No sé qué “bomba” dará a conocer el presidente palestino, Mahmoud Abbas, en su próxima comparecencia ante la Asamblea General de la ONU. Después de la promesa de no cancelar ni los acuerdos de Oslo, ni la existencia de la Autoridad Palestina, le queda poco para sorprendernos. Y si resulta que anuncia que no se volverá a presentar como candidato a la presidencia palestina, solo obtendrá una sonrisa del público, ya que no están previstas elecciones y continuará gobernando por decreto presidencial.
AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Lo que debería ser más interesante es el discurso del primer ministro Binyamin Netanyahu. Debería inspirar esperanza, aunque sea en las Naciones Unidas como jefe de un gobierno puramente de derecha, con muchos de sus miembros contrarios a la idea de un Estado palestino, uno de ellos incluso ocupando el puesto de embajador ante la ONU.
Ciertamente, no puede dedicar su discurso a Irán para tratar de convencer al mundo que debe movilizarse contra el acuerdo nuclear ya que el acuerdo ya ha sido ratificado. Sólo queda supervisar su aplicación. Tampoco puede satisfacer con la afirmación recurrente de que está dispuesto a negociar con los palestinos en cualquier lugar y momento sin condiciones previas. El mundo observa con atención las líneas rojas que dibuja (no a la evacuación de los asentamientos, no a la partición de Jerusalem, ningún acuerdo sin el reconocimiento palestino de Israel como Estado judío) y no cree que estas líneas rojas dejen una oportunidad a las negociaciones.
En otras circunstancias, Netanyahu posiblemente no iría a la ONU (como lo ha hecho en el pasado cuando le pidió al ex presidente israelí, Shimon Peres, que fuera a hablar en su lugar). Pero esta vez no se lo ha pedido al presidente Reuven Rivlin, al que aborrece, que lo sustituya en esta cita ineludible. No tiene un ministro de Relaciones Exteriores al que pueda confiar esta tarea, ya que Netanyahu ahora combina las funciones de primer ministro y ministro de Relaciones Exteriores.
Es probable que quiera decir algo sorprendente, sobre todo porque el presidente palestino ha aumentado las expectativas políticas y de los medios de comunicación hacia su discurso. Y no quiere que el interés por Abbas le haga sombra.
De hecho, hay una “bomba” que Netanyahu podría dejar caer, y que podría hacer una diferencia, sin contradecir sus propias líneas rojas. Y también podría contrarrestar los mensajes de Abbas sobre la retirada israelí con obligaciones hacia los palestinos. Podría expresar una voluntad israelí de comenzar las negociaciones con los palestinos sobre la base de la Línea Verde, elaborada por el legendario mediador de la ONU, el Dr. Ralph Bunche. La misma línea verde que Israel cruzó para ocupar enseguida Cisjordania después que el rey Hussein ignorara el llamado del entonces primer ministro, Levi Eshkol, para evitar la confrontación innecesaria.
Netanyahu expresó una vez en el pasado su voluntad de ver, como parte de un acuerdo entre las dos partes, un Estado palestino junto a Israel. Fue durante su famoso discurso en Bar Ilan, que pronunció después de haber estado fuertemente posicionado durante años contra la creación de un estado. Si por lo general se refería a la creación de un Estado palestino como una amenaza a la existencia de Israel, en ese discurso planteó la posibilidad de que la base de una frontera entre los dos países podría ser la Línea Verde, a condición de hacer modificaciones recíprocas.
Tal afirmación, según declaraciones palestinas, permitiría reanudar las conversaciones (que dicho sea de paso no implican necesariamente un acuerdo permanente, pero sí un acuerdo progresivo que dé lugar a un acuerdo permanente basado en principios acordados de antemano) y no traicionaría la posición de Netanyahu que dijo que Israel no regresaría a las fronteras de 1967. De hecho, la definición de las líneas cerca de la Línea Verde permitiría un intercambio que incluiría bloques de asentamientos a cambio de una indemnización adecuada por parte de Israel.
Después de todo, si se determina la creación de un Estado palestino, está claro que, tal como se construyó la cerca de seguridad cerca de la Línea Verde, la frontera permanente también estará muy cerca. E Israel no podrá reclamar más que la anexión de una pequeña parte de Cisjordania, ya que no tiene suficiente tierra para compensar a los palestinos.
Esta es una oportunidad para Netanyahu. Esta “bomba”, con su importancia política, es evidente desde hace varios años, incluso para él, y no se espera que produzca terremoto político para el primer ministro.
El Dr. Yossi Beilin es presidente de Consultoría de Negocios Beilink. Fue tres veces ministro. Fue miembro de la Knesset para los partidos Meretz y Avoda. Fue uno de los pioneros de los acuerdos de Oslo, la Iniciativa de Ginebra y el Derecho de Nacimiento (Taglit).
Fuente: i24News.tv
Traduce y edita: Silvia Schnessel para Enlace Judío México
https://www.i24news.tv/fr/opinions/87093-150927-la-bombe-de-netanyahou-a-l-onu
Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico
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