AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Al verse confrontados con una generación sin precedentes de jóvenes seculares, los líderes judíos están promoviendo con más fuerza los matrimonios inter-religiosos. ¿Su enfoque favorito? Los grupos de jóvenes.
Por Emma Green
Un conocido nos dio un aventón a algunos de nosotros después de la fiesta anual de Yom Kipur. Llenos de bagels, lox, kugel y todo tipo de pasteles, los cuatro íbamos platicando sobre la vida en D.C., los viajes que habíamos hecho a Israel, y la culpa que sentíamos haber faltado a los servicios religiosos ese día en la mañana.
Y, entonces, la conversación se desvió hacia las citas.
“¿Te casarías alguna vez con un no-judío?”, preguntó Sharon desde el asiento de atrás. Las respuestas fueron variadas. Una persona dijo que no estaba segura, mientras que otra dijo que podría considerar casarse con alguien que estuviera dispuesto a convertirse. Los debates sobre los matrimonios mixtos, o matrimonios fuera de la fe, son comunes dentro de la comunidad judía pero, aun así, su pregunta me pareció extraordinaria. Ahí estaban: cuatro mujeres de veintitantos años que casi ni se conocían entre ellas, y que ya estaban platicando sobre el matrimonio y la posibilidad radical de que algún día podríamos comprometernos con alguien distinto de nosotras. Esta conversación parecía ser bastante “anti-Millennial”- en general, nuestra generación se está casando más tarde, se está volviendo más secular, y está adoptando culturas diferentes mucho más que cualquiera de nuestros predecesores. Si la misma pregunta se hubiera hecho respecto a cualquier otro aspecto de nuestras identidades compartidas- el ser blancas, con buena educación, con entornos de clase media o media-alta- hubiera parecido grosera, si no es que ofensiva.
Aunque muchas personas religiosas quieren casarse con alguien de su misma fe, el asunto es particularmente complicado para los judíos: para muchos, la fe está atada fuertemente a la etnicidad como una cuestión de enseñanza religiosa. Los judíos sí aceptan las conversiones pero es un proceso largo y difícil, incluso en las comunidades reformistas- hasta 2013, solo el 2 por ciento de la población judía es conversa. Mientras tanto, la memoria cultural del Holocausto y la persecución racial de los judíos aún ocupa un lugar preponderante, haciendo que la perspectiva de una población menguante sea particularmente sensible.
La lección, entonces, que muchos niños judíos absorben a una edad temprana es que su herencia conlleva responsabilidades- especialmente cuando se trata del matrimonio y de tener hijos.
En gran parte, es porque precisamente las organizaciones judías invierten mucho tiempo y dinero en difundir este mensaje. Para los líderes judíos que creen que es importante para el futuro de la fe, los grupos de jóvenes, viajes, campamentos de verano y las citas por internet son las herramientas primarais que utilizan en su batalla para preservar a su pueblo.
Grupos de jóvenes, la casamentera del siglo XVI
Aunque el judaísmo engloba una enorme diversidad en términos de cómo la gente escoge practicar su religión, los líderes de los movimientos, desde los más progresistas hasta los más ortodoxos, están, básicamente, de acuerdo: si quieren persuadir a los niños de que se casen con otros judíos, no sean tan insistentes.
“Tratamos de no golpearlos con eso con demasiada frecuencia”, dijo el rabino Micah Greenland, quien dirige la National Conference of Synagogue Youth (NCSY), una organización ortodoxa que les da servicio a unos 25,000 alumnos de preparatoria, cada año. “Pero nuestras relaciones interpersonales están iluminadas por nuestro judaísmo, y nuestras decisiones sobre las citas y el matrimonio son, de igual forma, decisiones judías”.
En el lado opuesto del espectro de la observancia, una organización reformista, North American Federation of Temple Youth (NFTY), parece tener un enfoque similar pero opuesto, especialmente en respuesta a las preguntas frecuentes que hacen los donantes y miembros de la congregación respecto a las modas de los matrimonios mixtos. “Nuestra respuesta a (nuestras preocupaciones respecto a) los matrimonios mixtos es tener menos conversaciones sobre las citas- queremos tener más conversaciones sobre lo que significa ser judío”, dijo el director, el rabino Bradley Solmsen, quien estimó que NFTY le da servicio a unos 17,700 estudiantes judíos al año.
“Si quieren persuadir a los niños de que se casen con otros judíos, no sean tan insistentes”
Pero no se equivoquen: esto no significa que tengan una actitud laissez-faire respecto a los matrimonios mixtos. En cada grupo religioso, los líderes con quienes hablé están pensando intencionalmente cómo fortalecer el sentido de conexión entre los judíos adolescentes.
“No cabe duda que uno de los propósito de la organización es mantener los círculos sociales juntos”, dijo Matt Grossman, Director Ejecutivo de la organización no-denominacional BBYO, la cual atiende a más de 39,000 alumnos estadounidenses cada año. “Si se encuentran en un ambiente en el que sus mejores amigos son judíos, la probabilidad de que terminen saliendo con alguien dentro de ese círculo social y, eventualmente, casándose con alguien de dichos grupos, aumenta dramáticamente”, acotó Grossman.
Organizaciones como Hillel, una organización de ayuda no-denominacional, han recolectado información sobre las formas más eficientes de alentar estas amistades. “Si tienen estudiantes que se acercan a otros estudiantes para involucrarlos e la vida judía, y cuando un educador está a su lado, terminan teniendo más amigos judíos que el estudiante promedio”, dijo Abi Dauber-Sterne, vicepresidente para “experiencias judías”.
El campamento de verano también es efectivo para construir lazos judíos. El rabino Isaac Saposnik lidera un campo para judíos reconstruccionistas, los cuales forman parte de un movimiento nuevo y progresista para reconectarse con ciertos rituales judíos mientras que se mantienen modernos. Él habló sobre los esfuerzos de su movimiento para expandir sus pequeños programas juveniles, que llegan a casi 100 alumnos por año.
“El enfoque se fue primero hacia el campo porque la investigación muestra que cuando están ahí- y esta frase no me gusta- obtienen lo mejor por lo que pagaron”.
En su mayoría, las organizaciones han visto un “bum” asombroso. El rabino Greenlando señaló que, de los alumnos de NCSY que se casaron, el 98% se casó con un judío. De acuerdo con una encuesta de 2011 que realizó BBYO sobre sus alumnos, el 84 por ciento está casado con una pareja judía o vive con una pareja judía. “Estos lazos son muy pegajosos”, señaló Grossman.
Una de las incubadoras más efectivas respecto a los matrimonios judíos es Birthright Israel, una organización sin fines de lucro que ofrece becas a organizaciones que llevan a judíos de 18 a 26 años de edad a un viaje gratuito de 10 días a Israel. La organización comparó patrones de matrimonio entre personas que fueron con Birthright y las que se registraron pero terminaron no yendo al viaje- se quedaron en lista de espera, tuvieron un conflicto, perdieron el interés, etc. El grupo de los que quedaron en lista de espera es particularmente grande- en unos años, hasta un 70% de los que se inscriben terminan sin ir.
La diferencia fue muy marcada: aquéllos que sí se fueron con Birthright tuvieron un 45% más de probabilidades de contraer matrimonio con una persona judía. Esto “es una especie de reflejo de la experiencia en Israel, aunque no se realizó predicación alguna durante esos diez días”, mencionó Gidi Mark, el CEO internacional de Taglit-Birthright Israel. “Fue asombroso para nosotros el darnos cuenta de que la diferencia es una gran diferencia”.
Es difícil medir el éxito de cualquiera de estos programas de manera definitiva. Ciertamente, hay algún sesgo de autoselección en el trabajo. Por lo menos, algunos de los que se unieron a los grupos de jóvenes, fueron a un campamento de verano, y viajaron a Israel, crecieron en familias que valoraban y reforzaban la importancia de tener amigos judíos y de encontrar una pareja judía, por lo que deben de haber sido más propensos a casarse con judíos, sea que hayan participado en estas actividades o no. Pero incluso entre judíos menos observantes, parece que hay una sensación de que las conexiones sociales judías son fundamentales, sobre todo cuando se trata de citas. Para muchos, esto significa que, después de dejar el grupo de jóvenes, de decirle adiós al campamento, o regresando a casa desde Israel, todavía sienten la obligación de consolidar su judaísmo al echarse un clavado en el mundo de las citas.
Es difícil encontrar a un buen hombre judío
Fuera de las redes integradas de los grupos de jóvenes y el campamento de verano, si una judía quiere salir con otro judío, probablemente se registrará en JDate, propiedad de Spark Networks, la misma compañía que dirige ChristianMingle.com, BlackSingles.com, y SilverSingles.com. JDate es el principal servicio de citas para judíos (y gentiles que están particularmente interesados en casarse con judíos). De acuerdo con información proporcionada por la compañía, ésta es responsable de más matrimonios judíos que todos los demás sitios en su conjunto, y 5 de cada 9 judíos que se han casado desde el 2008 han tratado de encontrar a su pareja ideal en el internet.
“La misión es… asegurar que las tradiciones judías se mantengan para las generaciones venideras. La forma en que hacemos esto es haciendo más judíos”.
Pero JDate se ve a sí mismo como más que un servicio de citas. “La misión es fortalecer la comunidad judía y asegurar que las tradiciones judías se mantengan para las generaciones venideras”, dijo Greg Liberman, el CEO. “La forma en que hacemos esto es haciendo más judíos”.
De hecho, muchas fotos de los llamados “JBabies” (JBebés) se muestran prominentemente en materiales promocionales enviados por el equipo de JDate. Su visión es que estos nuevos judíos serán el futuro del pueblo pero también son buenos para el negocio. “Si seguimos con esto mucho tiempo más, si los judíos que se casan con otros judíos tienen hijos judíos, entonces, con el tiempo, crear más judíos repoblará nuestro ecosistema”, comentó Liberman.
Es difícil imaginar que este tipo de lenguaje sea utilizado en otras comunidades sin provocar ira, particularmente si ha sido usado en un contexto racial. Pero, tal vez porque están tan asimilados o debido a su larga historia de persecución, a los judíos se les ha dado un pase colectivo en la cultura norteamericana- esta referencia casual a la preservación racial parece casi pervertida e irónica. Las compañías como JDate usan la asociación entre el humor y el judaísmo a su beneficio: JBabies suena a chiste, mientras que “bebés blancos” o “bebés negros” podría ser ofensivo. Pero la compañía también está hablando en serio: quiere más bebés judíos en el mundo.
Aunque se trata de una empresa privada, JDate no trabaja sola- de hecho, está fuertemente conectada a la red de organizaciones que manejan los grupos de jóvenes, campamentos de verano y viajes a Israel, incluyendo a la Federación Judía. En algunas formas, unirse a JDate es el siguiente e inevitable paso para los adolescentes, una vez que han dejado la comodidad de su grupo de juventud del templo o los servicios semanales de Shabat de su escuela. “No es como una transición natural- ir con Birthright a Israel, regresar, unirse a JDate– pero tampoco es una extensión completamente antinatural”, Liberman acotó.
Incluso para gente que no está tan interesada en el judaísmo, lo cual es cierto hasta para algunas personas en JDate, el sitio se ha convertido en una fijación cultural. “En las bodas, soy muy popular- un tipo de imán para las mamás y abuelas judías que me preguntan si tengo a alguien para sus hijos o sus nietos”, señaló.
Procrear bebés judíos no es tan fácil
Pero, como todos en los medios han señalado emocionados desde hace un mes, a partir de que salió el estudio Pew, estos esfuerzos no están libres de obstáculos. Un tercio de los millennials o aquéllos que nacieron después de 1980, se describen a sí mismos como “sin religión”- únicamente se sienten judíos culturalmente, o por ascendencia. Entre los adultos que se describen a sí mismos de esa forma, dos tercios están criando a sus hijos sin ninguna exposición al judaísmo.
Pero incluso mientras los líderes judíos observan las tendencias que definirán el futuro de la población judía, están pensando en cómo trabajar con el creciente número de estudiantes que fueron criados por padres de diferentes religiones. Esto es muy común en la United Synagogue Youth (USY), una organización conservadora que atiende a 12,000 estudiantes. El rabino David Levy, director de enseñanza para jóvenes, dijo que “es un balance entre encontrar una forma de ser positivo sobre los matrimonios dentro de la fe sin juzgar a las familias de las que estos adolescentes provienen”.
Aunque hubo un gran consenso entre los líderes judíos con los que hablé respecto a cómo trabajar con los adolescentes en general, tenían diferentes formas de lidiar con la tensión entre el querer demostrar apertura y querer apoyar los matrimonios judíos. El rabino Avi Weinstein, quien ayuda a dirigir el grupo de extensión del campus de la organización ultra-ortodoxa Jabad, fue sincero en su opinión de que “casarse fuera de la fe es uno de los desafíos más grandes que enfrentan los jóvenes individualmente y el pueblo judío como colectividad”. Jabad, que reporta que interactúa con cerca de 100,000 estudiantes cada año, está tratando de combatir directamente esa moda. “La educación judía, tanto formal como la informal, especialmente, es muy efectiva en la prevención de los matrimonios mixtos, así como en ayudar a los jóvenes a construir identidades judías fuertes a medida que maduran”, escribió Weinstein en un correo electrónico.
“Nuestros donadores quieren que la comunidad judía sea fuerte- y por eso es que invierten en nosotros. Les preocupan las relaciones que nuestros niños están teniendo entre ellos”.
En cambio, el rabino reformista, Bradley Solmsen, fue la única persona que desafió la premisa de que los estudiantes judíos necesitan interesarse en los matrimonios heterosexuales, argumentando que los grupos de jóvenes deben aceptar también a los estudiantes LGBTQ e interreligiosos también. Esto apunta a un aspecto interesante del debate: alentar el matrimonio con el propósito de la procreación aparta a los judíos gais de la comunidad.
Sin importar lo incluyentes que estos líderes quieran que sus grupos de jóvenes sean, están enfrentados a una información que sugiere una dura verdad: los matrimonios judíos llevan a más familias judías. De acuerdo con un estudio masivo sobre la vida judía en Estados Unidos publicada recientemente por Pew, el 96% de los judíos con una pareja judía está criando a sus hijos de forma religiosa, en comparación con solo el 20% de los judíos que tienen una pareja no-judía. Otro 25% de las parejas interreligiosas está criando a sus hijos bajo la cultura judía. De nuevo, aquí surge una pregunta de correlación y casualidad: la gente que se casa con otros judíos ya tiene una fe bastante fuerte y firme, por lo que hace sentido que la mayoría de ellos crie a sus hijos de forma religiosa. Pero la comparación todavía es asombrosa: las parejas judías son dos veces más propensos a criar a sus hijos con cualquier tipo de exposición al judaísmo.
Eric Fingerhut, presidente y CEO de Hillel, resumió muy bien este problema. “Vivir una vida judía en Estados Unidos en el siglo XVI es realmente una elección”. Lo que esto significa es que las organización están sintiendo más presión que nunca para hacer el judaísmo atractivo para los jóvenes- el futuro depende de eso. “Ni tú ni los que leen tu trabajo deberían preguntarse sobre nuestro compromiso para construir familias judías, matrimonios judíos, relaciones judías, que son la base del crecimiento y desarrollo del pueblo judío a largo plazo”, señaló.
A lo complicado de la situación se añade el hecho de que los donadores están preocupados. “Nuestros donadores quieren que la comunidad judía sea fuerte- por eso es que invierten en nosotros”, dijo Grossman, de BBYO. “Están preocupados por las relaciones que nuestros niños están teniendo entre ellos”.
“Creo que a todos les preocupa esa moda”, comentó Micah Greenland, el rabino ortodoxo. “A todos los preocupan nuestros grupos de jóvenes”.
En breve, ésta es la situación: en general, los millennials tienen dudas acerca del matrimonio. Si quieren casarse, creen que está bien hacerlo con alguien de otra raza. Si son judíos, es más probable que tengan una pareja no-judía, especialmente porque muchos crecieron con un padre no-judío. Y, si no se casan con un judío, es mucho menos probable que críen hijos judíos.
A lo largo del espectro de la observancia, los rabinos de los grupos de jóvenes les dan la bienvenida a este tipo de estudiantes. Ciertamente, no quieren alienarlos con enseñanzas opresivas sobre la importancia de salir con otros judíos.
Fuente: The Atlantic / Traducción y adaptación: Miriam Baley.
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