AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO
El Centro de Documentación e Investigación Judío de México (CDIJUM), presentado oficialmente la noche de ayer 27 de agosto en el Centro Comunitario Nidjei Israel, fue bautizado como “la casa de la memoria donde se ejerce el deber de recordar” por el historiador Enrique Krauze.
“Este deber de recordar”, consideró, “atraviesa la historia judía desde tiempos bíblicos. Es como un onceavo mandamiento que podríamos formular como: ‘No olvidarás'”.
Aunque había judíos en la Nueva España, los primeros emigrantes llegaron a México en el siglo 19, cuando Benito Juárez decretó la libertad de cultos, recordó Alicia Gojman, presidenta honoraria del CDIJUM.
Fue en 1912 cuando se creó la Beneficencia Alianza Monte Sinaí, que agrupó a las diferentes familias judías residentes en México. Pero con el paso del tiempo, los emigrantes judíos se fueron separando de acuerdo a sus orígenes, tradiciones y costumbres.
“No se volvieron a unir en un proyecto, pero permaneció la conciencia de conservar la identidad”, aseguró Gojman, quien recibió un reconocimiento por su “esfuerzo, tenacidad y perseverancia”, pues a su visión fundadora se debe la creación en 1990 del Centro de Documentación e Investigación de la Comunidad Ashkenazí de México, que ahora, al integrar a los diferentes sectores de la comunidad judía, se transforma en el CDIJUM.
Tuvieron que pasar 103 años, señaló, para que las diferentes comunidades -Alianza Monte Sinaí, Sefaradí, Ashkenazí, Maguén David, Bet El, Beth Israel Community Center y Centro Deportivo Israelita- se unieran de nuevo en un mismo proyecto.
Firma del convenio
El convenio que firmaron la noche de ayer suscribe y legitima la creación de instrumentos que preservarán en conjunto la memoria histórica de las comunidades, subrayó Rubén Goldberg, presidente del Patronato del CDIJUM.
Tras destacar la riqueza bibliográfica y documental del Centro, ubicado en Acapulco 70, Krauze lanzó una crítica: “A 103 años de distancia no tenemos todavía una historia de las comunidades judías en México”.
Una vez construida la casa de la memoria, el CDIJUM, señaló, hay que plantearse cómo convertir ese acervo en obra. Y propuso para lograrlo una serie de acciones, como instituir un premio de ensayo o de documental, abierto a todas las instituciones de investigación, sobre la historia de los judíos en México.
Sugirió también fortalecer el CDIJUM incorporando las mejores prácticas internacionales a nivel técnico y archivístico, establecer contacto con centros similares del extranjero, y digitalizar una parte del acervo.
“El objetivo”, concluyó, “es que esta historia de 103 años en México no se pierda en el olvido”.
Susana Behar con su “canto sefardí”
Este evento, por una parte, tiene que ver con la historia de la comunidad judía de México; por otra parte, haremos historia con la presentación del Centro de Documentación e Investigación Judío de México, el CDIJUM.
Con un pasado colmado de civilizaciones, tradiciones, lenguas y culturas, la historia de México se cuenta entre las más abundantes del mundo. Por eso, es muy importante preservar la memoria de nuestro país y transmitirla a las siguientes generaciones.
Y si para nuestro México la historia es primordial, para el pueblo judío la historia es imperiosa. Así lo establece un precepto de la obra más sagrada para el judaísmo, la Torá, que señala: Zejor yemot olam binu shnot dor-vador (Acuérdate de los tiempos antiguos y toma en consideración la historia de las generaciones).
La institución que estamos formalizando esta noche, mediante el convenio que firmaremos con todas las comunidades judías, es un parteaguas tanto en la historia de los judíos como en la historia de México. Y es precisamente por causa de ese convenio que este evento es histórico, pues se trata de un acontecimiento sin precedentes en el que todos los sectores judíos, sin distingos de su origen, suscriben y legitiman la creación de una institución que preservará, en conjunto, la memoria histórica de todas las comunidades.
Tal como dice, a la letra, el convenio que firmaremos esta noche, el CDIJUM y las comunidades judías “tienen interés en celebrarlo, en virtud de que desean generar sinergias, coadyuvar y unir esfuerzos para que el material histórico sea concentrado en un mismo espacio y pueda a su vez ser consultado por cualquier miembro de la comunidad judía y por cualquier ciudadano mexicano o persona extranjera, así como que dicho material sea preservado y administrado en forma integral por una sola institución”.
Generación tras generación, hemos visto cómo el pasado judío se une poco a poco al presente mexicano. Hoy, tras más de cien años de vida institucional judía en México, hemos encontrado la manera de materializar esa idea. Porque muy pronto una parte de la historia de nuestro país, vinculada a una parte de la historia de nuestro pueblo, habitarán en el mismo hogar: el Centro de Documentación e Investigación Judío de México.
Tratándose de una de las minorías que conforman el país, los judíos somos parte de la historia mexicana. Por eso nos enorgullece, como mexicanos y como judíos, la fundación de una institución como el CDIJUM, en la que convergen los ritos judíos con las usanzas mexicanas, la prosa hebrea con los versos indígenas, el nopal y el águila, con la menorá y la estrella de David; un centro que abrirá las puertas a todo el país, así como el país abrió sus puertas a nuestros antepasados que se aventuraron a “hacer la América” y que, afortunadamente, desembarcaron en puerto mexicano.
Para la comunidad judía este evento también es un hito. Hace más de cien años se fundó la primera comunidad judía, una comunidad que abarcaba a los judíos de todos los orígenes. Cierto es que, al paso de los años, se fueron estableciendo otras comunidades. Pero hoy, aquí, nos sentimos nuevamente como en aquél entonces, reunidos en una misma comunidad: una comunidad boyante y próspera; con la ventaja de que hoy, además, contamos con el aprendizaje de más de cien años de historia.
Y si tuviera que referirme a uno solo de los aprendizajes que hemos tenido en estos cien años de vida institucional judía en México, diría, categóricamente, que se equivocan aquéllos que creen que las diferencias nos separan. Se equivocan quienes creen que las diferencias nos debilitan. Se equivocan quienes creen que las diferencias restan… ¡Las diferencias suman, siempre suman!¡Las diferencias enriquecen! ¡Las diferencias engrandecen! Y el mejor ejemplo está precisamente en este Centro, que no sería posible sin la ardua colaboración de todos los sectores, sin el empeño de cada una de las comunidades en aras de tener una sola institución para preservar nuestra historia.
A fin de cuentas, esas diferencias que una vez os hicieron fundar distintas comunidades, hoy nos impulsan a fundar un solo Centro de Documentación e Investigación Judío de México, en el que todos los interesados puedan conocer la historia de los judíos provenientes de Europa Orienta, y de Europa Occidental, del Medio Oriente, y del norte de África, la historia de los judíos ortodoxos y de los judíos conservadores. Una historia que conforma ciertamente un abanico, que tiene matices, que tiene experiencias y colores pero que, al final, es parte de una misma historia: la historia de los judíos de México. Aprovecho este momento para agradecer:
A nuestro Comité Central de la Comunidad Judía en México, a todos sus Delegados y Presidentes de Comunidades. Sin su apoyo, habría sido imposible unir a los distintos sectores para formalizar la creación del CDIJUM.
A la Kehilá Ashkenazí, mi querida comunidad, por haber acogido al Centro de Documentación e Investigación de la Comunidad Ashkenazí durante más de 25 años, con sus múltiples logros y reconocimientos nacionales e internacionales y, sobre todo, por el legado que ahora nos deja para la continuidad del CDIJUM. Asimismo, quiero agradecerle, por el hecho de permitirnos celebrar este evento en el Centro Comunitario Nidjei Israel.
A la Comunidad Maguen David, por ofrecernos un templo histórico y majestuoso, como la espléndida sinagoga Rodfe Sedek, en la calle de Córdoba de esta ciudad, para la edificación y nuevo hogar del CDIJUM. En verdad, no había un mejor espacio para albergar nuestra institución. Gracias a Maguen David, a sus directivos y a todos sus miembros. En este sentido, quiero hacer un muy especial reconocimiento y agradecimiento a los arquitectos Ezra y Allan Cherem, por su valioso tiempo y dedicación, en forma pro-bono, al desarrollo del proyecto arquitectónico del nuevo hogar para el CDIJUM.
A Alianza Monte Sinaí, por el incondicional apoyo de su directiva y por enriquecer nuestro patronato con varios de sus más destacados integrantes.
A la Comunidad Sefaradí, por la confianza que han depositado en este proyecto. Sin la participación de un sector tan significativo como el sefaradí, sería virtualmente imposible erigir el CDIJUM.
A la Comunidad Bet-El, que ha bregado siempre por el fortalecimiento de todos los sectores y por la unión de todas las comunidades.
A Beth Israel Community Center, por su activa cooperación y cuyo Presidente nos honra con su participación en el Patronato de nuestra institución.
Y al Centro Deportivo Israelita, que desde su fundación ha sido un faro que ilumina el camino de todos los proyectos intercomunitarios.
Al Patronato del CDIJUM, por su liderazgo, su compromiso y su extraordinario desempeño para hacer del CDIJUM una ostensible realidad.
Al Comité Académico, presidido por Silvia Hamui, por proveer al CDIJUM ese carácter académico, educativo y cultural para el que, precisamente, está siendo creado.
A nuestros asociados y benefactores de la institución, por su espléndida generosidad. Sin su respaldo no sería factible promover este gran proyecto.
A los patrocinadores de este magnífico evento.
A los representantes de las diversas instituciones públicas y privadas y, en particular, agradecer la presencia de la Arquitecta Dolores Martínez Orralde, Directora de Arquitectura y Conservación al Patrimonio Artístico Inmueble del INBA, y a la Arquitecta Beatriz Eugenia Pérez Méndez, Directora de Patrimonio Cultural Urbano de SEDUVI. Muchas gracias a ambas por su invaluable apoyo para avanzar con la edificación de nuestra sede.
A los directores de distintos archivos y bibliotecas, muchos de ellos incorporados a la Asociación Mexicana de Archivos y Bibliotecas Privados, cuya presidencia recae actualmente en nuestra institución.
Y, por supuesto, a nuestro Director, el Maestro Enrique Chmelnik, y su equipo de profesionales, por su profesionalismo, incansable labor y dedicación para la realización de este evento. Gracias, Enrique.
A todos ustedes, muchas gracias por acompañarnos en esta noche histórica.
Cuando pienso en las personas que han hecho posible este sueño, hay una persona que no me permitiría yo mismo dejar de mencionar en esta gran ocasión. Y, si me permiten, esta noche quiero que me acompañen en rendirle un muy merecido y sentido homenaje a Alice Gojman, cuya extraordinaria visión y cuya dedicación por más de 25 años han hecho posible este maravilloso proyecto.
No hay palabras para relatar la trascendencia de Alice en la creación del CDIJUM, porque 25 años de voluntad y de trabajo no pueden resumirse en unas cuantas frases. Pero tampoco puedo dejar de abrir un espacio para referirme a ella, a su esfuerzo, a su tenacidad y perseverancia, a su magnífica capacidad y su generosa experiencia, que se traducen hoy en el establecimiento del Centro de Documentación e Investigación Judío de México.
Por su brillante trayectoria, por su incansable trabajo, y como una pequeña pero simbólica muestra de nuestro agradecimiento, quiero hacerle entrega a Alice, nuestra Presidenta Honoraria, de este reconocimiento, a nombre de todos los que conformamos el CDIJUM y de todos los que hemos tenido, de alguna u otra forma, la oportunidad de colaborar con Alice. Les pido me acompañen en brindarle un muy fuerte y caluroso aplauso.
Señoras y señores, brindo por el éxito de este proyecto que habrá de sentar las bases para acceder a una parte importante de la memoria nacional… me refiero a la historia de los judíos en México.
Sean todos bienvenido a la presentación del Centro de Documentación e Investigación Judío de México.
Muchas gracias.
Con información de Reforma.
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