Durante el mandato del ex primer ministro Ehud Olmert, la idea de construir un muro en la frontera fue rechazada en todas partes, pero nadie reconoció la amenaza planteada por las porosas fronteras • El primer ministro, Benjamin Netanyahu, sin embargo, se las arregló para detener la ola de infiltración.
AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – “¿Dónde está el contratista a cargo?” preguntó el primer ministro, Benjamin Netanyahu, estando de pie en el podio hace dos semanas, durante un evento en la región de Arava. Cuando el contratista, que estaba sentado entre el público, se puso en pie y alzó la mano, el primer ministro prometió volver a los tres meses. “¿Estará terminada para entonces?”, preguntó. En ese momento, el contratista se sintió bastante incómodo. Asintió con la cabeza que sí. “Prometido”, Netanyahu continuó, señalando a sus asesores que se trataba de un acuerdo que no se podía romper.
Y así, una y otra vez, Netanyahu llega en helicóptero a otra parte de la valla fronteriza entre Israel y Egipto. Por lo general, implica un paseo en helicóptero de una hora de duración, en el calor sofocante y la humedad, pero Netanyahu sigue llegando, tal como lo hizo a principios de este mes, cuando visitó la primera parte de la valla fronteriza entre Israel y Jordania.
“Israel es el único país occidental al que se puede llegar a pie desde África. Pero gracias a la valla fronteriza, ahora somos un estado que controla sus fronteras”, dice el primer ministro. “En un país que se enfrenta a un sinfín de amenazas, la valla fronteriza ofrece una solución para evitar la infiltración y el terrorismo, así como a los contrabandistas (drogas, la trata de personas) y trabajadores migrantes ilegales”.
La cerca a lo largo de la frontera con el Sinaí es actualmente de 227 kilómetros (141 millas) de largo e incluye una serie de obstáculos y dispositivos de vigilancia. Se necesitaron dos años y 1,5 millones de shekels ($ 380 millones) para completar esta valla. Una vez terminada, en 2012, los trabajadores comenzaron a construir en silencio una cerca mejorada a lo largo de la frontera con Siria, que ya se ha completado también. Además, hace dos semanas, comenzó la construcción de la primera parte de la valla a lo largo de la frontera con Jordania – una sección de 30 kilómetros (19 millas) que se extiende desde Eilat hacia el Kibbutz Yotvata a un costo de 280 millones de shekels ($ 71 millones). Las excavadoras levantaban tierra al otro lado de las montañas de Edom lo que hacían muy difícil respirar. El terreno es diferente de las otras fronteras y requiere diferentes soluciones de ingeniería debido a las inundaciones, el tipo de suelo y el deseo de preservar la flora y fauna.
Medio Oriente está experimentando cambios drásticos. El viejo orden mundial que conocimos durante los últimos cien años se ha derrumbado ante nuestros ojos. Países fuertes como Siria, Libia e Irak se han desintegrado. El grupo Estado Islámico ha echado raíces y resistido los avances de una coalición internacional. La retirada estadounidense de la participación en la región, junto con los esfuerzos de Irán para llenar el vacío, han aumentado el peligro a los que Israel y moderados musulmanes se enfrentan ahora.
Durante el mandato del ex primer ministro, Ehud Olmert, decenas de miles de personas se infiltraron en las fronteras de Israel, en su mayoría de cinco países africanos. Algunos eran trabajadores migrantes, otros refugiados huyendo por salvar sus vidas. Los infiltrados se establecieron en Tel Aviv, Eilat y Arad, pero no se hicieron esfuerzos para absorberlos adecuadamente.
Durante ese tiempo, la idea de construir una valla había sido rechazada en todas partes, pero nada salió de ella. Olmert se opuso a la construcción de una valla, exclamando que “no nos vallaremos a nosotros mismos hasta la muerte”. Parece que en aquel entonces nadie reconoció la amenaza. Cuando Netanyahu estableció su tercera coalición, dirigió y supervisó la construcción de la valla, y la ola de la infiltración se detuvo casi por completo.
Hoy en día, cuando refugiados de Siria y África están derribando las puertas de Europa, el “continente sin fronteras” está considerando adoptar el modelo israelí.
Cuando se le preguntó por qué Israel, un país construido por inmigrantes, construya vallas y rechaza a los migrantes, Netanyahu respondió: “Podemos ver lo que está sucediendo hoy en día a los países que han perdido el control de sus fronteras. La combinación de terrorismo cruel y tragedia humana 360 grados alrededor nuestro demuestra que debemos asegurarnos de que nuestras fronteras sean seguras y es lo que estamos haciendo”.
“Cuanto más pronto consigamos que se haga, mejor duplicaremos nuestro enorme éxito a lo largo de la frontera con Egipto, donde hemos logrado detener la infiltración ilegal en Israel. Ese es un logro con el que casi ningún país occidental, y pronto ningún país en absoluto, será bendecido”, dijo.
“Eso no quiere decir,” continuó, “que no nos tomemos en serio la tragedia humana que nos rodea. Israel fue el primero en prestar asistencia humanitaria a las víctimas de los combates en Siria. Pero Israel es un país pequeño. No tenemos demasiada profundidad, ni geográfica ni demográficamente. Es por eso que tenemos que controlar nuestras fronteras”.
Fuente: Israel Hayom / Shlomo Cesana
Traduce y edita: Silvia Schnessel para Enlace Judío México
https://www.israelhayom.com/site/newsletter_article.php?id=28509
Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico
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