AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – El 14 de agosto, el Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) Gadi Eizenkot publicó “Estrategia de las FDI”, un precedente, tal vez incluso un documento histórico. Esto marca la primera vez que se lanza el programa estratégico de las FDI al público, en versión censurada. Los datos y cifras operacionales sólo aparecen en la versión clasificada. Este documento describe los objetivos y las misiones de las FDI, establece cómo se definirán sus éxitos o fracasos e identifica los modos de acción que se necesitan para lograr el éxito.
Por Ben Caspit
El informe es un ejemplo de la madurez de las FDI, que después de un buen número de experiencias formativas, por fin ha interiorizado la realidad de lo que el viejo mundo ya no es. La era de las victorias rápidas ha dejado de existir, al igual que algunos de los viejos enemigos de Israel y de todo el antiguo Oriente Medio. Estamos en una nueva era, y debemos ajustar nuestras expectativas, así como nuestras fuerzas, en consecuencia.
Los comentaristas se han sorprendido de que apenas se mencione la amenaza nuclear iraní en el documento. De acuerdo con el jefe de personal, esa amenaza actualmente no es suficientemente relevante para ser incluida en la estrategia de las FDI para los próximos cinco años. La amenaza puede ser dejada de lado por una década o dos.
El documento también confirma algo publicado en Al-Monitor hace unas semanas: que el alto mando de las FDI es menos melodramático sobre la amenaza iraní que las altas esferas políticas de Israel. En cambio, el ejército israelí está mucho más preocupado por la posible participación iraní en proporciones considerables de actos terroristas contra Israel a lo largo de sus distintas fronteras.
El mapa de amenazas de Israel, que una vez incluía una lista de los estados, ahora contiene una lista de organizaciones: Estado Islámico (IS), Hamas, Hezbolá y así sucesivamente. El ejército israelí ha actualizado su modo de acción y la batalla que se requiere en consecuencia. Se ha invertido mucho esfuerzo en la capacidad de enviar grandes fuerzas a sitios distantes en aviones con “alta capacidad de supervivencia” para llevar a cabo ataques quirúrgicos de precisión contra objetivos terroristas consecuentes. Todas las unidades especiales de las FDI reciben alta prioridad y se tratan a nivel de Estado Mayor, e incluso por encima, en relación con recursos de concentración, planificación e insumos de organizaciones de inteligencia y espionaje fuera de las FDI, incluyendo varios ministerios del gobierno.
Entonces, ¿cómo se definen ahora las metas de las FDI? La victoria en su formato anterior está obsoleta. El nuevo objetivo es “lograr objetivos diplomáticos establecidos para la batalla de manera que den lugar a la mejora de la situación de seguridad tras el conflicto”. No más declaraciones y declaraciones sobre derrocar al régimen de Hamas, derrotar a Hezbolá, o destruir la organización X. FDI a menudo salía en grande y volvía pequeña. Ahora quiere salir pequeña y quedar en algún lugar intermedio. Se trata de ajustar las expectativas.
Una vez, el principal escenario de referencia de las FDI era el llamado gran evento, es decir, un asalto a gran escala o invasión de los enemigos de Israel, dirigido por los ejércitos convencionales de Egipto y Siria, en sus fronteras. Hoy en día, sin embargo, ese escenario ya no tiene crédito. El ejército sirio ha sido borrado del mapa de amenazas para al menos los próximos diez años, e Israel goza de cooperación estratégica con Egipto y Jordania. Lo que queda es Irán, con sus brazos terroristas estratégicos de la zona, es decir, Hezbolá y Hamas, y las organizaciones jihadistas sunitas como IS, Jabhat al-Nusra y su calaña.
Las FDI también ajustaron sus órdenes de batalla y han hecho cambios significativos en la estructura y el funcionamiento del poder militar de Israel para adaptarlo a los nuevos retos. El método es simple y fue copiado de la doctrina militar estadounidense de conmoción y pavor, o la dominación rápida – sí, el que utilizó en Irak. El Comando del Norte de Israel ha trazado decenas de miles de objetivos en el Líbano, y su Comando Sur ha preparado miles de objetivos en la Franja de Gaza. En caso de que tuviera lugar un ataque, el plan es atacar miles de objetivos al día, mientras explota las capacidades particulares de Israel en tiempo real, la comprobación cruzada de la inteligencia de campo para el uso de herramientas de intercepción y ataques mortales de gama casi ilimitada y golpes precisos, con decenas de objetivos por salida. Todo esto es más caro, más complicado y más complejo que las operaciones del pasado, y Eizenkot espera explotarlo la próxima década – una década carente de la amenaza nuclear iraní – para adaptar su nuevo ejército a sus objetivos emergentes.
Al mismo tiempo, se han ajustado las expectativas también en la esfera defensiva. El ejército israelí no tiene planes para hacerse cargo de extensos territorios, derrocar gobernantes o eliminar organizaciones terroristas. Reconoce que durante un futuro enfrentamiento militar, la organización de oposición de hecho podría disfrutar de un éxito territorial temporal localizado. Es imposible proteger cada localidad todo el tiempo, por lo que el ejército israelí se centrará en lograr una “mejora de la situación de seguridad” al final de un conflicto de este tipo y la salvaguarda de la integridad territorial de Israel, así como la seguridad de su población civil.
Tal vez por coincidencia (o tal vez no), llevó a cabo una sesión informativa especial para corresponsales militares el 16 de agosto en los Altos del Golán. A ella asistieron el jefe del Comando Norte, el General de División Aviv Kochavi, ex director de Inteligencia Militar, cuyo nombre había surgido para el puesto de Jefe de Estado Mayor después de Eizenkot, y casi todo el personal de la sede de comandos. La reunión cubrió una gran maniobra de FDI con toda la división celebrada la semana anterior en el Golán en el que las fuerzas terrestres montaron una operación terrestre simulada, limitada en territorio sirio contra fuerzas ISIS que trataban de invadir Israel y luego se retiraban.
Durante la sesión informativa, se dieron a conocer datos adicionales de la zona norte a los medios de comunicación. Israel ya no se enfrenta a estados enemigos allí, sino a organizaciones terroristas en Siria y Líbano. En Siria, está Irán y Hezbollah en el norte e ISIS en el sur. En el Líbano, está Hezbollah, que coopera llamativamente con el ejército libanés en patrullas conjuntas a lo largo de la frontera con Israel. Altos oficiales israelíes señalaron que estas patrullas móviles hacen uso de vehículos y armas que habían sido proporcionados por Estados Unidos y ahora están al servicio de Hezbolá a través de un “subcontratista” – el ejército libanés.
Las maniobras de las FDI simularon un intento importante de un ataque terrorista en territorio israelí por decenas de combatientes de ISIS, similar al ataque en julio perpetrado contra el ejército egipcio en el Sinaí. En la simulación, el ejército israelí rechazó primero a las fuerzas de Estado Islámico y luego llevó a cabo una operación militar de tierra profundamente en territorio enemigo para dañar y destruir las bases desde las que los terroristas operaban. Por cierto, los oficiales israelíes describen a EI como “una amenaza que no es militarmente significativa, no se diferencia de los otros grupos de la región, y carece de cualquier tipo de estrategia impresionante”. Tenemos la esperanza de que esta evaluación esté en el objetivo.
El ejercicio militar indica a los actores en el campo que Israel no dará la espalda, sino que responderá con fuerza a cualquier escenario. Al mismo tiempo, fuentes de seguridad israelíes insisten en que hasta el momento, todas las actividades terroristas contra Israel en la zona norte han sido perpetradas por Hezbolá, bajo inspiración iraní. Ni una sola bala, ni siquiera un petardo, ha sido disparado contra Israel por las diversas organizaciones que se rebelan contra el presidente sirio, Bashar al-Assad. Israel espera que esta situación continúe, y para dejarlo claro, trató de demostrar lo que sucedería si la situación cambia.
Fuente: Al Monitor
Traducción: Silvia Schnessel para Enlace Judío México
Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico
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