GUY MILLIÈRE – El elemento trágico del hombre moderno, no es que ignora el significado de la vida, es que le molesta cada vez menos (Vaclav Havel)
AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Europa se enfrenta a la crisis más grave de inmigración que haya conocido en décadas. Se divisa. Puede romperse. Se eriza con alambre de púas y cordones militares. El Acuerdo de Schengen, que había abierto las fronteras y creado un área de circulación europea libre, parece a punto de romperse. El temor de ver a Europa volver a islamizarse es obvio: se expresa muy explícitamente en Europa Central, más implícita en Europa Occidental, donde las reglas de corrección política constituyen un ambiente de autocensura. No obstante, es omnipresente.
Uno podría pensar, en este contexto, que la Unión Europea tiene cosas más apremiantes a qué dedicarse que a atacar Israel. Pero no es el caso.
Allí, en Bruselas, tal obsesión anti-Israel, siempre encuentra tiempo para aprobar un texto anti-israelí, tomar una decisión anti-israelí, sean cuales sean las circunstancias. Es casi una regla no escrita. La regla no escrita se ha vuelto a aplicar.
Hace unos días, el Parlamento Europeo votó por amplia mayoría una moción pidiendo a los distintos países de la UE exigir el etiquetado de los productos que vienen, dice el texto, de “territorios ocupados” por Israel en 1967.
Cabe señalar que el Parlamento Europeo olvida una serie de puntos, y no parece recordar que Israel fue víctima de una guerra de agresión en 1967, que los atacantes fueron derrotados, los territorios perdidos por los países que atacaron a Israel lo han hecho en este contexto, no existe un acuerdo internacional sobre el estatuto definitivo de estos territorios, que no se pueden definir, apropiadamente, más que como territorios en disputa.
Cabe señalar que el Parlamento Europeo también olvida que parte de los territorios en cuestión están realmente ocupados, sin duda, pero ya sea por una entidad terrorista islámica con propósito genocida (Hamas), o por una entidad islámica villana (la Autoridad Palestina) que esconde un poco mejor sus objetivos genocidas y los territorios en cuestión incluyen la Ciudad Vieja de Jerusalem y el Kotel [Muro Occidental], lugar sagrado del judaísmo, convertido en urinario público en el momento en que Judea Samaria (los europeos la llaman Cisjordania) estuvo ocupada por Jordania.
Esas son muchas omisiones. Y son tantos los descuidos que se parece mucho a una falsificación de los hechos digna de las urdidas en las Naciones Unidas o la Organización de Cooperación Islámica.
Los eurodiputados se han inyectado la propaganda en las neuronas hasta la sobredosis durante años, y esto es evidente. Y esto lleva a textos indignos, como el último. La moción podría estar refrendada por Mahmoud Abbas, lo cual no sería sorprendente, ya que la UE es la principal financiera de Abbas y su mafiosa banda.
Se podría destacar que la idea de etiquetar productos judíos específicamente con la finalidad, como dice la moción, de “informar al consumidor” es una idea que, en el continente europeo, tiene nauseabundos precedentes, y que la Unión Europea no debería aventurarse en este terreno movedizo, so pena de aparecer de nuevo coqueteando con el antisemitismo.
Y es que efectivamente se parece al antisemitismo. Se parece tanto, que recuerda al antisemitismo practicado en los países musulmanes de Medio Oriente. Los diputados europeos frecuentan tanto a los musulmanes antisemitas, que hacen antisemitismo sin darse cuenta, o al menos fingiendo no darse cuenta.
La obsesión anti-Israel que impregna la Unión Europea y sus diversos órganos no es nueva. No debería sorprender a nadie.
Sabemos que, además del hecho de que financia a Mahmoud Abbas y su banda mafiosa, la UE también financia dispensarios de odio que sirven a la demonización de Israel, y que, con el pretexto de “acciones humanitarias” realizan un trabajo cuyo objetivo final es claro.
Sabemos que la UE es un enemigo global de Israel, probablemente más peligroso que los enemigos declarados de Israel, ya que pretende hablar desde el disfraz de la “amistad” hacia Israel mientras hace lo que hace, y diciendo lo que dice oficialmente.
Sabemos que la hostilidad hacia Israel en la Unión Europea tiene explicaciones. Entre otras, la política árabe de Francia, convertida en política islámica de Europa; el resentimiento y los celos se enfrentan a los logros de Israel, igual que parte de cobardía.
Pero poco importan las explicaciones. La UE tiene una dimensión despreciable y nauseabunda.
Ver que la Unión Europea, en uno de sus órganos, en un momento en que está luchando contra una crisis claramente muy seria, encuentra tiempo para preparar un texto anti-Israel como la moción aprobada por el parlamento acabada aquí hace a la Unión Europea más despreciable y repugnante todavía.
Fuente: Por Guy Millière © Metula News Agency
Traduce y edita: Silvia Schnessel para Enlace Judío México
https://www.menapress.org/
Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudíoMéxico
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