Cierra la última sinagoga en la ciudad iraní de Borujerd

La última sinagoga que se mantenía en pie en la ciudad iraní de Borujerd se vio obligada a cerrar porque no tenían suficientes hombres para reunir un minián. Los rollos de la Torá fueron trasladados a Teherán después de más de 2.500 años de historia judía de la ciudad. Ahora, sólo quedan cinco judíos en Borujerd.

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Según la activista iraní de derechos humanos Shabnam Assadollahi, “Con toda la tristeza, se ha informado de que la única y última sinagoga de Borujerd, Irán, ha cerrado. El rollo de la Torá fue trasladado a Teherán. Sólo Isfahán, Teherán y Shiraz tienen comunidades judías importantes”.

Radio 670 en Los Ángeles informó que la sinagoga de Borujerd cerró porque no tienen suficientes hombres para un minián, que en la fe judía requiere 10 hombres para funcionar: “Para cada sinagoga, se necesita diez hombres”. Un miembro de la comunidad judía de Irán en los EE.UU. Subrayó: “Estoy tan triste. Había cinco familias en total viviendo en Borujerd. Cuando dos jóvenes estudiantes tuvieron que ir a Teherán la capital para ir a la universidad, la sinagoga se quedó con ocho hombres. Tuvieron que cerrar la sinagoga y pasar a Teherán después de más de 2.500 años de historia”.

Debido al cierre de la sinagoga, ahora sólo quedan cinco judíos en Borujerd. Ella contó que la sinagoga era muy vieja, que los amigos locales musulmanes lloraron cuando se trasladaron los rollos de la Torá y dijeron que les costaba decir adiós: “Estas familias vivieron allí durante generaciones”. Sin embargo, lo que sucedió en Borujerd también ocurrió en otras ciudades de Irán: “Hace unos años, lo mismo pasó con los judíos iraníes en Yazd y tuvieron que cerrar la sinagoga”.        

Algunos líderes musulmanes prominentes dentro de Irán están muy molestos por el presente éxodo, en el que cada vez más judíos se trasladan ya sea a las tres principales ciudades de Irán o salen del país del todo. “Si el ayatolá Borujerdi, quien está en la cárcel, se entera, se le romperá el corazón”, añadió. “Hubo una larga relación entre su padre y su abuelo con la comunidad judía de Borujerd”. El ayatolá Borujerdi se opone vehementemente al Islam radical, abogando por una separación entre Iglesia y Estado. Actualmente cumple nueve años de una condena de 11 años de prisión por “difundir propaganda contra el sistema” y “rebelarse contra Dios”. Lo han mantenido en confinamiento solitario, desnutrido, golpeado y torturado. Su mujer ha sido violada delante de sus familiares. Ahora sufre daños neurológicos permanentes y se le ha negado atención médica simplemente por oponerse al extremismo del régimen iraní, promover el diálogo entre los diferentes grupos religiosos, incluyendo la antigua comunidad judía de Irán.   

Los judíos han estado viviendo en lo que hoy se llama Irán desde la conquista del Reino Israelita del Norte en el año 722 antes de Cristo. Durante el pico del Imperio Persa, se cree que los judíos han comprendido el 20% de la población de Irán. Cuando Benjamín de Toledo visitó Persia, 600.000 judíos vivían en Irán. Bajo el gobierno de Safavid, su población se redujo a 100.000 personas. Después de la Revolución Islámica de 1979 y el ascenso del islamismo radical en el país, Times of Israel informó que el tamaño de la comunidad judía del país se había reducido a más de 8.500 personas. Según el informe, Rouhani ha permitido que las escuelas judías permanezcan cerradas en Shabat, que es un descanso de los líderes iraníes anteriores que obligaron a los estudiantes judíos a estudiar en Shabat. Sin embargo, los judíos iraníes están siendo discriminados sistemáticamente y no tienen acceso a posiciones clave del gobierno.  

Puesto que Irán es un estado policial totalitario que persigue sistemáticamente a las minorías, incluso bajo el gobierno de Rouhani, muchos miembros de la comunidad judía de Irán tienen miedo de exponer los abusos de derechos humanos a que están expuestos, por temor a recibir la ira del régimen iraní si lo hacen. Dado que los judíos que quedan en Irán no tienen el poder numérico de otros grupos minoritarios dentro de Irán, la mayoría de su comunidad prefiere evadir la política y sus representantes cooperan con el gobierno iraní por la supervivencia de lo que queda de la comunidad.        

Fuente: Jerusalem online / Rachel Avraham

Traduce y edita: Silvia Schnessel para Enlace Judío México 

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