemigos de Europa, no son malas palabras comparadas con las aberraciones declaradas por los moros y persas… pero los militares no se andan con chiquitas: “estos putos moros de mierda lo van a pagar muy caro”, “estos apestosos musulmanes no nos duran ni dos semanas en una guerra”, “las sabandijas del desierto islámico quieren guerra, se la daremos con mucho gusto”, “cuantos más moros mates, mejor que mejor…”… “Estos bárbaros son ratas y hay que exterminarlos”…

¿Huele usted todo eso, querido lector? ¿Lo huelen, señoras y caballeros? Es  el lenguaje de los bombardeos y del ametrallamiento, de los cadáveres calcinados, de la sangre seca en la arena del desierto y de los buitres alimentándose de la carroña musulmana… Cualquier soldado le dirá que nada en el mundo huele así…  Si le preguntas a un combatiente estadounidense, europeo o de cualquier otro país árabe aliado, le dirá que su obligación es matar a toda esta escoria y que le encanta hacer bien su trabajo porque exactamente para eso se ha entrenado… Los franceses no se quedan cortos y juran vengar a los de Charlie Ebdo matando a todos los Coulibali del planeta…

Por mucha bajeza de nacimiento o condición humana que busque para intentar explicar todo esto, no la encontrará porque eso es la guerra y es el lenguaje que todos utilizan en la guerra. Cualquier acción ruin será contemplada como daño colateral inevitable. ¿Qué carajo pretende usted ver en una guerra? -le dirá un saudí… ¿De qué mierda de montaña de cadáveres me habla? -le dirá un Egipcio…

¿Y a mí qué me cuenta? -le dirá un británico sin expresiones indecorosas- ¿No querían guerra santa?

Un día de estos, usted contemplará algún que otro documental televisivo que no será tan espectacular como las anteriores guerras del Golfo. Se acabó el espectáculo de los bombardeos grandiosos para no molestar a los espíritus sensibles… La próxima guerra será casi tan invisible como lo es la que recorre todo el Oriente Medio desde hace dos años. La nueva estrategia mediática. Se acabaron las imágenes torpes, indignas o infames. Los musulmanes fanáticos no saben a lo que se enfrentan. O como me dijo ayer un yankee en la base de Rota, “sienten felicidad porque los vamos a enviar al paraíso, hay que ser gilipollas”…  Decía Émile Zola en 1897, que el espectáculo del antisemitismo ha superado en brutalidad a todo lo que ha ocurrido en este mundo… y eso que no llegó a contemplar la matanza “industrial” de 6 millones de judíos durante el Tercer Reich. Las declaraciones más indignas, las mayores bajezas jamás confesadas por la bestia humana, el espectáculo más inaudito ha superado en desfachatez a los que todavía se otorgan el título de hombres…

Decía que la verdad está en marcha (refiriéndose a Dreyfus) y que nada la detendrá. Le hablaba a sus amigos de una patria judía que aún no existía porque todos los hebreos estaban en el exilio… una patria judía de energía invencible y triunfo seguro. Solo una mente literaria se podía expresar así cuando ni siquiera conocía el Acuerdo Sykes-Picot ni  el mapa de Oriente Medio.

Toda esta mierda que les he detallado, huele a victoria porque como dijo el personaje Bill Kilgore en Apocalypse Now: “Algún día esta guerra terminará…” Esa será la victoria.

Pero el teniente coronel lo dijo como si estuviese convencido de que sería inacabable y eterna.

Fuente:miamidiario.com

 

 

 

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