Opinión/El debate sobre los logros judíos

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Como no-judío, me fascina que un pueblo que constituye menos del 1% de la población mundial haya hecho tan enormes contribuciones a la humanidad.

por Steven L. Pease

Los judíos han sido parte de mi vida en el jardín de infantes, en la Harvard Business School, y a lo largo de mi carrera profesional. Fue a partir de esas experiencias que he desarrollado la idea de que los judíos son los triunfadores más desproporcionados del mundo.

Hace una década comencé una intensa investigación para demostrar la hipótesis. Ahora, después de haber escrito La Edad de Oro de los logros judíos, hablar sobre el tema, ser entrevistado en la radio y la televisión, y solicitar críticas y argumentos para refutar la afirmación, he llegado a creer que es cierto.

Como no-judío, me fascina el hecho de que un pueblo que constituye 2 décimos del 1 por ciento de la población mundial y el 2 por ciento de la población de Estados Unidos, haya hecho tan enormes contribuciones a la mejora de la humanidad.

Por citar algunos ejemplos: En el espíritu empresarial de la alta tecnología, los nombres judíos son: Intel (Grove y Vadasz), Google (Brin y Page), Oracle (Ellison), Microsoft (Balmer), Dell (Dell), Qualcom (Jacobs), Facebook (Zuckerberg y Sandberg).

En las finanzas, los nombres son legión: Goldman Sachs, Rothschild, Warburg, Kohlberg, Kravis y Roberts, Wells Fargo, Lehman Brothers, Bear Stearns, y muchos más.

Como campeones mundiales de ajedrez, los judíos han ostentado el título el 54% del tiempo desde 1866.­

En el 113º Congreso de los Estados Unidos (2013-2015), los judíos fueron elegidos para el 11 por ciento de los escaños del Senado.

Los judíos representan tres de los nueve jueces de la Corte Suprema.

Más ejemplos:

Principales Teorías

Mi segundo libro, El Debate sobre los logros judíos, traza las principales teorías para explicar este fenómeno. Utiliza la técnica de una cronología para exponer las fortalezas y debilidades de cada uno de ellas con el tiempo. Al final, el debate sobre los factores que explican el rendimiento se reduce a la naturaleza (genética) y crianza (cultura).

Mi investigación concluye que, sí, la herencia genética y los vínculos entre la mayoría de los judíos del mundo (Mizrahis, sefardis y ashkenazis) se remontan a miles de años. Pero el judaísmo no es una “raza”, teniendo en cuenta que cualquier persona libremente puede convertirse, y hoy se encuentran judíos chinos, judíos etíopes, etc.

Más bien, la cultura es la influencia conductora más importante detrás de los logros judíos. Entre los elementos de esa cultura:

• Los enormes premium que los judíos han colocado en la alfabetización y la educación durante más de 2.000 años. Los judíos se gradúan de la universidad en más del doble del promedio nacional. Asisten a las mejores escuelas, obtienen mejores calificaciones y seguirán carreras productivas.

• La mayoría de los judíos creen en el progreso. No son pasivos, ni resignados. Piensan que tienen el deber de ayudar a mejorar las cosas. Creen en el libre albedrío y la intención de ejercitar su mente y cuerpo para avanzar con el balón en las direcciones que sienten importantes.

• Los judíos han mantenido muy fuertes durante mucho tiempo los valores familiares. Se divorcian menos. En su mayoría son miembros de familias con ambos padres. La madre es amorosa, fuerte, exigente, y un pilar de apoyo. El padre está igualmente comprometido. La mayoría de los eventos festivos religiosos, incluso para los judíos seculares, son los principales acontecimientos de la familia, como es el Shabat (cena del viernes). La lealtad a la familia y amigos es muy valorada.

• El estilo de vida judío es generalmente sano en términos de dieta, y el acercamiento a las drogas y el alcohol es moderado. La conformidad Kosher ha servido a muchos propósitos, pero históricamente, uno de ellos ha sido el de ordenar hábitos de alimentación saludables.

• Los judíos típicamente demuestran altos niveles de auto-disciplina (gratificación diferida). Lo vemos en su dieta, su compromiso con la educación formal, sus carreras y su afán de superación.

• Animan y desarrollan sus habilidades verbales y la inclinación a hablar, discuten, debaten y expresan desacuerdo si lo sienten con fuerza. En general, la reticencia no ha sido valorada. El Talmud es un tratado religioso, pero también es esencialmente un debate académico en curso sobre la evolución de la ley judía a la luz de las circunstancias cambiantes.

• Los judíos defienden lo que creen. Tienen “arenilla”. Defienden causas importantes para ellos. ¡No son flores de papel!

• El comportamiento ético se ha inculcado en los judíos por la Torá y el Talmud. Dios exige.

• La racionalidad también se plasma en el Talmud y en la vida de la mayoría de los judíos. Hay que hacer frente a los hechos sobre el terreno y adaptarse. La diáspora hizo cualquier cosa menos este enfoque inviable. Durante la mayor parte de los 2.000 años, los judíos tuvieron que existir como una pequeña minoría entre otras culturas, coexistiendo con un sinnúmero de otros pueblos, tribus y culturas sustancialmente de diferentes creencias y lenguas nativas. Seguir vivo exigía racionalidad y adaptabilidad.

• Los judíos casi nunca adoptan la mentalidad de víctimas merecedores de un derecho. Dios sabe que tienen más derecho que la mayoría a haber adoptado ese punto de vista, pero no lo hacen. No se creen con derecho. En todo caso, ayudan a otros que están oprimidos.

• En el mismo sentido, los judíos sienten un fuerte sentido del deber para con los demás y para los menos afortunados. Los judíos se encuentran entre las personas más caritativas y filantrópicas.

No hay nada exclusivo en ninguno de estos atributos culturales. De hecho, la mayoría de ellos son consistentes con las culturas de otros grupos de alto rendimiento de personas en todo el mundo. Sin embargo, la combinación e intensidad lo convierte en una experiencia única y judía, que ha producido sin duda más “bien” mucho más allá de las normas esperadas.

También demuestra cómo nosotros podemos lograr más y contribuir. No es necesario tener genes judíos para apreciar y aprender del impresionante rendimiento de los judíos.

Fuente: Aish

Traducción: Silvia Schnessel para Enlace Judío México

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